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domingo, 10 de enero de 2021

Adiós al Hotel Vasco de Cuautla

Para hablarnos acerca de una de las tantas huellas de la diáspora vasca en México traemos a ustedes esta pieza de nostalgia publicada en el portal de El Sol de Cuautla:


Hotel Vasco, una vida de película

El espacio de descanso construido en Cuautla albergó a cientos de artistas de la época de oro del cine nacional

Óscar Garagui

Construido en el Cuautla de la postrevolución mexicana, el Hotel Vasco fue edificado a finales de la década de los 30 por una familia española. El edificio conformado por exuberantes áreas verdes y un clima envidiable otorgado por los mil 300 metros de altitud, fue en su mejor época, el punto de atracción de turistas nacionales y extranjeros que llegaban a esta ciudad del oriente de Morelos, lugar donde apenas tres décadas antes, Emiliano Zapata Salazar habría encabezado la lucha por la tierra, y 100 años atrás, Morelos protagonizó otra de las grandes epopeyas del país dentro de la lucha de independencia con el Sitio de Cuautla en 1812.

Era la época donde La Heroica contaba con menos de la mitad de su actual población, y sus calles en su mayoría estaban rodeadas de huertos frutales.

El Hotel Vasco se edificó muy cerca de la presidencia municipal a la orilla del centro, rodeado de plantaciones de café, mamey, naranja, mango, lima, limón, plátano, y zapote negro, a escasos metros del río Cuautla.

Ante este paraíso, la visión de los propietarios del Hotel Vasco no falló, pues al culminar su edificación hacia el año de 1939, rápidamente se acreditó con la visita de cientos de turistas, que además llegaban para bañarse en las aguas de los rústicos ojos de agua de esta zona, entre ellos Agua Hedionda, El Almeal y los Limones, naciendo así el mote de la Ciudad de los Balnearios.

Apoyado de esa riqueza natural y como parte de la industria sin chimeneas, el hotel generó movimiento económico importante en toda la zona. Su propietario, el vasco Eusebio Chevo Arburúa, hombre visionario, aprovechó sus relaciones amistosas con gente del mundo del cine para convertir el lugar no sólo en locación de varias películas de la llamada época de oro del cine nacional, sino también en el lugar preferido de grandes actrices y actores como Jorge Negrete y María Félix, que siendo pareja, llegaron a filmar en terrenos de lo que ahora es el balneario el Almeal, escenas de la película El Rapto bajo la dirección de Emilio El Indio Fernández en 1953. Como dato anecdótico, a los pocos meses de estrenado el rodaje, el llamado charro cantor que encarnó a Ricardo Alfaro, falleció dejando viuda a la diva del cine con apenas un año de fugaz matrimonio. En ese filme, también participaron Andrés Soler, José Elías Moreno, Rodolfo Landa, Beatriz Ramos y José Ángel Espinoza Ferrusquilla.

En este mismo paraje de Cuautla, también Pedro Armendáriz protagonizó El Zarco. Todos ellos, artistas, directores y productores de la época de oro del cine nacional, se convirtieron en huéspedes distinguidos del Hotel Vasco.

Vecinos del Cuautla de antaño y el cronista Samuel Hernández Beltrán, relatan que el Hotel Vasco no era el único sitio de hospedaje en la ciudad, pero si el preferido de los cineastas para descansar y ser el punto de partida para trasladarse a otros escenarios de Morelos donde también se filmaron películas de gran éxito taquillero, como en Jantetelco donde Mario Moreno Cantinflas protagonizó junto a Isela Vega el rodaje Por Mis Pistolas en 1968. Al inicio de la trama dirigida por Miguel Delgado y producida por Jacques Gelman, se puede apreciar el llamado cerro del Mono, entre otros escenarios naturales característicos del lugar.

El Vasco también sirvió de locación de algunas películas como El Hotel de la Muerte estelarizada por el luchador El Santo, y donde el propietario Chevo Arburúa, aparece personificado por el actor Armando Gutiérrez.

Ecos del pasado

En esa época, sin contar la región todavía con el Hotel Hacienda Cocoyoc y el Centro Vacacional Oaxtepec del IMSS que se construyeron años después, El Vasco era el lugar preferido de los visitantes que venían a esta zona, señala Hernández Beltrán.

“El ojo de agua de El Almeal y la gran vegetación de los alrededores eran los principales atractivos para los cineastas, también lógicamente la estación del Ferrocarril donde hasta la actualidad se siguen filmando escenas para documentales y telenovelas”.

El gran movimiento del cine en la zona se empezó dar a partir de la apertura del Hotel Vasco ya a finales de los años 40, afirma, “con un Cuautla más natural y sin tanta explosión demográfica, donde los productores y directores del cine nacional partían también para ir a otros sitios de la región como Ayala, Jantetelco, Jonacatepec, Cocoyoc, Oaxtepec, y Tetelcingo, en fin había muchos lugares en ese momento donde se realizaron filmaciones”.

En Oaxtepec, señala, se grabó en 1962 Tlayucan, con Julio Aldama y Norma Angélica en los papeles protagónicos, acompañados de Andrés Soler, Anita Blanch, Erick del Castillo, Jorge Martínez de Hoyos y Noé Murayama, entre otros.

Antonio Aguilar filmó y produjo Emiliano Zapata en la región de Ayala, acompañado por Mario Almada y David Reynoso, y dirigida por Felipe Casalz.

“El señor Arburúa, dueño del Hotel, tenía mucho contacto con la industria cinematográfica dándose así la apertura de esta industria sin chimeneas para Cuautla y esta región de Morelos con un aproximado de 300 películas, siendo un impulsor total de la economía, generando empleos y todo lo que se mueve alrededor por el consumo de los visitantes que llegaron a hospedarse en este lugar. Algunos de esos artistas, se enamoraron tanto de la zona que se quedaron a vivir aquí, como Julio Alemán”.

La gente se arremolinaba en las locaciones y a las afueras el hotel buscando el autógrafo de sus ídolos, como lo señala el profesor Delfino Galicia, que vive a escasas tres cuadras del Hotel.

“Éramos unos chamacos y estábamos muy seguido rodeados de tanto artista que le gustaba nuestra ciudad y nuestro clima, nuestras bellezas naturales como el río Cuautla que en ese entonces era de aguas cristalinas y con gran caudal de agua, un paraíso que se fue perdiendo con la mancha urbana que fue acabando con todo, hasta con el hotel, algo triste para todos los que vivimos esa gran época”.

Final de película inesperado

El gran brillo que alcanzó el Hotel Vasco, se apagó en los años 80, cuando por un conflicto laboral con empleados, éstos ganaron en los tribunales el pleito con el cual el inmueble que albergó a tanto famoso del cine y la televisión, la música, el deporte, empresarios y sociedad en general, pasó a manos de los demandantes, quienes no tardaron mucho tiempo en vender a un grupo de inversionistas “debido a una mala administración”, comenta el cronista.

Hace poco más de año y medio, se dio a conocer la venta del Hotel a una cadena comercial, hecho que desencadenó otro conflicto ahora con un grupo de ciudadanos que levantaron una demanda a mediados de 2019 por la tala de la exuberante vegetación del lugar, lo cual mantiene detenida la obra a la fecha.

Al respecto, autoridades municipales a través de la dirección de ecología, aseguraron que se encuentran a la espera de la resolución del tribunal, mientras al menos el 80 por ciento del hotel ya se encuentra demolido.


Que un reportero de apellido Garagui diga que el Hotel Vasco fue construido por una familia española -de apellido Aruburua que reconoce como vasca más adelante en el artículo- nos hace ver la necesidad de restituir la identidad vasca en México, ninguneada durante décadas.

Si supiera por ejemplo Garagui que el apellido materno de Emiliano Zapata es vasco -hay quien dice que el paterno también-. ¿O que el segundo apellido de María Félix, Guereña, también es vasco? ¿O que Pedro Armendariz Jr. filmó una película con título en euskera y que estuvo involucrado en el movimiento a favor de los refugiados políticos vascos perseguidos por las administraciones de Ernesto Zedillo y Vicente Fox?

 

 

 

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