Solo puede haber un galardón más denigrante que el franquista Príncipe de Asturias - hoy Princesa de Asturias - y ese es el Nobel, específicamente el otorgado a "la paz".
¿Queda alguna duda al enterarse que lo han ganado gentes de la ralea de George Marshall, Willy Brandt, Henry Kissinger, Menachem Begin, Agnes Gonxha Bojaxhiu - la defraudadora conocida como Teresa de Calcuta -, Lech Walesa, Elie Wiesel, Óscar Arias, Tenzin Gyatso - agente de la CIA y feudalista tibetano -, Isaac Rabin, Shimon Peres, Marti Ahtisaari - nuestro favorito - y Barack Obama?
Afortunadamente no nos engañan a todos, como acertadamente denuncia inSurGente:
Llama poderosamente la atención cómo desde posiciones de izquierdas se pelea tanto por intentar conseguir un premio que, sin duda, es asquerosamente burgués. Por si esto fuera poco, con el premio Nobel de la Paz han sido premiados (fíjense que incongruencia) individuos tan belicistas y sanguinarios como Henry Kissinger (Secretario de Estado en los Estados Unidos en los años 70), el ex jefe del imperialismo mundial Barack Obama, o, más recientemente y por poner sólo tres ejemplos, el guerrerista disfrazado de pacífico y ex presidente de Colombia Juan Manuel Santos.Con tales antecedentes, ¿qué persona decente puede sentirse cómodo siendo nominado o premiado con tal reconocimiento?Por otra parte, existieron personas que, coherentes con su ideología, fueron galardonados con el mencionado premio y lo rechazaron con la cabeza muy alta. Es el caso de Jean Paul Sartre.El francés, uno de los escritores y filósofos del existencialismo más importantes durante el siglo XX, decidió no recibir el premio Nobel, en éste caso de Literatura, en 1964.Días antes del anuncio oficial ya se rumoraba que el autor de “La Naúsea” sería el ganador. Por ello, el escritor envió una carta en donde advertía a la Academia Sueca: “Por razones que me son personales y por otras que son más objetivas, no quiero figurar en la lista de posibles laureados y ni puedo ni quiero, ni en 1964 ni después, aceptar esta distinción honorífica”.Sin embargo, desde posiciones el Comité hizo caso omiso a la advertencia y le entregó el galardón que, como el francés había anunciado, fue rechazado. Incluso un día después de la noticia el escritor pagó un espacio en el periódico ‘Le Figaro’ y explicó por qué no haría parte de ese ‘premio burgués’.Pero no importa lo dicho, desde posiciones de izquierda (supuestamente de izquierda, al menos) se sigue anhelando alcanzar la aprobación de la burguesía con dicho galardón.La campaña internacional para que el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sea nominado al Premio Nobel de la Paz 2019 entró en su recta final. Dicha campaña es coordinada por el premio Nobel de la Paz 1980, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, quien recibió ese galardón por su lucha de los derechos humanos durante los años de dictadura en su país.Según parece, a tan solo seis días para que venza el plazo de la recaudación, se han recogido alrededor de 500.000 de las firmas por parte de movimientos sociales, organizaciones y personalidades del mundo que apoyan la candidatura de Lula.Durante sus gobiernos (2003-2010), Lula implementó programas que contribuyeron a sacar de la pobreza a más de 30 millones de brasileños y por primera vez alejó a Brasil del Mapa del Hambre de las Naciones Unidas.Eso y más también lo hizo Hugo Chávez, Evo Morales… y, ni qué decir tiene, Fidel Castro.Deberían aprender la lección. Deberían dejar de flirtear con la derecha, con el histórico enemigo. En parte, si Lula está encarcelado es precisamente por eso. Lula llegó al Gobierno de Brasil con un apoyo popular que le permitía incomodar en mayor medida al capital brasileño a favor del pueblo. Pero como socialdemócrata que es, se dedicó a favorecer a los desfavorecidos sin incordiar demasiado a la clase dominante, hasta que, insaciable, está quiso retomar el control total e hizo lo que hizo.A Lula hay que reconocerle sus logros, pero pudo y tuvo capacidad y apoyo de la población para hacer muchísimo más.Pelear para que Lula sea puesto en libertad me parece justo. Pelear para que Lula sea premio Nobel de la Paz me parece contraproducente, además de una estupidez.
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