Se viven horas difíciles en Cuba tras el paso del tornado que afectó fuertemente a los habitantes de La Habana y desde este blog mandamos nuestros saludos solidarios.
Precisamente con respecto a la isla y tomando en cuenta la campaña mediática en contra de una Venezuela tan asediada como lo ha sido Cuba durante las últimas seis décadas, les compartimos este texto dado a conocer por Cubainformación:
José Manzaneda | Coordinador de Cubainformación“The New York Times”, el diario por excelencia en EEUU y uno de los de mayor difusión en el mundo, fue un importante factor de influencia al acompañar y apoyar la política de diálogo hacia Cuba del presidente Barack Obama.En estos días, este rotativo ha publicado cinco artículos en torno al 60 aniversario de la Revolución cubana, en una sección que –asegura- reúne “a escritores, intelectuales, artistas, protagonistas, disidentes y partidarios de la Revolución”.¿Sí? ¿De verdad “The New York Times” ha dado espacio a “partidarios de la Revolución” cubana? Veamos en qué consiste esta supuesta “pluralidad”. Tenemos: un artículo del nicaragüense Sergio Ramírez, que asegura que “Cuba, Nicaragua y Venezuela” encarnan “dictaduras militares que violentan los derechos humanos”. Otro, en términos similares, de la bloguera contrarrevolucionaria Yoani Sánchez.Además, un texto del escritor Leonardo Padura, sobre “emigración y exilio”, políticamente indefinido. Un cuarto, del periodista Jon Lee Anderson que, entre otras perlas, propone a Cuba “replantearse su relación con Venezuela y Nicaragua” para “garantizar (…) las necesarias transiciones políticas” en dichos países.El quinto trabajo es un curioso reportaje. Se titula “Lo que podemos aprender del sistema de salud de Cuba”. Recoge opiniones expertas, como la de Paul Farmer, de la organización Partners in Health, que asegura que Cuba es “ejemplo” por su “concepto de atención médica para todos”; o la de Gail Reed, de la revista Medicc Review, que aboga por “reconocer la red nacional de atención primaria que Cuba ha construido” en los “vecindarios de todo el país”. Según el reportaje, “Cuba registra excelentes resultados en la salud”, como una tasa de mortalidad infantil menor a la de EEUU, y concluye que la Isla “tiene el “Medicare para todos” que muchos estadounidenses anhelan”.Todo muy positivo. Pero incluso para esto, para confirmar lo que, desde hace años, asegura la Organización Mundial de la Salud, “The New York Times” se ve en la obligación de lanzar dardos fuera de contexto contra Cuba, un país –leemos- con “un régimen opresor y una economía disfuncional”, donde su pueblo “sobrevive sin un voto efectivo y sin el derecho a hablar de política con libertad”, y cuya cooperación internacional es “un negocio lucrativo”.Conclusión: “The New York Times” sigue vendiéndonos “pluralidad”, mientras sigue poniendo una mordaza a quienes –en la Isla y también en EEUU- apoyan a la Revolución cubana. Como estrategia, prioriza las condenas menos viscerales a Cuba, e inserta –incluso- ciertos reconocimientos. Es implacable, eso sí, con Venezuela, para cuya caída aboga por la traición de La Habana. Es el papel que juega hoy, en relación a Cuba, el brazo mediático “progresista” del imperialismo del siglo XXI.
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