Desde la página de Mundo Deportivo nos llega esta reseña de la visita de los jugadores de la Erreala a las instalaciones de la Eusko Etxea de San Francisco:
Entrañable visita de la Real a la Euskal Etxea de San Francisco en la que pudieron comprobar el profundo sentimiento euskaldun de la diásporaXabier IsasaTan lejos y tan cerca. A más de 9.000 kilómetros de Donostia, la expedición de la Real Sociedad a Estados Unidos pudo comprobar ayer el profundo sentimiento euskaldun que profesa la diáspora vasca en tierras norteamericanas. Una delegación del club txuri urdin protagonizó una entrañable visita a la Euskal Etxea de San Francisco que acogió con orgullo y emoción a un equipo de “nuestro país”.La ikurriña y la bandera de las rayas y las estrellas, la estadounidense, presiden , junto a la fecha de su construcción (1982), el frontis del precioso frontón cubierto que alberga la Euskal Etxea en la localidad californiana. Gratien Etchebehere, cuyo origen indudablemente nos traslada a Iparralde, fue uno de los anfitriones de la visita de la Real y explicó, en un notable castellano, que para ellos todo esfuerzo es poco para mantener viva la llama de “la cultura vasca”. Etchebehere explicó que en sus instalaciones imparten regularmente “clases de euskera y de pelota. Jugamos ‘eskuz’ (a mano), a pelota de cuero, y a pala corta. Tenemos una escuela para los chicos y chicas”. La infraestructura construida a tal efecto es soberbia ya que se trata de un magnífico frontón de nueve números que permite a los autóctonos practicar, e incluso descubrir, un deporte maravilloso y, sobre todo, único en el mundo.Emulando a IrribarriaLos directivos Mikel Ubarrechena, Joseba Ibarburu, Jesús Ruiz y Nekane Soria encabezaron la comitiva, acompañados de los jugadores Zurutuza, Illarramendi, Markel, Zaldua, Capilla, Bautista, Bardají y Zubeldia. Muchos de ellos se animaron a hacer unos pinitos en los cuadros alegres, emulando a Iker Irribarria, el pelotari de moda, primo de Aritz Elustondo. Se les adivinaron maneras e incluso un pasado pelotazale en edades más tempranas.Antes tuvo lugar el preceptivo intercambio de obsequios. La Real entregó, además de un escudo en metacrilato, del club txuri urdin y varias bufandas y banderines, dos camisetas personalizas para la Euskal Etxea, en las que se podía leer, en la parte de atrás: ‘Basque Cultural Center San Francisco’. A cambio, los americanos regalaron una insignia con la bandera americana y la ikurriña, unidas, que rápidamente lució en la solapa del vicepresidente realista, Mikel Ubarrechena. Al fin y al cabo, los kilómetros no logran borrar el profundo sentimiento euskaldun de una gente que aprecia mucho más lo que aquí se ve prácticamente a diario. “Es impresionante para nosotros recibir a la Real, un equipo de nuestro país”, dijo Etchebehere. “Aquí todos nos sentimos vascos y estamos muy contentos de recibir al equipo”, añadió.Markel: “Ha sido muy bonito”Para los futbolistas también fue especial y, de esta manera, Markel Berga manifestó a la web del club que “ha sido un día muy bonito. Estar tan lejos, a tantos kilómetros de Euskal Herria, y encontrarnos con un frontón y con tantos vascos es muy especial para todos nosotros”.
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