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jueves, 18 de junio de 2015

Un Papa Ecologista

Vaya, tal pareciera que Jorge Mario Bergoglio nos tuviera preparada una sorpresa cada semana. Ahora resulta que nos salió ecologista, y no en su versión light, no señores. Resulta que el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica vincula directamente al capitalismo con el desastre medioambiental que estamos viviendo en su reciente encíclica Laudato Si.

Lean esta nota publicada en La Jornada:



El Papa Francisco pidió el jueves tomar medidas inmediatas para salvar el planeta de su ruina medioambiental y exhortó a los líderes mundiales a escuchar "el grito de la tierra y de los pobres", incluyendo a la Iglesia Católica en la controversia política sobre el cambio climático.

En la primera encíclica dedicada al medio ambiente, el Papa pide una "actuación decisiva, aquí y ahora", para detener la degradación medioambiental y el calentamiento global, respaldando a los científicos que dicen que está generado en su mayor parte por el hombre.

En la encíclica "Laudato Si (Alabado sea), Sobre el cuidado de nuestro hogar común", Francisco pide un cambio del estilo de vida de los países ricos inmersos en una cultura de consumo "desechable" y el final de las "actitudes obstruccionistas" que a veces ponen los beneficios antes que el bien común.

El pronunciamiento papal más polémico en medio siglo ya le ha acarreado la ira de los conservadores, entre ellos varios aspirantes republicanos a la presidencia de Estados Unidos que criticaron a Francisco por inmiscuirse en la ciencia y la política.

Pero el primer papa latinoamericano, que tomó su nombre de san Francisco de Asís, patrón de la ecología, dice que proteger el planeta es un "imperativo" moral y ético para creyentes y no creyentes que debería sustituir los intereses políticos y económicos.

El mensaje a sus 1.200 millones de fieles, el documento papal más polémico desde que el papa Pablo VI publicó en 1968 la encíclica Humanae Vitae defendiendo la prohibición de la iglesia a la anticoncepción, podría alentar a los católicos de todo el mundo a presionar a los legisladores sobre asuntos de ecología y cambio climático.

Miopía política

El pontífice de origen argentino de 78 años denunció una "miopía de la política del poder" que según dijo ha retrasado medidas medioambientales de miras amplias. Sostuvo que "muchos de los que poseen más recursos y poder económico o político parecen en su mayoría más preocupados por enmascarar los problemas u ocultar sus síntomas".

Teniendo en cuenta que ha dicho que quiere influir en la importante cumbre climática de la ONU que se celebra este año en París, la encíclica consolida aún más su papel como actor diplomático mundial después de el año pasado mediara para que Cuba y Estados Unidos se sentaran en la mesa de negociaciones.

Francisco rechazó el argumento de que "la tecnología resolverá todos los problemas del medio ambiente (y que) el hambre y la pobreza mundiales se resolverán simplemente con el crecimiento del mercado".

El tiempo se agota para salvar un planeta que "está comenzando a parecerse cada vez más a un inmenso montón de inmundicia" y que podría contemplar "una destrucción de ecosistemas sin precedentes" este siglo.

"Una vez más, tenemos que rechazar la concepción mágica del mercado, que sugeriría que los problemas se pueden resolver simplemente con el un aumento de los beneficios de las empresas o los particulares".

Francisco también rechazó la eficacia de los permisos para emitir CO2, asegurando que parecían una "solución rápida y fácil", pero que podría conducir "a una nueva forma de especulación" que mantiene un consumo excesivo y no permite el "cambio radical" que es necesario.

"Los vaticinios apocalípticos ya no deben tomarse ironía o desdén. Podríamos dejar a las generaciones venideras escombros, desolación y suciedad", escribió el pontífice en el documento de casi 200 páginas.

"El ritmo de consumo, los residuos y los cambios medioambientales han tensado tanto la capacidad del planeta que nuestro estilo de vida contemporáneo, del todo insostenible, sólo puede precipitar catástrofes, como las que hoy se producen periódicamente en diferentes zonas del mundo (...) que debemos reflexionar sobre nuestra responsabilidad ante los que tendrán que soportar las terribles consecuencias ", dijo.

La publicación del texto precede a los discursos de septiembre ante Naciones Unidas y el Congreso de Estados Unidos sobre desarrollo sostenible.

Consenso científico

Tras afirmar que estaba "haciendo uso de los resultados de las mejores investigaciones científicas disponibles", Francisco calificó al cambio climático como "uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la humanidad en nuestros días" y dijo que las naciones pobres son las que más sufrirán.

En varios pasajes en la encíclica de seis capítulos, Francisco se enfrenta tanto a quienes niegan el cambio climático como a quienes dicen que no es por culpa del hombre.

"Un consenso científico muy sólido señala que estamos presenciando actualmente un alarmante calentamiento del sistema climático", dijo. "La humanidad está llamada a reconocer la necesidad de cambios en el estilo de vida, de producción y consumo, para combatir este calentamiento o al menos las causas humanas que lo producen o lo agravan", añadió.

"Es verdad que hay otros factores - como la actividad volcánica, las variaciones en la órbita y el eje de la Tierra, el ciclo solar - pero una serie de estudios científicos señalan que la mayoría del calentamiento global en las últimas décadas es debido a una gran concentración de gases de efecto invernadero - dióxido de carbono, metano, óxidos de nitrógeno y otros - liberados principalmente por la actividad humana", dijo.

Francisco pidió políticas que reduzcan "drásticamente" los gases contaminantes. La tecnología basada en combustibles fósiles "necesita ser sustituida progresivamente sin demora" y las fuentes de energía renovable necesitan ser desarrolladas.

En un pasaje que probablemente molestará a los conservadores, dijo que "se ha vuelto indispensable un marco legal que puede establecer fronteras claras y asegurar la protección de los ecosistemas".

Uno de los mayores asuntos en la encíclica es el de la disparidad de la riqueza.

"No alcanzamos a ver que algunos están atrapados en una pobreza degradante y desesperada, sin salida, mientras otros no tiene ni la más remota idea de qué hacer con sus posesiones, mostrando en vano su supuesta superioridad y dejando atrás tanto desperdicio que, si fuera el caso en todo el mundo, destruiría el planeta", dijo.

El Papa criticó a aquellos que "mantienen que la economía y tecnología actuales solucionarán todos los problemas medioambientales y discuten, en términos populares y no técnicos, que los problemas del hambre y la pobreza mundial se resolverán simplemente con el crecimiento del mercado".




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