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jueves, 11 de junio de 2015

Entrevista a David Fernández

En El Mundo han dado a conocer esta entrevista un tanto irreverente con el irreverente David Fernández, integrante de las CUP:


Darío Prieto

De participar en el asedio al Parlament a ser miembro de él, este ex periodista de orígenes zamorano-leoneses que no deja de citar a autores cuando habla ("es el 'hombre cita', nos dicen") es uno de los rostros más conocidos del independentismo catalán desde su puesto de 'líder' de las CUP. Y también por haberle sacado la sandalia a Rodrigo Rato, claro.

Un amigo me dice que los de Esquerra son los más aburridos y ustedes los que mejor se lo pasan del arco político catalán.

A pesar de la dureza del momento, creemos profundamente en lo que hacemos. Una revolución sin humor es como un huevo sin yema. Ante tanto desaguisado, tanta corrupción y tanta injusticia, es un parapeto. Aquí dentro la vida es un Vietnam cotidiano, pero esto es accidental y lo que nos hace aguantar es la gente que está afuera, en los barrios. Sin embargo, la nuestra no es una risa hedonista. Somos cínicos, en el sentido más griego-clásico del término: no tenemos un duro, hacemos una crítica radical al orden existente y tenemos sentido del humor.

¿Puede un antististema convertirse en sistema?

Nuestro miedo es como aquel poema de José Emilio Pacheco: «Ya somos todo aquello contra lo que luchamos». Porque los mecanismos de captación existen, como se pudo ver con los Verdes alemanes. Pero nosotros somos zapatistas y el funcionamiento de la CUP es una pirámide inversa donde el control lo ejercen las bases. Venimos a un espacio hostil, que son las instituciones. Y por eso siempre hablamos de Matrix: aquí estamos inflados a pastillas rojas cuando todo el día te están tirando azules. Así que en relación a los cargos electos, en ayuntamientos o donde sea, intentamos escoger a los más honestos y los tratamos como si fuesen los más ladrones.

Si Cataluña se independizase, ¿qué echaría de menos de España?

Del Estado español no añoraré nada. Déjame que piense: La Roja no, porque no me gusta el fútbol... Y de lo otro, pues tampoco, porque no pienso renunciar a seguir yendo a la Sierra Sur de Sevilla, ni a Vallecas, que soy del Rayo. Los lazos afectivos y las complicidades no se pierden porque este país recupere su soberanía política. Hay cosas que nadie puede fronterizar. Siempre hemos dicho que nuestro adversario no era ninguna cultura ni ningún pueblo del Estado español, sino el propio Estado y el funcionamiento anómalo de su maquinaria. Desde el punto de vista de construcción de una nación unitaria y homogeneizadora, España es un proceso fallido. Es posible que en los escenarios de cambio político, que son muy probables en Cataluña, añoremos algo. O quizá pensemos que ahora somos buenos vecinos y no nos discutimos.También es verdad que yo no quiero dejar solo a nadie y que no nos gusta ser hiperventilados con esto. Quizá dentro de 10 años...

¿Hay algo que el resto de España pueda hacer para que parte de los catalanes no se quiera ir?

Si esto fuese una relación afectiva, reconocer al otro la propia libertad. Y desde ahí, construir lo que haga falta. Yo creo que eso es posible y es verdad que hay relaciones que se reconstruyen con el tiempo. Pero, hasta ahora, esto era un matrimonio impuesto. En las CUP, aparte de libertarios, somos libertinos: el amor no puede ser una cárcel.

¿Se liga más en el rollo asambleario?

Yo, personalmente, poco, porque no tengo tiempo y me gusta cocinármelo. Es un mito, y todo mito tiene un componente de realidad y otro de exageración [risas].

¿Son el alcohol y la droga el pegamento que une España?

Puede ser un factor común de aglutinación, igual que compartimos tantas otras cosas. Baco unifica mucho. También es verdad que en términos socio-sanitarios y en un contexto de crisis, el alcoholismo y otros males tienen mayores niveles de incidencia. Como decía un amigo, esta sociedad funciona a base de camellos, bares y farmacias, hablando de su función ansiolítica y con una perspectiva crítica.

Como ex periodista, ¿qué futuro le ve a esta profesión?

Igual que decimos que hay que devolver la democracia a la democracia, hay que devolver el periodismo al periodismo. Yo creo que se entró en la deriva de confundir información con entretenimiento. Pero pienso también que renacerá de las cenizas. Decía Marx que en la podredumbre está la vida.

¿Es la sandalia un arma?

Sigue siendo lo que significa: la máxima muestra de desprecio al poder del poder que tiene tirarle el zapato a alguien en la cultura árabe. Visualiza una impotencia y una impunidad del poder. Pero la foto tapa el vídeo, de 20 minutos haciendo 34 preguntas que no contestó. Y sigo insistiendo que gángster no es ningún insulto, sino una definición cogida por el diccionario.

Usted fue uno de los que recibió la carga de los mossos contra los indignados de Plaza de Cataluña en 2011. No muy lejos, miles de personas disfrutaban en el festival Primavera Sound. ¿Qué le pareció la coincidencia?

Una sociedad dual. La Barcelona antagónica: de un lado, la ciudad del turismo, los grandes acontecimientos y el skyline; del otro, la gente que sobrevive y hace posible esta ciudad. Ver cómo un capitalismo senil genera escenarios tan diferentes y nos vende esa ilusión permanente de «consúmelo todo y consúmelo ahora».

¿Cómo llevan convivir con el 'guiri'?

La industria del turismo, que funciona y es la primera de Barcelona, genera unos costes ambientales y urbanísticos que han alterado la trama urbana de la ciudad. Muchos nos sentimos indígenas o figurantes de un parque temático. Te sacan la mercería o la pollería de toda la vida y te ponen una boutique para que los turistas hagan shopping.

Usted también estuvo en 2011 en el asedio a este Parlament del que ahora es miembro.

Aquello fue un tiempo muerto policial perfectamente planificado por el poder para que pasara lo que pasó. Ésa fue la guerra sucia de Felip Puig contra el 15-M para intentar demostrar que era violento. Todo el mundo sabía por dónde iban a entrar los diputados y era bastante más sencillo y barato alquilar dos autocares.

¿En qué se parece su organización política a la de Artur Mas?

La diferencia entre CiU y la CUP es la misma que hay entre la Duquesa de Alba y un jornalero.

¿Sienten que le están haciendo el juego a CiU o que van en el mismo barco que ellos?

No hay ninguna voluntad de que sea así. La coincidencia fundamental ha sido la foto del pasado 12 de diciembre pidiendo urnas para el 9 de noviembre. Pero ahí no estábamos con Convergència, sino con una demanda social mayoritaria. Pero también hay una parte de respuesta que es un sí, que es el derecho a decidir. Aunque en este viaje a Ítaca haya galeras y camarotes de lujo. También se puede interpretar de otra forma: qué esta pasando en Cataluña para que hasta los independentistas de izquierdas que recibieron palos y el consejero de interior que ordenó darlos se pongan de acuerdo.

¿Qué le parece la irrupción de la figura del coletas desde Madrid?

Aquí es el chancletas, ya lo sabes [risas]. Conozco a Pablo Iglesias desde hace tiempo, pero a veces le compadezco, porque la sociedad del espectáculo es perversa y tiene unos grados de sobreexposición que no sé cómo le irá. Pero ya tocaba algo como Podemos. Entre otras cosas, para hacer de cortafuegos de ese populismo de derechas de UPyD. Con la complicidad además de que es una fuerza política que reconoce el derecho a decidir con todas las consecuencias, algo que no había dicho ni Izquierda Unida. También creo que el efecto burbuja hay que materializarlo. Con todo el cariño, empezar la casa por el tejado es más difícil.

¿En unos Países Catalanes independientes, habría felaciones por copas, como en Magaluf?

Esto me recuerda a aquella chica de EEUU que, hace unos años, subastó su virginidad en E-bay. Y cuando le preguntaron por qué lo hizo, respondió: "Es lo que me habéis enseñado". El capitalismo es eso: la degradación de la condición humana. Su función social, en términos históricos, ha sido robar, matar y mentir. Y hoy es robar más, mentir más alto y matar de forma más eficaz.






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