Una vez más EiTB y Alberto Santano complace a la patronal españolaza desde su trinchera televisiva titulada 'Una Historia de Vasconia'.
Ya había causado revuelo el capítulo de la "euskarización tardía" de Gipuzkoa.
Ahora, el historiador de cabecera de Iñigo Urkullu carga en contra del papel de la mujer vasca en la historia de nuestro pueblo.
Lean esta reseña publicada por Naiz:
Una Historia de Vasconia: El Mito del Matriarcado Vasco
Mari Carmen Basterretxea
El 12 de agosto Alberto Santano en el programa de ETB2 presentó "El mito del matriarcado vasco". Después de ver la sesión me asombró lo que dijo: ¿Cómo se puede decir que los vascos no hemos sido matriarcales en nuestra historia? ¿Qué es un romanticismo, una ensoñación, un mito, una mentira? ¿Qué no tenemos nada especial, que somos patriarcales? Mi pregunta es cuál es el objetivo de este programa.
El objetivo de este programa y el de Alberto Santano es negar y borrar la historia originaria de los vascos, y contar la historia que los colonizadores inventaron para los vascos como si fuera cierta. Por lo que estamos ante un juego perverso, es decir, estamos ante un ataque por parte de los colonizadores patriarcales.
En la Europa del Paleolítico el grupo humano pertenecía al grupo materno, a la pertenencia materna, esto indica que el grupo o clan era matrilineal. Esta pertenencia materna estructuró un modo de vida matriarcal. Aunque para mí hubiera sido más apropiado llamar un modo de vida matrilineal en vez de matriarcal.
Afortunadamente, se puede apreciar el rastro de esta línea materna en el parentesco vasco: encontramos la terminación «ba» en las palabras neba, arreba, izeba, osaba, loba, aitaginarreba, amaginarreba. Este sufijo nos dice que el parentesco vasco procede de la línea materna. La etimología de la palabra aitaginarreba significa que el padre es el hermano de la hermana y que los dos provienen de la misma madre. Amaginarreba significa que la madre es la hermana del hermano y que provienen de la misma madre, tanto la palabra amaginarreba como la palabra aitaginarreba, y el sufijo «ba» confirman que los vascos tenemos una estructura familiar cuya procedencia es de pertenencia materna, por lo que somos, en nuestro origen, matrilineales.
Así, el padre biológico de los niños/as vivía en la casa de su madre, y el que realizaba la función paterna con los niños/as en casa era el tío, osaba, el hermano de la madre.
Vivir en la casa de la madre significa que vivían con los hermanos e hijos de su abuela. Y los niños nacidos en todas las generaciones vivirían en esa casa con los hermanos de su madre, las hermanas de la madre y los hijos de la hermana de la madre.
En cuanto a la casa, hay que decir que la casa pertenece a línea materna, por lo que será la hija la que herede la casa, rastro que en el siglo XXI existe. Otro rastro es la figura de la etxeko-andrea, ella administra la economía del hogar, tiene autoridad y dice a los miembros de la casa qué es lo que tienen que hacer, es la que gestiona la organización de la casa, figura que llega al siglo XXI.
En las creencias tenemos a Mari, que es más que la representación de la madre tierra, es el numen por excelencia, que corresponde a las creencias originarias de los vascos. Y si analizamos el nombre Mari palabra compuesta por dos palabras Ma que significa ama o madre y ari que significa linaje, casta, raza, esto muestra que la palabra Mari significa matrilineal. Mari muestra que el grupo vasco pertenece a la línea materna. Mari está presente en el siglo XXI en el inconsciente y consciente vasco. El amante de Mari es Sugar que de esta relación surgieron el sol y la luna lo que nos indica cuál es la cosmovisión de los vascos. También tenemos los ritos de paso atsolorra, gazte dantza, neska dantza, mutil dantza, hil-lorra, entre otras. Sobre la producción laboral tenemos el auzolana, en las estructuras políticas tenemos el batzarre, nombres y significados que llegan al siglo XXI.
El modo de vida matrilineal era un modo de vida igualitaria, esto fue debido a que los hombres y mujeres tenían el mismo poder, con una estructura social simétrica lineal, por lo que la sociedad matriarcal era igualitaria. Esta igualdad se muestra también en el euskera, por ejemplo, en las palabras laguna, haurra, maitalea no tienen género.
Por otro lado, a pesar de las invasiones patriarcales indoeuropeas del neolítico, los vascos continuaron con su forma de vida matrilineal.
Pero, el Papa Alexandro en 1179 ordenó la guerra santa contra los pueblos matrilineales de Europa para imponer una forma de vida patriarcal. Con este fin, la Iglesia creó la Inquisición, la teoría del diablo, y llevó la persecución contra los pueblos matriarcales de Europa hasta el genocidio. En este contexto, muchos pueblos de Europa desaparecieron y la población vasca disminuyó considerablemente.
Por supuesto, la guerra santa continuó, y en 1515 el Papa Julio ordenó a la Corona de Castilla que hiciera la conquista militar de Navarra. Después de la conquista militar, la inquisición puso en marcha las acusaciones de brujería en la legislación para imponer el modo de vida patriarcal. Así, la Iglesia impuso la pertenencia del grupo al padre biológico, el mayorazgo, la casa hereda el hijo mayor, el matrimonio, la subyugación de la mujer al varón, y el hombre matrilineal tenía que ser maltratador, autoritario, opresor contra las mujeres, y los hombres y mujeres matrilineales fueron obligados a ser católicos bajo la amenaza de que sus hijos e hijas fuesen a la hoguera.
Hay que decir que las últimas guerras que se hicieron en Euskal Herria comenzando con las guerras carlistas, la guerra del 36, y la lucha de la transición supuestamente democrática, de una manera inconsciente y consciente lo que los vascos estaban defendiendo era el modelo matrilineal.
Hoy en día el feminismo adquiere cierto realce social como liberación de la mujer, aunque con la palabra feminismo se está ocultando el modelo cultural matrilineal.
En el siglo XXI con la situación actual del covid-19, los vascos continuamos en el proceso de colonización y aunque muchas personas están contaminados por el modo de vida patriarcal, como los hombres que pierden sus caseríos en apuestas, o las mujeres que funcionan como hombres patriarcales, los rastros originarios del matriarcado siguen vigentes en Euskal Herria. Por lo que la solución a nuestra libertad, y a salir del genocidio provocado por el sistema neoliberal colonizador del covid-19, con su planificación de insertar el miedo para arrebatarnos la identidad e libertad, es nuestro modelo cultural matrilineal. Los vascos no somos ni españoles ni franceses, originariamente pertenecemos al grupo materno, tenemos nuestras propias características, nuestra propia lengua materna matrilineal, y originariamente somos el último Pueblo Matrilineal de Europa.
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