Desde la diáspora vasca lamentamos profundamente que un antiguo colaborador de Gara -medio de comunicación vasco bajo asedio de Madrid- ahora esté llamando al boicot en su contra, azuzado, nosotros consideramos, por quienes no han podido o no han querido entender el cambio de estrategia en el que se ha involucrado un amplio sector de la sociedad vasca.
Nosotros seguiremos compartiendo los textos de Iñaki Egaña pues fue de los pocos que en su momento se tomaron el tiempo de contactarnos acá en nuestros países y de forma muy didáctica mostrarnos un panorama más claro del pasado y del presente de Euskal Herria.
Sobra decir que nuestra solidaridad está con Gara.
Hoy, les dejamos con esto que ha publicado en su muro de Feis:
¿Boicot a Gara?
Iñaki Egaña
He leído estos días en el muro de Juanjo Basterra una serie de reflexiones que le han llevado a considerar su salida del diario GARA, acordada mediante una importante indemnización, como una tragedia, al contrario que otros de sus compañeros en la misma situación que lo han elevado a oportunidad vital. Martin Garitano, camino de la prejubilación como Juanjo, nos dejó escritas hace unos días unas significativas líneas al respecto. Allá con las sensaciones de cada cual. El futuro cercano y lejano aleja, atrae o ahuyenta sentimientos en función de los entornos fronterizos.
Una anécdota más, hasta que el propio Juanjo se ha puesto a dirigir una campaña de boicot al diario en el que ha trabajado hasta hace bien poco. Por respeto incluso a lo que considero una salida galáctica de tono, escribo estas impresiones en mi propio muro. Y no en el del aludido.
¿Boicot? Cuando Garzón cerró Egin, miles de personas pusimos nuestro granito de arena para abrir Gara. Entonces, decenas de antiguos periodistas y trabajadores de Egin se quedaron en la calle. El nuevo proyecto necesitaba adelgazar para poder echar a andar. Aquellos que no saltaron al nuevo diario tuvieron un comportamiento señorial. La culpa de que fueran al paro era de Garzón, Atutxa y esa pléyade de señores de la guerra que querían acabar con la prensa libre. Lo dejaron claro, a pesar de que muchas situaciones personales de proyecto de vida se torcieron.
Cuando hace unos años la Audiencia Nacional imputó a Gara la deuda multimillonaria de Egin, la solidaridad volvió a conformarse como una de las manifestaciones que nos destacan como comunidad. Y cuando hace un año, esa deuda comenzó a materializarse, nada menos que tres millones de euros, la mayoría de nosotros pensamos, al menos en mi entorno, que Gara había llegado a su fin. En una época de declive mundial de los medios, tres millones de euros era la estocada para un medio humilde como Gara. Un medio que llevaba desde su nacimiento con un hándicap enorme, el boicot publicitario institucional. Otros tantos millones acumulados.
Que cuatro locos se negaran al cierre y lo consideraran evitable dice mucho en su favor. Más de cien trabajadores han dependido de esa decisión que ha querido involucrar a diez mil personas en el exterior. No fueron a la calle por una locura empresarial: mantener a flote un proyecto señalado por el estado profundo, guardia civil, servicios secretos y todos esos lobbies que ya conocemos. Así como celebramos en la intimidad o en la calle nuestras micro victorias, nuestros reencuentros, el enemigo, también de naturaleza humana, celebra las suyas. Gara ha sido siempre objetivo prioritario de la reacción.
Gara, somos en castellano, con ese logotipo de Jorge de Oteiza, se ha ido construyendo con miles de manos anónimas. Y otras no tanto. Con humildad y ese lema que nos ha hecho adultos. Nadie es imprescindible porque, si lo fuera, habríamos sido derrotados hace tiempo, incluso antes de que la vida atrapara a las generaciones que hoy nos desparramamos por Euskal Herria.
Soy un lector impenitente y entre otros errores leo habitualmente otros diarios en papel, El Mundo, El País, El Correo… también digitales. Las diferencias con Gara al día de hoy, según mi modesta opinión, siguen siendo abismales.
No quiero hacer un debate de esta cuestión. Tampoco voy a responder a quienes piensen de diferente manera. Allá ellos con sus recorridos, con sus lecturas. A veces me revientan los errores tipográficos, las interpretaciones periodísticas de los que hacen diariamente Gara. También Berria, el otro diario de mi cabecera. Pero sé que son diarios construidos con el apoyo popular. Y el pueblo es soberano.
He escrito más de 600 artículos de opinión en Gara, otras decenas de investigación. Casi 200 de literatura. La mayoría los he colgado en mi muro de Facebook. Antes de su existencia se distribuían por una red de la diáspora vasca. Precisamente para aquellos que no tenían embocadura a Gara pudieran acceder a ellos. Y jamás he cobrado de Gara, un céntimo, un euro, por esos millones de caracteres que he acumulado entre sus páginas. Para aportar mi granito de arena a ese proyecto popular, para validar a sus trabajadores, para aligerar esa terrible carga punitiva que les colgaban desde la Moncloa y desde Ajuria Enea.
Por eso, esa campaña de Basterra pidiendo el boicot a nuestro diario me parece un tremendo disparate, de una arrogancia supina.
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Lo siento Iñaki Engaña, pero no tienes ni idea ni conoces a Juanjo Basterra. Buen profesional, mejor compañero y mejor persona. Siempre defendiendo al trabajador frente a la patronal. Se ha hecho una tremenda injusticia con Juanjo. No se lo merece. Gara se ha convertido en el chiringuito de cuatro personas (Iñaki Soto, los Altuna y sus acólitos) y quien no comulgue con ellos se va a la calle. Y ya te digo yo que Juanjo Basterra no ha cobrado la misma indemnización que Martín Garitano. No te lo crees ni tú. Yo sé lo que le han dado a Juanjo Basterra y con eso no le da para vivir. Asi de claro y de sencillo. Animo Juanjo!!! Los trabajadores siempre estaremos contigo!!
ResponderBorrarque fácil es mentir e insultar desde el anonimato
ResponderBorrarY qué fácil es decir cosas sobre personas que no conoces de nada. Juanjo Basterra ha sido despedido de una forma injusta del diario Gara. Te guste o no esa es la realidad. Insultar y mentir es llamar a un TRABAJADOR como Juanjo Basterra arrogante que es lo que haces en tu artículo. La única arrogancia que tiene Juanjo Basterra es la de ser un humilde trabajador que defiende a la clase trabajadora frente a la patronal que componen los actuales patronos de Gara. Juanjo Euskal Herriko lagileria eta Garako langileak beti zurekin egongo gara!!!
ResponderBorrarSi todos tus libros que promocionas en el diario Gara (medio que utilizas para realizar tus promociones literarias) tienen la misma veracidad que este artículo que escribes sobre un trabajador como Juanjo Basterra, pues qué quieres que te diga... pero si fuera así (que no lo sé) dejarían mucho que desear. Espero que para la realización de tus libros te documentes más que para escribir este artículo sobre Juanjo Basterra.
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