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martes, 11 de agosto de 2020

Entrevista a Santi Lorente

Tutera se encuentra en el extremo austral de Euskal Herria y a pesar de lo que pregonen los españolistas, es tan vasca como Baiona, en el extremo septentrional.

Dicho lo anterior, les presentamos esta entrevista publicada en las páginas de Noticias de Navarra:

Santi Lorente: "Tudela es una fuente de riqueza histórica inagotable, cada calle, cada rincón tienen un sin fin de historias reales"

El 16 de marzo, Lorente comenzó a publicar en su 'Facebook' cuentos salpicados de la historia de Tudela. Cinco meses después los ha convertido en libro

Fermín Pérez-Nievas

Pocas personas conocen tantas historias de Tudela como Santi Lorente. Reinventado varias veces, su última aventura fue la creación de una empresa de guías de turismo, Tudela me pone, toda una declaración de intenciones. Sus paseos explicativos tenían tanto éxito antes de la llegada del covid-19 que todas las mañanas se le podía ver en la plaza de Los Fueros relatando las aventuras de los más de 1.200 años de historia de la ciudad. La llegada del confinamiento supuso un parón en su nueva aventura y le permitió enfrentarse a su sueño de escribir. Con Los cuentos del confinamiento, Santi no presenta un libro, sino como el dice, 50 historias en las que mezcla realidad y ficción hasta el extremo de que a veces es difícil separarlas y que comenzó a escribir el 16 de marzo en su Facebook. "No soy escritor, sino contador de historias", repite. Su conocimiento de la realidad turística de Tudela sirve también para analizar puntos fuertes, debilidades y futuro de la ciudad.

Qué significó para usted el confinamiento?

-Un shock, como para todo el mundo. Al mismo tiempo que me supuso un shock, traté de darle la vuelta. Pensé, 'voy a hacer algo con lo que yo sé hacer, voy a contar historias'. Y eso hice. Me despertó en aquel momento y me mantuvo activo hasta la fase de desescalada.

El comenzar a escribir todas estas historias, ¿era en realidad una vía de escape?

-Sí, una forma de escape, de poder pararme y pensar en muchas cosas, de reírme, de llorar. Al final hay en Los cuentos del confinamiento hay un poco de todo. En aquellos días en que los sentimientos estaban a flor de piel me sirvió para buscar un hueco para el humor, para el amor y para más cosas.

Pero no empezó a escribir aquellos cuentos con la idea de hacerlo de forma sistemática.

-Empecé el primer día y yo mismo me obligué. Me dije, 'si escribo uno haré más'. No sabía cuándo iba a acabar y empecé a escribir uno al día y lo colgaba en mi Facebook. Comencé a tener visitas y la gente me empezó a comentar que les gustaba. La cosa se animó y los amigos de Basque Country me llamaron para publicarlo en su web€ Los amigos y conocidos me comentaban por redes sociales o me llamaban para decirme que esperaban cada día que saliera mi cuento para leerlo€ pero la idea de transformarlo en libro no llegó hasta el final. Son 50 cuentos, pero ya en el 40 la gente de Basque Country y los que me leían me propusieron publicarlo. Lo pensamos y cuando vimos que salían 300 páginas dijimos 'pues lo sacamos'. Esta es una época especial y es un libro en un momento extraño que recuerda cosas del propio confinamiento€ Es un poco de todo.

Los denomina cuentos pero buena parte son historias reales e historia de Tudela de verdad. Aparecen personajes reales, otros inventados.

-Lo que intento hacer es meter cosas de la realidad de la historia de Tudela y se fiel a su historia, con documentación e investigación, pero me gustaba acabar con una parte de humor y ficción para que no fuera un cuento solo de historia, sino hacerlo entretenido. Eran días en que la gente buscaba humor y con personajes inventados y a veces reales lo conseguía. En 50 cosas hay mucho para contar.

Hay mucho para contar en uno solo, porque da saltos en el tiempo e incluso en el espacio.

-A los bandidos de las Bardenas los meto juntos en una misma banda, la de Sanchicorrota, y los hago trabajar en los tiempos de Sancho VII el Fuerte. Intento mezclar cosas. Es como lo que hacen los escritos sudamericanos, no saber dónde acaba la ficción y empieza la realidad. Yo soy un contador de historias y me gusta que la gente se lo pase bien y eso es lo que hecho.

Pero no son solo historias, hay mucho trabajo detrás de cada una, horas de leer mucha historia y consultar mucha documentación

-Mi pequeña gran biblioteca es una gran recolección de historia. La historia de Tudela y de Navarra, que me encanta. Para mi la ciudad de Tudela es clave en la historia de Navarra. En mi forma de reinventarme a mi mismo, el tema de Tudela me ha impactado. Conocía cosas de Tudela pero cuando comencé a dedicarme profesionalmente al tema de las visitas tuve que empaparme y comenzar a buscar cosas, no puedes decir barbaridades a la gente, todo tiene que tener una base. En ese buscar me he dado cuenta que Tudela es una ciudad de cuentos, de historias€ Los primeros días en una o dos horas acababa, pero te vas metiendo y hay muchos cuentos que tienen una parte de documentación de buscar, de estudiar para que no descuadre lo que cuento. Para los últimos me tiraba todo el día, o los escribía a las 6 de la mañana o a las 12 de la noche. Paré el día 2 porque llevaba ya 50 y era un número redondo.

Lo pudo hacer gracias al tiempo que nos regalaba elconfinamiento.

-Sí. Si no es en el confinamiento no lo hago. Este tiempo me ha servido para decirme "¡puedes escribir!", "¡hay gente a la que le gusta lo que cuentas!" Ahora estoy con el segundo libro y no es lo mismo, porque en el confinamiento estaba quieto en casa y ahora entre que salgo y estoy con mil historias€ Ahora tengo que buscar tiempo y me tengo que obligar. En esos meses no veía la televisión, solo escribía y leía.

¿Somos muy 'chovinistas' o Tudela tiene mucha más historia que otras localidades?

-No me harto de decir que Tudela es una fuente de riqueza histórica inagotable. No entiendo Navarra sin Tudela, sobre todo el concepto de Reino de Navarra. En cada rincón, en las calles más extrañas e increíbles puedes encontrar una inagotable fuente de historias de la realidad. Hay muchas tudelas no conocidas y una me apasiona especialmente que es la que tenemos debajo, las bodegas de Tudela. Pensar en la Tudela amurallada es una de mis grandes pasiones, y sueño con recrearla como cartón piedra como un atractivo turístico durante una semana. Tudela tenía murallas de 12 y 18 metros de alto con unas barbacanas impresionantes. También está la Batalla de Tudela (1808). Su situación geoestratégica es clave. Sabemos que tenemos mucha historia pero no nos lo creemos y no sabemos venderlo.

¿A los tudelanos nos pesa el victimismo para lograr el desarrollo de la ciudad?

-El concepto de echar la culpa a los demás nos ofusca. Lo que hay que hacer es darnos a conocer. A gente de Tafalla, y de más al Norte les descubrimos Tudela y la gente se sorprende, no la conocen. Incluso los propios tudelanos, nos dicen "no sabía lo que tenía en mi pueblo". Lo que enseñamos en una hora y media o una hora y 45 minutos es un microespacio de lo que se puede contar. La gente no sabe lo que aparece en los cuentos: los herejes de Tudela seguidores de El Molinosismo (siglo XVII), que las vacas entraban en los conventos y en la catedral los toros como parte de los festejos, la historia del caballero normando Rotrou du Perche de la puerta de la catedral, que una tudelana, Berenguela (siglo XII), llegó a ser reina de Inglaterra o las corridas de toros en la plaza de Los Fueros que eran una auténtica barbarie como en la época del circo romano.

¿Cual de los cuentos le costó o le gustó más?

-El más difícil fue el del cuento triste. Escribir una carta de una madre que se está muriendo en el hospital, meterte en el papel de la enfermera que le asiste y tiene que llevar la carta, ése fue muy emotivo para mí. El de Murchante, en el que meto a mi padre, mi abuelo y mi bisabuelo y a toda la cuadrilla, fue muy satisfactorio. Yo hasta los 10 años pasaba los meses de agosto en Murchante. Cuando mejor me lo he pasado es contando las historias que conocía de las cuadrillas de gente de Tudela. Pero me he dejado un montón, hay para varios libros más.

En el epílogo de la obra señala que tras publicar este libro se dará un trompazo o saldrá fortalecido, ¿cómo ha salido?

-No sabía dónde me metía. Sabía que tenía capacidad para escribir un cuento, pero no sabía cuantos días. La verdad es que estoy muy satisfecho, por el trabajo, la colaboración, las señales de amistad que te genera, a nivel personal salgo fortalecido, me ha gustado verme con la capacidad de poder hacerlo. No sé si escribo, yo cuento historias.

Habla de reinventarse y eso le ha hecho crear su empresa de turismo. ¿Qué va a pasar con el turismo en Tudela?

-Soy optimista. Creo que tenemos capacidad si hacemos las cosas bien. Tudela necesita más sinergias, un motor que tire para que esto sea un destino y hay que adecuarla. Faltan muchas cosas. Si no hay un apoyo a nivel autonómico siempre se cojea y Tudela y la Ribera tiene potencial pero hay que trabajarlo. Hay que dejar de mirarse al ombligo y trabajar más en común. No se puede mirar solo tu restaurante, tu bar, tu hotel, tu empresa de visitas guiadas, tu parque de ocio o tu gran parque natural. Hay que generar sinergias y crear una estructura que potencie esas sinergias. Uno de nuestros defectos como tudelanos es que no sabemos compartir. Hay que hacer las cosas de tal manera que la gente sepa dónde hay que ir a dormir, donde a comer, a una cata, una degustación. Eso hay que generarlo, hoy lo oferta cada uno por nuestra cuenta, el Gobierno, el Ayuntamiento. Hay que pensar en el que viene y darse cuenta de que los cicerones tudelanos empiezan desde el que sirve copas, al que limpia las calles, atiende un hotel o arregla un parque..., todo cuenta. El turismo es uno de los activos más importantes en la próxima década. No es normal que no haya un nivel de francés o inglés suficiente en la ciudad para atender a los turistas.

¿No sería un elemento fundamental que se abrieran las iglesias para poder visitarlas?

-Siguiendo la normativa de la ley de Patrimonio Cultural deberían estar abiertas varios días y no se hace. Entiendo que haya que pagar pero hay que dar más posibilidades para mostrar la Magdalena, la Compañía de María, San Jorge. Tenemos tanta historia o más que Toledo, pero nos falta estructurarlo. No es de recibo que la Torre Monreal se abra durante los fines de semanas, tener abandonada la necrópolis islámica o tener tapada la joya del cerro de Santa Bárbara. El cerro tiene mucha historia, no está a la vista y es una zona de Tudela privilegiada. Para mí el cerro es, en si mismo, un centro de interpretación histórica de primer orden en Tudela. Está el problema de que los autobuses no pueden aparcar, por lo que habría que acercarlos al cerro y ahí hacer la entrada al centro de interpretación de la historia de Tudela y bajarlos hacia San Nicolás, la Magdalena, Rúa, catedral y acabar la ruta en la plaza de Los Fueros. Del origen de la ciudad a la obra que supuso la gran transformación de Tudela. Además se quitaría la circulación del centro de la ciudad. El momento estrella de las visitas es siempre cuando muestras la maqueta de la biblioteca de Tudela del siglo XV, pero muchas veces está cerrado y entonces se nos cae el mundo. No puede ser que la gente no pueda ver la maqueta de la mezquita mayor y de la Tudela del siglo XV con sus murallas.




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