Durante décadas los maltratos físicos y psicológicos en contra de militantes independentistas vascos se multiplicaron hasta alcanzar cotas nunca pensadas en la Europa de las Luces. Pero nos dijeron que era mentira, que eso no sucedía, que España era una democracia donde la integridad de las personas procesadas por las fuerzas de seguridad españolas estaba protegida por el marco legal. A los que denunciaron tortura se les acusó de inventar historias falsad y de seguir instrucciones de un manual.
Total impunidad.
Hoy, según nos reporta esta nota en El Nacional, le ha sucedido a por lo menos dos de los siete consellers enviados a las mazmorras españolas por obedecer el mandato de su pueblo consagrado por las urnas:
El abogado de Carles Puigdemont en Barcelona y de los consellers del PDeCAT, Alonso Cuevillas, ha denunciado que los miembros del Govern encarcelados sufrieron ayer un trato denigrante por parte de la policía española cuando los trasladaron a prisión. Ha explicado que los esposaron por detrás y que durante el trayecto en furgoneta les pusieron el himno de España sonando en un móvil, mientras hacían comentarios del estilo "os vais a enterar".Cuevillas ha añadido a TV3 que a dos de los consellers hasta los obligaron a desnudarse, como se hace en el caso de delincuentes peligrosos por si esconden algún objeto punzante o droga. El abogado ha concluido que el president Puigdemont ha hecho muy bien de refugiarse en Bélgica y de denunciar la falta de garantías de la Justicia española.
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