Vaya, parece ser que el asunto de los muchos nombres - e igual número de banderas- con el que tirios y troyanos se han referido al espacio geográfico-político-lingüístico-histórico-cultural del pueblo vasco sigue siendo un tema a discutir.
Dicho lo anterior les traemos este artículo publicado por el Diario Vasco en el que se plantea la pregunta y se sugieren varias respuestas aunque se deja fuera las más trascendentes por ser el vínculo directo entre el actual movimiento de autodeterminación vasco y la realidad político-jurídico-institucional que alguna vez fue Navarra -o Nafarroa, o Nabarra-.
Lean ustedes:
Iñaki Azkoaga presentará el viernes 24 su ensayo 'Vasco, ¿cómo se llama tu país?'. Resolver la histórica «dispersión» de nombres es básico si como país queremos tener personalidad propiaKepa OlidenEuskadi, Comunidad Autónoma Vasca, Euskal Herria, Vasconia, País Vasco... Iñaki Azkoaga ha inventariado más de medio centenar de nombres para designar al espacio geográfico, antropológico y cultural que pueblan los vascos y navarros a ambos lados de la frontera.Lejos de terciar en el debate político sobre la territorialidad, Azkoaga aborda desde la óptica del marketing el problema de la «dispersión» nominal de que adolece este pequeño país. Lo hace en un ensayo que aboga por «encontrar un nombre único» para denominar al país de los vascos. Resolver el tema de nombre es «absolutamente básico, si como país, se quieren optimizar los esfuerzos que se realizan para la mejora de su marca y reputación».'Vasco, ¿cómo se llama tu país?' analiza una cuestión sobre la que «llevo reflexionando unos años y me preocupa bastante». Este experto de sociología y comunicación opina que «necesitamos un nombre estable único para tener personalidad propia» en el mundo. Algo que, a su juicio, no ocurre hoy por hoy. Señala como botón de muestra lo que acontece en el ámbito deportivo con la Selección Vasca, denominada así a falta de consenso para bautizarla oficialmente como Selección de Euskadi o de Euskal Herria. Una «dispersión» que se ahonda «cuando se emplean recursos literarios como 'los jugadores de Euskadi', el 'combinado vasco'...».En el caso de un país pequeño como el nuestro este fenómeno es «negativo, y es necesario focalizar un nombre», aseguraba Azkoaga. Algo que no ocurre en el caso de naciones-Estado consolidados, y citaba como ejemplo a los alemanes, que se llaman 'deutsche' en su idioma, 'germans' en inglés o 'tedeschi' en italiano, sin que por ello se menoscabe su personalidad.«No soy historiador ni filólogo», confesaba Azkoaga, pero sin embargo se ha aventurado en ambos campos en su intento de encontrar la clave que desentrañe la cuestión del nombre de país de los vascos. «He procurado exponer por qué es un problema la situación actual, he ahondado en la historia para dar con un hilo conductor del nombre si pudiera existir, he explicado los retos a los que debe responder y me he atrevido a proponer unas alternativas concretas».Quien desee conocer las propuestas que constituyen la clave de la tesis que plantea Iñaki Azkoaga no tiene más que leer este volumen de 150 páginas que se puede adquirir al precio de 16,95 euros en las librerías y en Amazon. También estará a la venta en la próxima feria de Durango.
Presentación en KulturateIñaki Azkoaga presentará al público su ensayo 'Vasco, ¿cómo se llama tu país?' el próximo viernes 24 de noviembre en un acto que tendrá lugar en Kulturate a las 19.00 horas.Allí desvelará las interioridades de un ensayo que recapitula sobre los distintos nombres que ha recibido el país de los vascos desde época romana y aventura unas propuestas de denominación que, según el autor, se ajustan a los siguientes requerimientos: que se ajuste a la historia; que sea distintivo, compacto, inclusivo e idiomáticamente unificado. La dicotomía entre 'eus' y 'vas' es, en opinión de Azkoaga, uno de los lastres a la hora de conseguir esa unificación.El autor invita a los lectores a recibir con «mentalidad abierta» las tesis que exponen en su ensayo, y él mismo se muestra abierto a «dar la bienvenida a cuantas aportaciones ciudadanas tengan a bien remitirme».Pero hace una apelación especial a Eusko Ikaskuntza para que, en colaboración con Euskaltzaindia, se pronuncie sobre la tesis que plantea el libro. Cuyas propuestas, como reconoce el autor, «difieren de las utilizadas en estos tiempos; otro modo de decir lo mismo es que no son políticamente correctas». Por ello no ocultaba su temor a «salir emparedado» y pedía «disculpas de antemano si molesto a alguien».
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