Los colectivos feministas ya habían advertido acerca del peligro que se corría durante el juicio a los cinco acusados de la violación tumultuaria a una joven durante los Sanfermines del años pasado.
El peor escenario ha sido confirmado. El País ha dado a conocer un artículo en el cual hace saber que el juez a cargo del proceso ha decidido aceptar como prueba de la defensa el testimonio de una firma de espionaje privada que se ha dedicado a seguir a la víctima acechándola no solo en su día a día sino también en sus redes sociales.
¿Qué se busca con esto?
¿Desacreditar a la víctima?
¿Existe solo una forma de actuar después de haber sufrido una violación?
¿Es por esto que los editores de El País insisten tanto en usar las palabras supuesto y supuesta?
Lo dicho, una vez más se va a victimizar a la victima en beneficio de los victimarios.
Aquí tienen la información:
La joven presuntamente violada por el grupo de sevillanos declara durante cuatro horas en la segunda jornada del juicioJavier DoriaEl juicio por la supuesta violación grupal a una joven madrileña durante los Sanfermines de 2016 ha contado este martes con el testimonio de la denunciante, que en el momento del suceso tenía 18 años. Su testimonio, junto a los siete vídeos grabados por los acusados con sus teléfonos móviles, son las principales claves del proceso, que se extenderá hasta el 24 de noviembre. Su declaración se ha alargado durante más de cuatro horas, con varias interrupciones para deliberaciones del tribunal.Entre los aspectos que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha tomado en consideración está un informe de la actividad de la joven en redes sociales realizado por unos detectives privados contratados por una de las defensas que siguieron a la joven las semanas posteriores al suceso. El expediente ya había sido incorporado a la causa, pero ahora se ha añadido una publicación de carácter festivo que la víctima compartió en redes sociales. Para elaborar el primer informe los detectives siguieron a la denunciante durante un fin de semana, además de aportar sus publicaciones en redes sociales y analizar las cámaras de seguridad de la zona en la que vive. El motivo esgrimido para encargar esta investigación es analizar el comportamiento de la víctima tras el suceso.La joven ha llegado este martes acompañada de sus padres al Palacio de Justicia de Pamplona en un vehículo camuflado de la Policía Foral a través del garaje sobre las 9.30 de la mañana. Ha afrontado un interrogatorio en el que ha tenido que responder a todas las partes personadas; la fiscal, los abogados de los cinco acusados, las dos acusaciones populares ejercidas por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona además de su propio abogado. Su declaración se interrumpió en dos ocasiones. En la primera el tribunal deliberó sobre si durante el interrogatorio se podía o no visionar los vídeos que se hallaron en los teléfonos móviles de los acusados en los que se veía el suceso. Fiscalía y acusaciones se negaban a que se hiciera pasar a la joven por ese trago.Posteriormente, tras dos horas de declaración, se realizó un receso breve para que las partes pudieran descansar algo. La declaración de ella fue seguida por la de los cinco jóvenes sevillanos acusados de la violación grupal en una sala diferente del Palacio de Justicia. Lo hicieron mediante circuito cerrado de vídeo para evitar cualquier contacto visual entre la denunciante y los acusados. La medida la decidieron los tres magistrados que componen la Sala para proteger la intimidad de la joven, junto a la prohibición de acceso a la sala de vistas y al vestíbulo del tribunal por parte de cualquier persona que no sea miembro de las partes o testigo.Después de la declaración de la víctima ha seguido la fase testifical con los dos primeros testigos; la pareja que la encontró llorando en un banco cercano al portal de la calle Paulino Caballero donde se produjo la supuesta violación grupal.
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