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jueves, 10 de octubre de 2013

Entrevista a Máirtín ó Muilleoir

Por medio de Gara traemos a ustedes esta entrevista en la que se pone de relieve la experiencia del proceso de paz en Irlanda como contexto para el que se ha iniciado en Aiete para Euskal Herria hace ya un par de años.

Lean por favor:


El alcalde de Belfast será uno de los encargados de abrir hoy la conferencia internacional de Donostia sobre el impulso local a procesos de paz.

Máirtín ó Muilleoir | Alcalde de Belfast | Desde el pasado 3 de junio, Muilleoir es el alcalde de la capital del norte de Irlanda y lo será hasta junio del año que viene.   Tras ser concejal en dos ocasiones, ha alcanzado la vara de mando por Sinn Féin. Es la primera vez que los republicanos son mayoría frente a los unionistas, un vuelco que se ha producido tras el proceso de solución del que viene a dar testimonio a la conferencia internacional «Construyendo la paz desde el ámbito local» de Donostia, que se celebra hoy y mañana.

Nagore Belastegi

A pesar de los enfrentamientos puntuales que persisten en el norte de Irlanda, el proceso de paz ha dado pasos continuos y positivos durante los últimos quince años. Máirtin Ó Muilleoir resalta que intenta, desde su puesto de alcalde de Belfast, acercar a las dos comunidades que aún recuerdan su violento pasado reciente. Es uno de los principales invitados a la conferencia internacional de alcaldes por la paz que comienza hoy en Donostia.

Se puede pensar que la paz y la reconciliación son cosas que hacen los grandes gobiernos, no los ayuntamientos...

Hay que construir la paz con justicia, y eso es un trabajo para todos. A veces los grandes gobiernos hablan de paz, pero hacen lo mínimo por ella. Así que la paz hay que trabajarla entre los individuos, en las comunidades, en las ciudades, en las naciones. Creo que en Belfast estamos todos conectados.

¿Cómo ha cambiado su ayuntamiento tras el acuerdo de Viernes Santo de 1998?

Han pasado quince años. La primera vez que entré en el Ayuntamiento de Belfast como concejal fue en 1987, y entonces la paz era un proyecto. El gran cambio desde la tregua de 1994 es que ahora en nuestra ciudad no hay más guerra. El final de los años de conflicto ha traído muchos beneficios, y algunos de ellos están relacionados con el acuerdo de paz de 1998. Ahora tenemos un gobierno que es justo, en el que están representados todos los partidos. La paz en sí misma es gratificante, aunque a veces presenta muchos desafíos. Ha traído mejoras en el trabajo, la industria, el turismo... este es un gran premio para aquellos que apoyan el proceso de paz, pero creo que queda trabajo para que se consolide.

El enfrentamiento entre dos comunidades era mucho más duro en Irlanda que en Euskal Herria, hay más dolor acumulado. ¿Cómo se transforma toda esa energía negativa en positiva?

Aunque la intensidad del conflicto era mayor, la de Euskal Herria también es una gran sombra para Europa. Hubo muchos años de conflicto político aquí, mucha gente perdió la vida. Creo que debemos ser positivos todo el tiempo y ver el vaso siempre medio lleno en favor de la paz. Pero la paz necesita progreso, y conozco las grandes dificultades que están teniendo ustedes en Euskal Herria. A pesar de ello, los que creen en la paz conseguida democráticamente, en lugar de con la violencia, se verán recompensados. En Belfast seguimos ese camino hacia el cambio político y conseguimos más beneficios para nuestra gente. El tiempo ayudará a que la paz prospere, y aunque haya un segmento político en contra de la paz, creo que encontrarán cada vez más gente interesada en esta causa.

En Euskal Herria se percibe que el proceso de reconciliación avanza más rápido en la calle que entre los políticos. ¿Ocurrió también en Belfast?

La reconciliación entre la gente es un gran premio. Creo en la reconciliación entre aquellos que han sido heridos, que perdieron seres queridos, entre víctimas y supervivientes. Martin McGuinness, uno de los líderes del Sinn Fein, habló hace dos semanas en Inglaterra sobre el sufrimiento de la gente inocente por la guerra en nuestro país. Pero también intentamos hacer paz con la gente que sufrió terriblemente debido a las acciones del IRA. No hay que luchar solo por las demandas políticas, también debemos intentar llegar a aquellos que sufrieron la campaña armada. Para que los republicanos seamos constructores de paz en Belfast, debemos asegurar que queremos ayudar a todos, a la gente que está sufriendo.

Usted mismo ha explicado que en los próximos diez años quieren derribar 30 muros entre las dos comunidades en Belfast, ¿todavía no es posible hacerlo?

Necesitamos el consentimiento y la aprobación de la gente que vive al otro lado de los muros de la paz. Todavía hay mucho trabajo, pero estoy convencido de que cuando caigan Belfast será una ciudad más fuerte. Mi sueño es tener una ciudad sin muros, ni muros físicos, ni muros mentales. Veremos que no somos tan diferentes, que somos iguales a pesar de la cultura de cada uno. Así la paz se fortalecerá y podremos planear nuevos avances en el proceso.

Hay una cosa común entre Donostia y Belfast. A medida que se ha abierto el proceso, los abertzales/republicanos han alcanzado el gobierno y los españolistas/unionistas lo han perdido. ¿Cómo se sienten ellos en esa situación y cómo la gestiona usted?

La vieja política anterior no era buena para Belfast. Ahora no es mejor porque nosotros seamos mayoría, sino porque tenemos una mayor obligación de asegurar que tratamos a las dos comunidades y sus culturas con respeto. Debemos aceptar que en Belfast hay republicanos y unionistas, y deben ser tratados por igual. Trabajamos por la reconciliación y por no quedarnos atascados en el pasado, trabajamos por que los republicanos y los unionistas no actúen como hace 40 años.

¿Qué contradicciones ha tenido que superar en su día a día político? Por ejemplo, conserva el título de Lord, ¿por qué?

Debemos estar agradecidos porque tenemos una perspectiva republicana que no discrimina a los unionistas. No debemos tirar todos sus símbolos a la basura. Además, en Dublin se refieren a sus alcaldes como Lord Mayor, y también en Cork utilizan el título. No creo en estas cosas, pero pueden servir para tender un puente hacia los unionistas. Aunque tomemos una posición distinta, por respeto en mi mesa hay tres fotografías de la familia real. Las he dejado donde estaban, pero también he colocado la Declaración de la República de Irlanda de 1916 porque es importante para mí. En mi día a día como alcalde prefiero dedicarme a escuchar a la gente, que está más interesada en ver qué es lo que puedo hacer para que consigan trabajo o mejorar los servicios.

¿Qué beneficios tuvo la colaboración internacional en su proceso de solución?

Fue una ayuda tremenda. Estados Unidos colaboró con proceso de paz y todavía mantenemos el contacto con la Casa Blanca. La relación irlandesa-americana es indispensable, pero también la que tenemos con la Comunidad Europea. Desde que comenzó el proceso de paz los países de la Unión Europea decidieron destinar una partida de miles de millones de euros para ayudar a construir la paz. Somos muy afortunados también de que en los momentos cruciales Londres, Dublin y Bruselas estuvieran de parte de la paz. Estamos muy agradecidos por esa ayuda.

Aportaciones de expertos en resolución, Irlanda, Palestina, Kurdistán, Colombia...

Los participantes en la conferencia ya están en Donostia en su mayoría, porque las sesiones comenzarán hoy a las 10.00, con un acto institucional en Aiete que luego dará paso a los grupos de trabajo en el Kursaal. El elenco reunido resulta seguramente el más extenso congregado en Euskal Herria para hablar de resolución de conflictos, y permite escuchar decenas de aportaciones llegadas de todo el mundo. El programa es muy intenso en la tarde de hoy y la mañana de mañana.

Todo arrancará en la Casa de la Paz con una recepción institucional, en la que se espera que intervengan Juan Karlos Izagirre, alcalde; Martin Garitano, diputado general; la directora de Derechos Humanos de Lakua, Monika Hernando; el patrono de honor del cónclave, Vicente Zaragüeta, presidente del Aquarium de Donostia; el presidente de Mayors for Peace (Alcaldes por la Paz) y regidor de Hiroshima, Matsui Kazumi (por videoconferencia); y Michel Cibot, en representación de esta misma institución. Luego habrá dos conferencias inaugurales: la del alcalde de Belfast, protagonista en estas páginas, y la del experto Carlos Villar Durán, que versará sobre «El derecho de las personas y de los pueblos a la paz».

Las mesas redondas arrancan por la tarde, con la particularidad añadida de que serán moderadas por responsables de los cuatro diarios radicados en Gipuzkoa, que han aceptado la invitación del alcalde ("El Diario Vasco'', "Noticias de Gipuzkoa'', GARA y "Berria''). La primera (16.00) reunirá a miembros de fundaciones y organizaciones que trabajan en resolución de conflictos, y que ya impulsaron tanto Aiete como el Foro Social. Destaca ahí la presencia añadida de Pat Colgan, del programa Peace de la UE.

Luego se presentarán las experiencias locales de Errenteria, Elgoibar e Irun, y la jornada se cierra con representantes de ciudades envueltas actualmente en procesos de transformación de conflictos, con intervinientes palestinos, saharauis, kurdos y bretones. El alcalde de Bogotá (Colombia) se sumará por videoconferencia, y luego tomará la palabra Jorge Tapia, exministro del Gobierno de Salvador Allende en Chile.

Ya mañana (de 9.00 a 14.00), habrá tres foros. El primero analizará la perspectiva del postconflicto, con representantes locales de Argentina, El Salvador, Nicaragua e Irlanda. Después cruzarán experiencias Sinam Muhammad, presidenta del Consejo Popular para Kurdistán del Oeste (bajo dominio sirio), y Milja Radovic, experto en el proceso de los Balcanes. Y la conferencia se clausurará con una mesa redonda entre ciudades que han promocionado espacios e iniciativas de avance en la resolución de conflictos; Batman (Kurdistán), Milán (Italia), Barcelona (Catalunya), Steenokkerzeel y Koksijde (Flandes), Santa Lucia di Mercurio (Córcega) y Boise (Idaho-Estados Unidos), desde donde llega su alcalde, David Bieter, muy conocido en estas tierras.

El alcalde y máximo auspiciador de la conferencia, Juan Karlos Izagirre, insistió ayer en que el objetivo básico es cruzar experiencias y auguró que el foro «tendrá mucho peso». Incide en el concepto de que «la administración local puede hacer mucho por construir la paz y buscar la convivencia entre la ciudadanía, porque hay heridas que cuesta cerrar».

En los micrófonos de Radio Euskadi, preguntado sobre los desmarques, Izagirre deseó que «el día 12 tengamos capacidad, entre diferentes e incluso entre muy diferentes, de apostar por construir la paz. Ojalá antes o después nos demos cuenta de que lo tenemos que hacer entre todos. Reprochar iniciativas a unos y otros no es el buen camino».






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