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viernes, 4 de octubre de 2013

La Calle Prim

Les compartimos la editorial que Gara dedica a la liberación de las víctimas de la razzia llevada a cabo por el régimen español en contra de los integrantes de Herrira, colectivo dedicado a la defensa de los derechos humanos de los presos políticos vascos.

Lean ustedes:


El camino a través de la calle Prim, desde la Audiencia Nacional hasta Recoletos fue el último tramo de una jornada que transcurrió desde la incertidumbre hasta la alegría y los abrazos que ponían fin a una angustiosa semana. Con 16 de los arrestados ya en la calle, los dos últimos dejarán hoy mismo la cárcel de soto del real.

Quien ha sufrido la angustia de las horas de espera frente a la Audiencia Nacional también conoce la alegría que se desborda cuando un ciudadano vasco que ha sido arrancado de su tierra abandona el tribunal especial. Eso ocurrió ayer en dos tandas. Una, a primera hora de la tarde, de forma imprevista incluso cuando ya se conocía la decisión del juez. La segunda, pasadas las 19.30 horas, poco después de que familiares y arrestados ya en libertad recibiesen entre aplausos a los abogados. La tensión de cuatro largas jornadas desde que la Guardia Civil desarrollase su macrorredada se convirtió en expresión de euforia y lágrimas de emoción en el momento en el que ya se tenía claro que hoy, cuando Jesus Mari Aldunberri y Manu Ugartemendia abandonen la prisión de Soto del Real, los 18 ciudadanos vascos podrán dormir en su casa.

Pasaban las 15.00 horas y, uno a uno, los diez primeros arrestados que, ya en libertad, dejaban atrás la Audiencia Nacional, enfilaban el camino hacia sus amigos y familiares, a quienes la Policía española había desplazado hasta Recoletos. A través de la recta, templados y serenos. Pero desde el primer contacto visual con los familiares y amigos que les esperaban, fundidos en abrazos, emoción, saludos y más abrazos, que es precisamente parte de lo que reivindica Herrira para el futuro de Euskal Herria. No podía ser menos.

Parecía mentira que, apenas una hora antes, la incertidumbre se hubiese hecho presente cuando se conocía que el fiscal solicitaba prisión para diez de los detenidos. La mejor definición, la de «montaña rusa» de sentimientos, la daba poco después Beñat Zarrabeitia, uno de los arrestados. Tras esos primeros instantes de alegría desbordada, los corrillos y los primeros relatos. Por desgracia no pudieron reunirse todos. A primera hora de la tarde, nada más conocerse que el juez Velasco decretaba prisión eludible bajo fianza, Jon Garai, Nagore García, Jesus Mari Aldunberri y Manu Ugartemendia eran trasladados directamente a Soto del Real. Sin tiempo siquiera para que sus familiares depositasen los 20.000 euros de fianza. Los dos primeros abandonaron la cárcel pasadas las 21.00 horas y los otros dos lo harán hoy.

«Agradecimiento y afecto para nuestros familiares, amigos y amigas, porque no han tenido un trago nada fácil de afrontar. Pero hemos notado en todo momento que estaban ahí», resumía Zarrabeitia, lanzando un recuerdo especial a todas las personas que se han movilizado estos días en Euskal Herria. Tras la primera euforia y con rostros de cansancio, tocaba el camino de vuelta a casa. Allí también aguardaban cientos de personas a la espera del abrazo colectivo.






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