Les compartimos este texto que nos han enviado por correo electrónico:
Verás que todo es mentira
Jose Mari Esparza Zabalegi
Cada vez que Roberto Jiménez abre la boca me pongo a cantar el tango de Gardel. Ya somos orfeón. Y mejor tomar a guasa sus palabras. Cuesta, eso sí, ponerte a cantar tangos cuando te tratan como jilipoyas.
Todo es mentira. La historia del PSN es una trola monumental, desde su génesis en 1982, cuando se separó del Partido Socialista de Euskadi y de la unidad territorial vasca, que los socialistas habían defendido desde la República. Para ello, Urralburu, Arbeloa y otros trileros soltaron la primera gran bola: que los socialistas navarros nunca habían defendido la unidad vasca. Mentira absurda, ante los muchos documentos históricos que muestran lo contrario. Antes de comenzar a robar los fondos públicos, Urralburu robó la memoria de Constantino Salinas, Julia Álvarez, Salvador Goñi, Juan Arrastia y tantos líderes socialistas de la República, mientras les ponía, eso sí, un ramo de rosas rojas en sus tumbas.
Primero engañaron a sus propios afiliados y luego al resto de la sociedad. Los militantes honrados, que los hubo, se marcharon, los echaron, o siguen intentando desesperadamente cambiar el rumbo.
Pese a la separación, en sus actas siguieron hablando de Euskal Herria y de Pueblo Vasco, y prometieron crear un órgano común vasconavarro. Nunca lo cumplieron. Los pinochos navarros tuvieron en Felipe González su maestro: quién no recuerda su apoyo al Derecho de Autodeterminación, su compromiso con el pueblo saharaui, su NO a la Otan. Gran pajarraco, el señor X.
En 1991 estuve en el Parlamento en el intento de Urralburu de conseguir la presidencia, con los votos de EA. Para lograr la necesaria abstención de Herri Batasuna, recuerdo la vehemencia con la que el PSN anunció que, dada la madurez de la sociedad navarra, se extendería la educación en euskera a todo el territorio. La promesa, 22 años después, sigue incumplida. Poco después Urralburu, junto a Aragón y Roldán, ya estaba empapelado, aunque medio partido olía a pringue. Colín, Mazuelas, Tajadura, Asiain… ¡qué banda!
En 1995 la derecha se cargó en un amén el Órgano Común Permanente, sacando al sol las cuentas de Otano, ergo del PSN, en Suiza. “Ante la falta de financiación a los grupos políticos, es lógico que alguien se la jugase por el partido”, había justificado Solchaga en una entrevista en El País. El chorizo queda más guapo con un poco de épica militante.
En el 2007 nuevas promesas electorales. La posibilidad de un nuevo Gobierno tripartito del PSN, con Nabai e IU, presidido por Puras, fue apoyado por 104 votos contra uno por los órganos del PSN. Pero como para esta gente Madrid locuta, causa finita, se encargaron en Ferraz de dar el Gobierno, otra vez, a UPN.
El escándalo fue tal que hubo que cambiar de trileros. Llegó Roberto Jiménez a la secretaría general del PSN, cuando todavía no había explicado cómo pudo privatizar una empresa de transportes siendo concejal de Iruña y acto seguido colocarse de “asesor” en la misma. “Es que ya ha dejado de ser concejal”, había explicado en su día un portavoz del PSN. Poco después, con cara de no haber roto un plato en su vida, presidía el partido.
En 2011 entregó el Gobierno a Barcina. Cobró dietas inmorales, enchufó sus correveidiles; se pringó en la CAN, frenó su investigación. Sueldazo, sobres, dietas, borracheras que no han terminado… Ahora vuelve con el mismo discurso del cambio, confiando en que entre sus filas haya todavía ingenuos suficientes para dejarse engañar una vez más.
Cada vez resultan más proféticas las palabras del PSOE y del Frente Popular Navarro defendiendo el Estatuto Vasco en 1936: Navarra sola será pasto del caciquismo. Y si algo ha demostrado el PSN en estos 30 años es que navarrerismo y corrupción van parejos, bien uncidos y bendecidos por la capital de Navarra, Madrid.
UPN y PSN llevan décadas juntos, esquilmando esta tierra. Da igual Jiménez que Barcina, Asiain que Catalán, Iribas que Felones. Mientras no cambie de actitud, todo lo que suponga oxigenar al PSN actual no hará sino alargar la agonía del territorio. Sostener la corrupción. Debemos sumar voluntades fuera de ese lodazal. Costará, pero no hay otro camino.
°
No hay comentarios.:
Publicar un comentario