Un blog desde la diáspora y para la diáspora

sábado, 3 de abril de 2004

Martínez | ¿Un Nuevo Mundo?

Les recomendamos este excelente artículo de opinión publicado en La Jornada. En el mismo, su autor estructura de forma muy correcta el escenario mundial que enfrentamos actualmente, acomodando incluso la pieza que le corresponde al régimen borbónico franquista y su cambio de estafeta del PP al PSOE derivado de su vil manejo de las horas posteriores a los atentados del 11-M.

Disfruten la lectura:


¿Un nuevo mundo?

Gonzalo Martínez Corbalá

Hay tanta confusion en estos días sobre la "amenaza del terror", que inclusive Pervez Musharraf -quien se hizo del poder en un golpe de Estado (el 12 de octubre de 1999) derrocando el gobierno democráticamente electo del primer ministro Nawaz Sharif, en una operación militar que duró tres horas cuando éste trató de despedir a Musharraf de su posición como jefe del ejército paquistaní- con toda su experiencia, en días pasados lanzó un ataque en el sur de Waziristán, región fronteriza de Pakistán con Afganistán, al creer que había acorralado a dos de los más buscados líderes tribales que supuestamente protegían a soldados de Al Qaeda y talibanes.

Los soldados paquistaníes fueron rodeados por el enemigo; murieron por lo menos 16, y 18 fueron tomados como rehenes. Luego tuvieron que mandar una brigada y helicópteros artillados acompañados por una docena de agentes de la CIA y un número importante de las Fuerzas Especiales para apoyarlos, suponiendo que habían "atrapado" algunos peces gordos, entre ellos nada menos que a Ayman Al-Zawahiri, brazo derecho de Osama Bin Laden. En realidad lo único que pescaron fue a 100 chechenos rebeldes y uzbecos, así como a algunos integrantes de una tribu china disidente de los uighurs. Esto sucedió unos días después del brutal ataque terrorista que causó más de 200 muertes en Madrid y numerosos heridos que provocaron la justa indignación del pueblo español, que se lanzó a las calles de las principales ciudades de España, con la solidaridad manifiesta de todo el mundo, a protestar contra el terrorismo.

Lo único que quedó muy claro es que la guerra contra el terror se entiende como una, siempre ligada, de una o de otra manera, con la que se ha librado contra Irak, aunque no todo el mundo está de acuerdo con que esa sea la única raíz del problema del terrorismo, ni tampoco en que la ecuación Irak-Al Qaeda es automáticamente válida y una verdad incontrovertible.

Es cierto que el presidente George W. Bush al día siguiente del 9/11, como muchos estadunideneses, andaban buscando desesperadamente a quién bombardear (Newsweek, 29 de marzo) y que su primera reacción fue preguntar a Richard Clarke si había sido Irak responsable por los ataques terroristas sobre Nueva York y Washington -previstos por Michel de Nostradamus en sus profecías de 1555-, como es cierto también que a él mismo, a Bush y a Rumsfeld, secretario de Defensa de Estados Unidos, les hubiera gustado tener suficientes pruebas de la complicidad de Saddam Hussein desde ese momento.

Clarke no estaba tan convencido de ello, y si hemos de creer en lo dicho en su libro Against all enemies (Contra todos los enemigos) parece que tenía buenas razones para su escepticismo, pues aunque el presidente Bush dice no recordar las conversaciones descritas por Clarke, y que parece haber alguna contradicción con la agenda presidencial, se dice en Washington que su libro pudo haberse llamado "Si sólo hubieran escuchado a Dick Clarke".

John Kerry quiere también que todos escuchen a Clarke ahora, por lo menos los demócratas lo pusieron inclusive en su página web. Mientras que en la campaña de Bush se centran en la acción del gobierno para regresar los golpes después del 9/11, Kerry está trayendo a la discusión ante la opinión pública el periodo previo -nueve meses antes- al 9/11, cuando el entonces nuevo presidente no dedicaba mucha atención a Al Qaeda. Como tampoco se considera que lo hubiera hecho Bill Clinton. El jefe de la lucha contra el terror en los últimos años de los 90, y precisamente durante el ataque del 9/11, era Dick Clarke, quien era bien conocido por su empeño ante la CIA, el FBI y el Pentágono de darle mayor importancia a Al Qaeda, sin que Clinton ni la incipiente administración de Bush le hubieran prestado mucha atención.

El caso de España es muy diferente, puesto que el atentado criminal de Madrid se da con Saddam Hussein en la cárcel y, si bien el presidente Aznar quiso culpar automáticamente a la ETA en un principio, no pudo sustentar su tesis y muy pronto se vio obligado a dejar el paso a la posición del PSOE y su candidato triunfante, José Luis Rodríguez Zapatero, de que las investigaciones habrían de orientarse hacia el grupo terrorista Al Qaeda, pagando un alto precio por su apoyo a la coalición Estados Unidos-Gran Bretaña, Bush-Blair, en una guerra que cada día que pasa divide más a la propia opinión pública de EU, al punto de que el Congreso creó una comisión investigadora, ante la cual tendrá que rendir declaración -bajo juramento- la asesora principal de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.

El contexto de referencia mundial es muy diferente ahora. La OTAN acaba de admitir a siete miembros a partir del 29 de marzo. Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia formarán parte de una organización de 26 miembros que llega a cambiar el balance de fuerzas en Europa, así como el triunfo aplastante de Rodríguez Zapatero en España; viene a superponerse a la derrota de Jacques Chirac y de la derecha francesa, en la segunda vuelta de las elecciones regionales, al imponerse en 20 de las 22 circunscripciones que se disputaron, cambiando el mapa político de ese país. Cabe preguntarse: ¿una nueva Europa? ¿Un nuevo Estados Unidos?, o bien ¿un nuevo mundo? Lo más deseable por supuesto es que podamos contestar afirmativamente esta última pregunta. Estamos quizás en el umbral de un nuevo mundo, en los primeros años del siglo XXI. 




°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario