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lunes, 19 de abril de 2004

División Azul Saldrá de Irak

José Luis Rodríguez hace buena su promesa de retirar a la División Azul Aznariana que se encuentra estacionada en Irak. No se sabe si también va a retirar a los mercenarios del CNI, principales blancos de la resistencia iraquí.

Aquí lo que nos informa La Jornada:


Ordena España el "retiro inmediato" de sus soldados desplegados en Irak

La medida, "precipitada; nos hace más vulnerables al terrorismo", señala el opositor Rajoy

Armando G. Tejeda | Corresponsal

José Luis Rodríguez Zapatero ordenó hoy la "retirada inmediata" de las tropas españolas en Irak, un día después de ser investido presidente del gobierno de España al suceder en el cargo al derechista José María Aznar. Al justificar su decisión dijo que "no es previsible" que en el país ocupado se "recupere la legalidad internacional" y se decrete un mandato de la Organización de Naciones Unidas (ONU) antes del 30 de junio, ajustándose a lo "deseado por el pueblo español".

Desde el palacio de La Moncloa, residencia oficial, Rodríguez Zapatero convocó esta tarde a los medios de comunicación para difundir su primer mensaje oficial: "Esta mañana, una vez que el ministro de Defensa (José Bono) ha jurado su cargo, le he dado la orden de que disponga lo necesario para que las tropas españolas destinadas en Irak regresen a casa en el menor tiempo y con la mayor seguridad posibles", señaló en su mensaje el líder socialista, flanqueado por su vicepresidenta, María Teresa Fernández, y el titular de Defensa.

Rodríguez Zapatero, una vez concluido el traspaso definitivo de los poderes ministeriales, recordó que esta decisión, saludada por todas las formaciones políticas a excepción del ex gobernante Partido Popular (PP), es "un compromiso público" y que "con la información de que disponemos y que hemos recabado en estas semanas, no es previsible que se vaya a adoptar una resolución de la ONU que se ajuste al contenido al que quedó condicionada nuestra presencia en Irak".

Añadió que "tanto las manifestaciones públicas de los principales actores implicados en este conflicto, como los contactos mantenidos por el ministro de Defensa a petición mía en el curso del último mes, no aportan indicios que permitan prever una variación sustancial en la situación política y militar existente en Irak en los plazos previstos y en el sentido reclamado por el pueblo español".

En conclusión, mil 432 efectivos desplegados en Diwaniya e integrados en la Brigada Plus Ultra regresarán al país "con la máxima seguridad y, por consiguiente, en el menor tiempo posible"; trascendió que el plazo podría ser de 50 días.

Rodríguez Zapatero explicó que "esta decisión responde, antes que nada, a mi voluntad de hacer honor a la palabra dada hace más de un año a los españoles. El gobierno, animado por las más hondas convicciones democráticas, no quiere, no puede y no va a actuar en contra ni a espaldas de la voluntad de los españoles. Esta es su principal obligación y es también su principal compromiso".

Ofreció otra razón, que responde más a su convicción de que la guerra contra Irak -que comenzó sin autorización de la ONU- es "ilegal" e "injusta", al sostener que "la decisión responde también al propósito de contribuir a la lucha que libra la comunidad internacional contra el terrorismo desde el más estricto respeto a la legalidad internacional".

Anunció que su gobierno mantendrá su "apoyo" a la reconstrucción y democratización de Irak "desde Naciones Unidas y la Unión Europa con tareas que ofrezcan un contexto de cooperación internacional que contribuya a que los iraquíes recuperen su soberanía".

Solicitó una convocatoria urgente del pleno del Congreso de los Diputados para informar a los grupos parlamentarios sobre las razones de esta medida que, informó, anunció previamente al líder de la oposición, el derechista y sucesor de Aznar, Mariano Rajoy. El gobernante emprederá de forma simultánea sus primeros contactos con el gobierno del presidente estadunidense, George W. Bush; el próximo martes el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, experto en Medio Oriente, viajará a Estados Unidos, donde se entrevistará con el secretario de Estado, Colin Powell, y con la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.

Todas las formaciones políticas manifestaron su beneplácito por la medida, con la excepción del PP, que apoyó en solitario la política de Aznar de respaldar la estrategia de guerras preventivas de George W. Bush. Rajoy consideró que la retirada de las tropas "hace a España más vulnerable y débil frente al terrorismo", al tiempo que le atribuyó haber hecho el anuncio "por sorpresa y con precipitación"; además, afirmó, la medida hace "poco fiable a España, porque es insolidaria con los países comprometidos con Irak y deja a su suerte a los iraquíes".

El resto de las formaciones parlamentarias, algunas de las cuales apoyaron la investidura de Rodríguez Zapatero, se felicitaron por la medida. Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) señaló que era "la única salida que se podía adoptar en estos momentos en Irak, dado el inmovilismo de Estados Unidos en su cesión de poder político, económico y militar, ya que en estos momentos la situación allá es insostenible y por lo tanto el ejército español se hubiera visto asediado si no se adoptaba una decisión rápida".

La coalición comunista Izquierda Unida (IU) manifestó su "satisfacción" por la medida, que es "un buen signo del inicio de una nueva etapa política"; mientras la Plataforma Cultura contra la Guerra y el Foro Social de Madrid, convocantes de la mayoría de las manifestaciones contra la guerra, calificaron la iniciativa de "grata y esperanzadora noticia".

Así, varios cientos de personas se congregaron esta noche en la tradicional Puerta del Sol, en el centro de Madrid, para festejar el próximo retorno de los soldados.

Presencia simbólica

A pesar del protagonismo internacional que tuvo Aznar en su apoyo a la ocupación de Irak, al haber sido uno de los firmantes de la llamada Declaración de las Azores -suscrita por Aznar, Bush y el primer ministro británico Tony Blair tres días antes de que comenzara la ofensiva bélica el 20 de marzo de 2003-, la presencia de las tropas españolas en Irak es simbólica, al contar con más de mil 400 militares, la mayoría de ellos desplegados en Diwaniya bajo las órdenes del mando polaco que coordina a la Brigada Plus-Ultra.

Los españoles comparten escenario con los mil 200 soldados procedentes de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Republica Dominicada, cuyos gobiernos respondieron a la petición del propio Aznar de colaborar en Irak, para lo que se habría incluso comprometido a la condonación de parte de la deuda de sus estados con organismos públicos españoles.

La situación de los militares españoles desplegados en Irak es similar a la del resto de los países: en lugar de realizar supuestas tareas humanitarias, al ser ésta la justificiación esgrimida por el gobierno de Aznar, se dedican a enfrentar los constantes ataques de la resistencia iraquí, situación que ha empeorado ostensiblemente desde los ataques de Estados Unidos a la comunidad chiíta y a la persecución del clérigo Moqtada Sadr.

Desde que estalló la guerra de Irak, 11 españoles miembros de las fuerzas de seguridad han muerto, la mayoría en operaciones de espionaje. 




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