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jueves, 25 de febrero de 2021

Altsasu en Linares

Que el español es un estado trilero no cabe ya duda alguna.

Miren lo que se está decantando en Linares por medio de este artículo publicado por El Confidencial:


El juez imputa a la 'víctima' de los dos policías en Linares por atentado contra la autoridad

Tras escuchar la declaración de los dos agentes y las lesiones que ambos presentaban, el magistrado decide escuchar también en calidad de investigados al otro protagonista de la pelea y a su cuñado

Roberto R. Ballesteros

Carlos M. A., el hombre que el pasado 12 de febrero fue agredido por dos policías en Linares en la terraza de un bar, declaró el pasado día 18 ante el Juzgado de Instrucción 3 de Linares en calidad de perjudicado, pero también de investigado. En esta condición lo citó el magistrado que dirige la causa, Javier Antonaya, que atribuye al imputado los presuntos delitos de lesiones y atentado contra la autoridad. El juez entiende, como relató en el auto en el que ordenó prisión provisional para los dos funcionarios —el subinspector José Luis P. C. y el policía Manuel F. N.—, que estos últimos propinaron múltiples golpes contra su adversario en la parte final de la pelea callejera, pero que en el primer tramo fue Carlos quien agredió a uno de los agentes.

Con base en las declaraciones que habían prestado previamente los policías y las lesiones que presentaron también los funcionarios, el magistrado tomó la decisión de citar también como investigado a Carlos. Pretendía discernir así el instructor hasta qué punto pudo haber cometido algún ilícito penal durante el transcurso de la riña. Junto a Carlos, también declaró tanto en calidad de perjudicado como de investigado el cuñado de este, Francisco Javier P. G., quien estuvo en todo momento presente en la trifulca, como muestran los vídeos grabados por los testigos e incluso los de las cámaras de vigilancia de la cafetería. Aunque en principio no parece que Francisco Javier propinara golpe alguno, sí que agarró en varias ocasiones a uno de los policías con el fin de que este no interviniera en la trifulca que estaban manteniendo Carlos y su compañero, de ahí que el magistrado le ordenara comparecer igualmente bajo la imputación de los delitos de atentado contra la autoridad y lesiones.

Durante su declaración en sede judicial, Carlos confirmó en líneas generales el testimonio que había prestado días antes en sede policial, cuando relató que el subinspector José Luis, al que aseguró que no conocía de nada, se le acercó alrededor de las 18 horas, justo en el momento en el que el bar estaba a punto de cerrar, y le golpeó en el hombro. Según el declarante, nada más darle, el funcionario comenzó a increparle. Carlos aseguró que él hizo inicialmente caso omiso a las palabras del policía y que intentó irse, pero que en ese momento llegó el policía y un compañero suyo (Manuel), y le atacaron con violencia por la espalda, se echaron encima de él, le agarraron por el cuello, le propinaron reiteradas patadas e incluso le estamparon una botella de cerveza en la cabeza, porrazo que finalmente le dejó inconsciente.

En la misma línea narrativa se expresó el mismo Francisco Javier, que ratificó los hechos más o menos como los relató su cuñado. Subrayó también que no sabía que Manuel y José Luis eran policías, a pesar de que en sede policial sí había admitido que sí conocía su condición de funcionarios públicos. Este punto será clave en el desarrollo del procedimiento, pues determinará si existió o no el delito de atentado contra la autoridad que el magistrado atribuye a ambos familiares indiciariamente. El juez, de momento, ha mantenido una posición equidistante. Aunque inicialmente ordenó prisión preventiva para los dos policías, la posterior imputación de Carlos y Francisco Javier muestra que tratará a todos los que participaron en la trifulca como sospechosos de la comisión de diferentes delitos. En el auto en el que ordenó la medida cautelar de prisión provisional para los dos funcionarios, de hecho, ya apuntó en esa dirección.

En su escrito, el juez describió como "violencia atroz" o "despreciable agresión" la paliza que protagonizaron los dos agentes. Actuaron, añadió el titular del Juzgado 3 de Linares, de forma "desproporcionada" y con un "sentimiento de impunidad". Consideró que los indicios apuntaban a que ambos habían cometido un delito de lesiones agravadas por la utilización de métodos que podían dañar la salud de las personas, ensañamiento y abuso de autoridad. Sin embargo, también añadió que todo esto ocurrió en la parte final de la pelea.

 En los primeros momentos, relató el escrito judicial, es Manuel F. quien "se lleva la peor parte" del intercambio de golpes entre Carlos y él, como muestran también los vídeos aportados a la causa y describieron los propios funcionarios en su declaración judicial. Los dos, en concreto, señalaron a su adversario como la persona que comenzó la pelea. José Luis, por un lado, contó que él se encontraba con su colega en la terraza y que, cuando el camarero salió para anunciar que se disponía a cerrar el local, se levantó para ir al baño. Una vez dentro del establecimiento, agregó ante el juzgado, se encontró de frente con Carlos, que se había levantado de la mesa que compartía con su familia y que le propinó un codazo. "Qué pasa, que os creéis que todos los policías sois mejores", le indicó un segundo después, comentario al que José Luis respondió, según su propio testimonio, con un "para ti la perra gorda, uno a cero", que en la terminología de la zona se traduce en dar la razón a la otra persona para evitar líos.

Los dos se encararon

José Luis, añadió, se metió entonces en el baño, momento en el que, ya según la declaración de su compañero, Manuel se acercó a Carlos para pedirle explicaciones por su chulería. Los dos se encararon y Carlos, según Manuel, se le echó encima con violencia y comenzó a golpearle hasta en ocho ocasiones. El policía aseguró también que no le devolvió los puñetazos en ese momento, sino que se limitó a cogerle de la solapa para apaciguar la violencia, pero que esto propició que Carlos se cayera sobre él y que, una vez en el suelo, este último se pusiera encima y siguiera pegando al policía. El cuñado de Carlos, según el testimonio de ambos funcionarios, se apostó en la puerta del establecimiento para impedir que José Luis, que estaba regresando del baño, interviniera mientras se producía la agresión a su compañero.

Según relató el subinspector, este consiguió zafarse del cuñado y dirigirse al punto en el que Carlos estaba apaleando a su amigo, donde además había cuatro o cinco personas. Una vez logró retirar a todas ellas, sacó a Manuel de debajo de Carlos y ambos se retiraron de la escena. Mientras Manuel discutía con el cuñado, José Luis cogió el teléfono para llamar a la Policía, pero no llegó a hacerlo porque escuchó en ese momento unas sirenas, según el relato de los agentes, que añadieron que fue entonces cuando Carlos se puso la gorra y trató de alejarse. Los funcionarios de paisano se dieron cuenta y fueron corriendo para evitar que huyera, pero el cuñado les sujetó. Manuel consiguió esquivarle y caminó hacia Carlos, que le recibió —según el policía— con una patada y un puñetazo que provocaron que el agente regresara al suelo. En ese momento, el agresor se tiró sobre él y volvió a pegarle mientras el cuñado retenía al subinspector.

 Según el relato de ambos funcionarios, la hija de Carlos acudió donde estaba su padre y comenzó a golpear al policía. José Luis logró retirar al cuñado de Carlos de un golpe y acudió a auxiliar a su compañero. Apartó a la chica, pero esta regresó a seguir propinando porrazos al agente y el subinspector le soltó un sopapo. Luego cogió a Carlos, le levantó y le intentó reducir dándole un empujón que le tiró al suelo. Manuel se levantó y se colocó sobre el que hasta ese momento había sido su agresor, que siguió teniendo fuerzas para levantar sus nalgas y voltear al policía, que cayó de cabeza, pero volvió a levantarse y a ponerse sobre Carlos. Con el fin de reducirle y usando la fuerza necesaria, según describen ambos agentes en su declaración, empezó entonces Manuel a propinar porrazos en la cabeza a su contrincante, como además muestran los vídeos.

El titular del Juzgado 3 de Linares, además de haber visualizado ya los vídeos aportados por los testigos de la pelea, ha pedido a la Comisaría de Policía de la localidad que especialistas de la corporación analicen las imágenes y descifren las "expresiones proferidas" por quienes aparecen en ellas con el fin de tener más información sobre el ambiente que rodeó al incidente. También con el mismo ánimo de obtener toda la información posible, el magistrado ha pedido al Instituto de Medicina Legal de Jaén los partes de asistencia de los dos policías, Carlos y su hija. En los próximos días comparecerán en sede judicial diferentes testigos que complementarán los relatos ofrecidos por los cuatro investigados. 




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