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viernes, 2 de octubre de 2020

Cinco Bocinas en Gernika

Que dice Urkullu que hay que endulzar lo salado y profanar lo sagrado. Nosotros hoy nos conformamos con traer a ustedes una perla histórica rescatada del olvido, misma que llega a nosotros por cortesía de Deia:



J. Fernández

Puede que fueran nueve las cimas desde las que haciendo sonar un cuerno de vaca se convocara a la Bizkaia nuclear (sin Enkarterri ni Durangaldea, que disponían de parlamentos propios) a debatir en las Juntas sobre pleitos y peticiones entre villas o particulares; quizás en realidad fueran siete esos puntos elevados en los que puede que, además, se hicieran unas hogueras para que los apoderados elegidos por los pueblos supieran que en el próximo cambio de luna tenían que estar en Gernika. Y puede que, en realidad, únicamente sonaran cinco bocinas y, además, se hiciera en la explanada de la Casa de Juntas para abrir las sesiones.

Lo realmente importante es que casi 700 años después del primer testimonio que recoge esta forma de convocar a los habitantes del Señorío de Bizkaia, la ceremonia se mantiene viva. La fina línea entre la leyenda y la historia se ha borrado con el paso de los siglos y ha hecho posible que la tradición –que se renueva cada año en las cumbres de Gorbeia, Ganekogorta, Oiz, Sollube y Kolitza– fusione los hechos narrados en crónicas de la Edad Media con las interpretaciones que ilustres vizcainos como Antonio Trueba consensuaron en el siglo XIX para defender la foralidad.

Precisamente, él fue quien en 1872 vertebró sobre esos cinco montes lo que acabaría siendo un emblema de las costumbres y de las libertades del Territorio. Y así lo recordó ayer Ana Otadui cuando expresaba que más allá del tañir de cuernos y campanas, la subida a los montes bocineros "significa la adecuación de la tradición a nuestros tiempos y la defensa de nuestras costumbres a instituciones más arraigadas" como son las Juntas Generales de Bizkaia, que ella preside. Las bocinas, cinco, volvieron a resonar ayer junto al Árbol de Gernika en un acto simbólico para reemplazar a la jornada que iba a celebrarse mañana en Gorbeia.

La tradición de los montes bocineros fue recuperada en 2004 (los cuernos sonaron aquella vez de forma simultánea en las cinco cumbres) y transformada en fiesta popular que cada año desde entonces peregrina por una cima distinta. "Continuamos festejando esta creencia relacionada con los Fueros vascos: una creencia que no hemos querido que caiga en el olvido tampoco este año de pandemia", subrayó Otadui. Los orígenes de esta tradición y su evolución a través de los siglos ha sido analizada por Goio Bañales y Javier Barrio, director del Museo de Enkarterri.

Ambos firman el trabajo de investigación El tañido de las cinco bocinas. Símbolo de Bizkaia y en palabras de este último el tañido de aquellas cinco bocinas "simbolizaba el pacto firmado entre el Señor de Bizkaia y los vizcainas y vizcainos, que permitía que estos siguiesen gobernándose libremente por sus propias leyes". Con todo, el sonido de las bocinas forma parte del universo simbólico vizcaino. Lo resumía Barrio cuando decía que si hay una tradición que ha perdurado y se ha convertido en símbolo es el tañido de las bocinas en los montes.

A ello contribuyó que Lope García de Salazar decidiese incluir este rito dentro de la leyenda fundacional del Señorío (Jaun Zuria y la batalla de Padura) al escribir que la decisión que tomaron los vizcainos de ponerse bajo el caudillaje de Jaun Zuria para luchar contra los leoneses en el siglo X se tomó en Gernika tañidas las cinco bocinas. "Por primera vez se mezclarán tradición y realidad institucional. Además, refrendará la idea de que el vasallaje de los vizcainos a su señor se basaba en un pacto entre ambos y no en una mera sumisión", zanjó.

El dato histórico | 1321

Ya desde el documento más antiguo del que se tiene constancia (1321) se muestra que la Junta de Gernika daba comienzo tras tañer las bocinas: faciendo junta en Guernica, asentado y ayuntados en la yunta las bocinas tañidas segund fuero de Vizcaya. La fórmula utilizada en ese documento y en otro de 1342 dejan claro que las bocinas se tañen tras reunir a todos los junteros en Gernika. En el prólogo del Cuaderno de Juan Nuñez de Lara (1342) se dice: en la Junta de Garnica, seyendo juntados caualleros e escuderos/ e fijosdalgo de Vizcaya, llamados a Junta General, e tannidas las cinco vozinas.

 

 

 

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