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domingo, 22 de septiembre de 2019

El Odio Acarrea Votos en España

Los fascistas pueden estar tranquilos, las posiciones de extrema derecha gozan de buena salud y protección institucional en el estado español.

Conocen muy bien el retorcido principio político por el cual ciertos sectores de la sociedad son atraídos a votar por los partidos de derecha mediante la creación de un enemigo interno contra el cual hay que cohesionarse. En este caso, el enemigo interno es - y ha sido -, el pueblo vasco.

En ese contexto les presentamos este artículo de Naiz:


Una propuesta parlamentaria de EH Bildu contra el «tensionamiento de la convivencia en campaña electoral» se ha convertido en objeto de polémica y de ataques a esta fuerza. El texto empieza remarcando la libertad de expresión, pero algunos partidos prefieren presentarlo como una llamada a prohibir actos.

Ramón Sola

En la tertulia política de esta mañana en Radio Euskadi, los representantes de todos los grupos parlamentarios se han posicionado en contra o han marcado distancias de una proposición no de ley presentada por EH Bildu en el Parlamento de Gasteiz que pretende prevenir «el tensionamiento de la convivencia durante la campaña electoral por parte de partidos de ámbito español». Se citan precedentes como el acto de las derechas en la Plaza de Altsasu, la «performance» de Pablo Casado (PP) en el bar Koxka, los mitines de Cs en puntos en que no tiene representación ni aspiraciones como Errenteria y Ugao o los actos de Vox en Donostia y Bilbo que depararon cargas policiales.

Las reacciones políticas se han desencadenado después de que la iniciativa fuera presentada por medios madrileños como una llamada a prohibir dichos actos. En la citada tertulia, Iker Casanova (EH Bildu) ha negado tal cosa. De hecho, la moción –firmada por Unai Urruzuno– empieza indicando que «la libertad de expresión es un principio básico de la democracia, que merece toda la protección, aún más en una campaña electoral».

Lo que plantea la iniciativa es que el Parlamento de Gasteiz tome un posicionamiento sobre una cuestión que crispó la convivencia en las últimas campañas. En concreto, pide que la Cámara, «teniendo en cuenta la libertad de expresión de la ciudadanía, las asociaciones y los partidos políticos, exija a los partidos políticos que apenas tienen apoyo social, político e institucional en Euskal Herria que no utilicen en campaña electoral el territorio vasco con el objetivo de obtener votos fuera de aquí, y que no tensionen la convivencia causando incidentes o momentos violentos». El ejemplo más claro, cabe recordar, fue en Bilbo, donde una joven resultó herida grave, con fractura de mandíbula, al cargar la Ertzaintza a pelotazos contra quienes se concentraron ante el acto de Vox en el Euskalduna.

PNV: «delirante» pero compartiendo motivos

La propuesta, que se verá el martes en la Mesa del Parlamento como primer trámite, ha sido descalificada como «delirante» por Luis Javier Telleria, parlamentario del PNV, si bien ha denunciado al mismo tiempo, en una línea muy similar al contenido de la propuesta de EH Bildu, que «la pasada legislatura algunos partidos vinieron conscientemente a crispar para sacar rentas electorales en el Estado».

Para José Antonio Pastor (PSE), la iniciativa resulta «peligrosa» porque «problemas de ‘apartheid’ político los hemos tenido en este país y con amenazas de muerte, por lo que son temas que es mejor evitarlos».

Tampoco a Elkarrekin Podemos le ha gustado la propuesta de EH Bildu: «Nuestro grupo está en las antípodas de Casado, Rivera y Abascal y tenemos claro que queremos que no saquen ningún voto, pero una proposición de este tipo infantiliza al electorado. La sociedad vasca es suficientemente madura como para saber que esa gente viene a provocar».

En cuanto a Antón Damborenea (PP), no ha perdido ocasión de hacer afirmaciones como «a los nazis les crispaba que hubiera judíos y lo solucionaron eliminando a varios millones».

Iker Casanova (EH Bildu), por su parte, ha hecho pedagogía sobre el contenido de la propuesta remarcando que el objetivo es fomentar la convivencia y cuestionar que «se monten numeritos». Ha añadido que en ningún punto del texto se habla de prohibir actos y al respecto le ha recordado a Damborenea que los del independentismo de izquierdas sí han sido muchas veces proscritos o reprimidos.






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