Desde al ámbito de los deportes y en específico del rugby llega a nosotros esta entrevista publicada por Noticias de Gipuzkoa:
Daniel Hourcade exseleccionador de argentina de rugbyEntrevista de Nagore MarcosCuando Sir Graham Henry, técnico campeón del mundo con Nueva Zelanda, una leyenda, viajó hasta Argentina para asesorar al combinado albiceleste, Daniel Hourcade (San Miguel de Tucumán, 1958) era el entrenador de Los Pumas -apodo de la selección argentina-. El rugby allí era, y sigue siendo, amateur. Estaba a años luz del neozelandés. Así que Henry fue claro: lo primero que tenían que hacer era aprender a realizar bien las cosas simples. Hourcade anotó el consejo y lo llevó a rajatabla. Se creó un plan de alto rendimiento y se empezó por abajo, por los chavales de casa. Se mejoró a los jugadores, se les probó en competencias intermedias y, cuando estuvieron preparados, se les lanzó ante los mejores. Ocho años después, la albiceleste igualó su mejor resultado mundialista al meterse en las semifinales y Hourcade fue escogido mejor técnico de aquel 2015. Así que ahora, el argentino quiere repetir el proceso con el proyecto de alto rendimiento de Sudamérica, que el próximo año estrenará liga propia -semejante a la Euro Basque Rugby Challenge-, mientras que aterriza en la capital de Bizkaia, de la mano del Universitario Bilbao, para explicar cómo consiguió convertir a Los Pumas en una potencia mundial del rugby.Usted aprendió de Sir Graham Henry y ahora sigue su camino intentando ayudar a los demás.-Soy un tipo de rugby que ha pasado el 95% de su vida desde el lado del aficionado. No tuve a nadie que me dijera por dónde ir, en mi época no había información, ni redes, ni nada;y soy un privilegiado por haber logrado entrenar en todos los niveles. Así que creo que ese saber no me lo puedo llevar a mi casa, mi deber es transmitirlo. Si logro que prenda la mecha del rugby, me doy por más que satisfecho.Hace más de un año que dejó de ser el seleccionador de Argentina. ¿Echa de menos entrenar?-Es que no he dejado de entrenar. Sigo entrenando porque estoy a cargo del alto rendimiento de todo Sudamérica. Entonces, eventualmente, se arma un equipo que compite contra otros países. El año pasado fue contra Chile y Paraguay y este año jugamos contra Uruguay. No es un equipo estable, pero sirve como premio para los chicos de alto rendimiento. Así que no entreno como antes, pero me sirve para sacarme las ganas de banquillo. Quiero que la Liga Sudamericana funcione y, una vez que lo haga, ya veré qué es de mí.La Liga Sudamericana es similar a la Euro Basque Rugby Challenge, la competición del rugby vasco cuya primera edición finalizó hace dos semanas pero que pretende seguir creciendo. ¿Qué consejos puede dar desde su experiencia?-En la liga vasca ocurre más o menos lo mismo que en la Liga Sudamericana, que el nivel del rugby es desigual: el francés es mucho más alto, igual que el rugby argentino no es igual que el paraguayo o el chileno. Entonces, primero hay que hacer un diagnóstico, después armar el proyecto y realizar actividades diferentes para cada territorio. Pero, como el objetivo es común, nosotros, como hay tantos desniveles, lo que hacemos es compensar a los más débiles con jugadores de calidad. Así es posible hacer un torneo parejo y que todos crezcan. El primer año quizá de un plantel de 30 jugadores, solo haya diez paraguayos, pero con el paso del tiempo irá creciendo. Porque si pones a Paraguay a competir a alto nivel, no lo va a conseguir y se va a llevar muchos puntos. Por eso hay que ayudar a los equipos débiles al principio e ir disminuyendo la ayuda poco a poco. No sabemos cuánto tardará hasta ver resultados, pero algún día se verán.Uno de los objetivos de la Euro Basque Rugby Challenge es que los equipos no tengan que recorrer grandes distancias para competir. ¿Ocurre lo mismo con la Liga Sudamericana?-Claro, no es lo mismo competir con los vecinos que hacerte muchísimos kilómetros cada temporada. La realidad en el rugby argentino es que te tienes que cruzar medio mundo para competir a primer nivel. Nuestro equipo gasta 12 millones de dólares para poder jugar y eso en un rugby amateur como el argentino es muy difícil de mantener. Que los chicos viajen 150.000 kilómetros al año es una locura.En sus conferencias habla de la importancia del sentido de pertenencia.-Sí, en Euskadi lo tienen natural, siempre que vengo acá lo recalcó. Se respira rugby u otro deporte u otra disciplina, pero vasco. Mi abuelo es vasco, nació en Pau; así que puedo decir que el sentido de la pertenencia en Euskadi es innato. En Argentina nos pasa igual, por eso me gusta mucho este lugar.¿Cómo de importante fue el sentido de pertenencia para el proyecto de alto rendimiento de Argentina?-Es obvio que es mejor entrenar a jugadores de casa que traer a gente de fuera. Eso fue lo primero que quisimos implantar en Argentina, que todos los jugadores fueran criados y formados en casa. Y ahora podemos estar orgullosos de que el 100% de Los Pumas se formaron en casa. Somos la única selección del mundo que puede decir eso. Por ejemplo, Inglaterra tiene más de dos millones de jugadores y nosotros tenemos 120.000;y a pesar de ello, ellos tienen a cinco jugadores extranjeros en su equipo. ¿Cuál es el mensaje que transmite? Que lo único que quiere es ganar. Solo eso y ya está. Para eso nacionalizó a cinco jugadores. Eso nosotros no lo queremos. Argentina será quinta, octava o primera, no nos importará el resultado, porque el equipo es nuestro. Es de todos los argentinos.¿Cree que es posible implantar en Euskadi el modelo de alto rendimiento de Argentina?-Sí, totalmente. Y ese es el mensaje que intento transmitir. De hecho, si nos retrotraemos a la Argentina de cuando nosotros empezamos este proyecto y la comparamos con el escenario vasco de ahora, aquí las bases que hay son muy superiores a las que tuvimos nosotros. Claro que siempre hay problemas, pero hay que pelear.El viernes comienza el Mundial de Rugby de Japón. ¿Qué selecciones cree que son las candidatas a ganarlo?-Pues Nueva Zelanda, Sudáfrica e Inglaterra;pero creo que si Argentina gana a Francia, es candidata a todo. Es un partido difícil que ahora está al 50%, puede ganarlo o perderlo, pero en los Mundiales despegamos, nos crecemos, y podemos ir a por todas. Además, el equipo está bien preparado. Aunque es nuevo, llegó a las finales de Super Rugby de este año, lo que era impensable hace dos décadas. Así que el equipo está con confianza y, si los chicos pasan el primer partido, que es la prueba de fuego, Argentina se va a meter en las semifinales.Usted puso el listón muy alto en el anterior Mundial llegando a semifinales.-Sí, además se dio algo parecido porque empezamos ante los All Blacks y se nos escaparon por poco. Fuimos ganando casi todo el partido, pero algún estúpido decidió que el rugby se jugara a 80 minutos en vez de a 65, así que 15 minutos les bastó para levantar el partido. Porque son los mejores, pero nosotros salimos reforzados de ese encuentro y ya no nos paró nadie. Porque Australia nos eliminó por nuestra inexperiencia, pero ahora nos esforzaremos el doble.
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