Pareciera ser que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador estuviera al tanto de una de las mayores deudas que ha dejado con la sociedad española esa patraña conocida como La Transición, periodo que es utilizado por la casta borbónico franquista para imponer el silencio y el olvido con respecto a los crímenes cometidos durante el Franquismo al punto que para el régimen que mueve sus hilos desde La Zarzuela ha sido necesario recurrir a todo un catálogo de actuaciones cuestionables que se han llevado a cabo en su afán por mantener la falacia que nos dice que la democracia llegó a España tras la muerte de Francisco Franco Bahamonde.
Si hay un lugar donde este fenómeno es aún más visible definitivamente ese lugar es Euskal Herria, donde un puñado de nostálgicos insisten en contaminar el panorama político insistiendo en que no se debe de permitir ni la más mínima medida de gracia para con los represaliados políticos vascos pues tal accionar sería una falta de respeto a las víctimas del 'pueblerino nacionalismo vasco'. Es mediante este artero mecanismo que la sociedad vasca permanece amordazada y maniatada pues cualquier acto solidario con los represaliados políticos o con las víctimas de la violencia policíaca puede ser catalogado como 'enaltecimiento del terrorismo' o 'apología'. Todo lo anterior dentro del marco de referencia abierto hace ya ocho años en el Palacio de Aiete así como en el proceso de Desarme, Desmovilización y Reinserción iniciado por ETA unilateralmente a los pocos días de que se diera a conocer la Declaración emanada de la Conferencia de Paz de Donostia.
O sea, Madrid no quiere ni proceso de paz ni reconciliación pues no está dispuesta a ceder un ápice en su postura con respecto a los Derechos Civiles y Políticos del pueblo vasco pues hacer eso sería reconocer que la antigua colonia tiene derecho a su autodeterminación y a la recuperación de su soberanía, misma que el españolismo no piensa conceder por lo que prefiere inclinarse hacia la violencia.
A lo anterior habría que agregar, definitivamente, la actuación de la metrópoli con respecto al otro movimiento de autodeterminación, el catalán, con toda la violencia generada el 1° de octubre de 2017 y la represión en contra de los cargos electos que se han encargado de llevar a cabo la voluntad del pueblo que les votó en las urnas.
Así que, precisamente en ese berenjenal se encontraban Juan Carlos, Felipe y compañía cuando se dio a conocer la misiva con la que el gobierno mexicano solicitaba que la monarquía ofreciese disculpas por el exterminio de pueblos originarios llevado a cabo durante la conquista y la colonia.
La negativa de Madrid a hacer un ejercicio de introspección no sorprendió a absolutamente nadie, mostrando al mundo entero el talante mendaz de la clase política española.
Establecido lo anterior, les compartimos esta nota publicada en La Jornada:
Alonso Urrutia y Alma MuñozLa carta enviada al rey Felipe VI de España tenía el objetivo esencial de la reconciliación a partir del reconocimiento de excesos. “No odiar, pero no olvidar”, resumió el presidente, Andrés Manuel López Obrador quien dijo que abordaría el tema con cuidado para no “testerear” a nadie”.Entrevistado sobre nuevas consideraciones en torno a los efectos de la carta, rechazó que México haya filtrado el documento porque en este caso la “forma es fondo” pero calificó de “muy buena” la polémica que desató al conocerse la petición de perdón al rey de España. Sacó a relucir “el racismo, el clasismo, la xenofobia de un lado y del otro”.Ratificó que él pedirá perdón a los yaquis y a los mayas. López Obrador distinguió entre la reacción que desató la carta al Rey de España con la mesurada respuesta de El Vaticano, quizá porque el Papa Francisco ya pidió perdón en Bolivia. “Ahora resulta que hay más súbditos que católicos. Lo más importante es la reconciliación”.Al detallar sobre la forma en que se dio a conocer, señaló que se dio a conocer en España, pudo haber sido una filtración del documento o bien fue extraída. Sin embargo, desestimó que se haya tratado de fuego amigo en su gobierno porque si viene está conformada por mujeres y hombres libres, hay grandes coincidencias en torno a algunos temas.En este sentido, López Obrador reconoció algunas posturas como las del arqueólogo Huberto Matus, quien escribió un “gran texto” sobre el significado de la carta. Refirió que para entender el alcance de la petición, con el afán de reconciliarnos, se deben ponderar textos como los de Bernal Díaz del Castillo o más recientemente de Miguel León Portilla, Edmundo O´Gorman o Eduardo Galeano.
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