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martes, 30 de abril de 2019

Cronopiando | Seguimos a la Espera

El magistral Koldo Campos emplaza a la televisión pública vasca para que deje de ser la caja de resonancia de La Zarzuela en Euskal Herria.

Proporcionalidad, así de sencillo, que no obtengan en los platós televisivos lo que no obtienen en las urnas.

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Seguimos a la espera

Koldo Campos Sagaseta | Cronopiando

La televisión vasca informaba el lunes con contenida alegría (la mía desatada) de que ni Partido Popular, Ciudadanos y VOX habían conseguido escaños en la comunidad vasca. Ninguno. Nada.

Y EITB resaltaba igualmente con cierto regodeo (el mío es alborozo) el fracaso de Maroto en Alava. De perder la alcaldía a perder el escaño y, para mayor regocijo, a manos de Ruiz de Pinedo y Bildu. El conocido como el “trifachito” suerte de armada invencible dispuesta a la reconquista, al igual que aquella se hundía por el camino. No había sido mandada a luchar contra los elementos y, en su noche más negra, desaparecía bajo los votos.

Seguimos a la espera, sin embargo, de que en EITB también desaparezcan de sus tertulias los tantos voceros de esos partidos citados, así asistan con el carnet del partido o como periodistas. No es mi intención negarles su derecho a la palabra que, además ejercen en todos los medios, sino evitar las tertulias multitudinarias en las que a nadie se excluya, con docenas, cientos de tertulianos hablando al mismo tiempo y donde solo se prohíba la sensatez. Esa es precisamente la razón por la que los grandes medios y cadenas excluyen a BILDU hasta de los informativos. Pero si no es posible tanto gozo y menos del diez por ciento de la sociedad vasca ocupa la mitad de escaños en las tertulias, que al menos su presencia en EITB se corresponda con la incidencia social de sus propuestas en el país. Las tertulias en televisión ya pagan demasiado tributo a la inmediatez, la publicidad y el espectáculo como para que encima, no importa de qué se hable, siempre esté por el medio un portavox del trifachito. La tertulia que, hasta el momento, al menos se sobrellevaba, se vuelve insoportable, bochornosa, cada vez que un contertulio (a veces dos) insiste en que el planeta es cuadrado, la violencia machista es doméstica, o que en Nueva York se puede abortar después del parto y los atascos son una bendita tradición madrileña de la España cañí.

(Preso politikoak aske)






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