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martes, 16 de abril de 2019

El Aberri de 1979

Muerto Franco e iniciada la modélica transición, Madrid no ocultaba su desdén con los vascos y su deseo de arrancar su identidad histórica y cultural a como diese lugar.

Para muestra, esto que publica hoy Gara:


«Coge todas las patrullas que tengas, lárgate hacia la Plaza del Castillo, que hay unos grupitos, y a sangre y fuego, que son una partida de hijos de puta. ¡A por ellos!». Esta fue la orden que dio un comandante de la Policía española en el Aberri Eguna de 1979, celebrado en Iruñea. El diario «Egin» recogió el episodio en su portada del 21 de abril.

Iñaki Vigor

La reivindicación de los derechos nacionales vascos, y de forma especial el Aberri Eguna, estuvo prohibida y reprimida tanto durante la dictadura franquista como durante muchos años de la monarquía que le sucedió. Las cargas policiales eran habituales en la celebración del día de la patria vasca, y en una de ellas, la de abril de 1979 en Iruñea, una grabación dejó constancia de los modales que utilizaban los cargos policiales españoles.

Bajo el titular “A sangre y fuego… ¡A por ellos!”, en su portada del 21 de abril de 1979 el diario “Egin” transcribía textualmente la orden que dio el comandante jefe de la 64 bandera de la Policía española en Iruñea, Francisco López Pinto, para reprimir a los abertzales que se manifestaban en Alde Zaharra.

«¿Dónde están los navarros?»

Tres días antes “Egin” había publicado una carta que este mando policial había remitido a los periódicos locales bajo el título “¿Dónde están los navarros?”. En ella, Francisco López narraba una serie de hechos sucedidos en las cercanías de la Plaza del Castillo, y cómo él y un amigo suyo estuvieron «repartiendo empellones» para, según decía en su carta, «rescatar a un anciano de un grupo de jóvenes que le estaban abofeteando y pisoteando».

Esos hechos sucedieron en la tarde del Aberri Eguna. «Lo que el comandante jefe de la 64 bandera de Policía Nacional, Francisco López Pinto, no cuenta –añadía “Egin”–, son las órdenes que inmediatamente dio a sus fuerzas para disolver al ‘grupo de unos veinte jóvenes’, según él mismo cuenta en su carta».

Transcripción textual

El propio periódico recogía la transcripción textual de la conversión que López Pinto mantuvo con el control que llevaba a cargo las unidades móviles de la Policía española. Esta es la transcripción:

– Control: Vamos a ver, J-I, por la tranquilidad que estáis parece que no es cierto. Nos acaban de pasar que os estaban golpeando a ti y a … dime si es positivo.

– López Pinto: No hay cojones para golpearnos a nosotros dos.

Después de unos segundos, continúa la conversación:

– López Pinto: «Coge todas las patrullas que tengas, lárgate hacia la Plaza del Castillo, que hay unos grupitos, y a sangre y fuego, que son una partida de hijos de puta. ¡A por ellos!».

Dado el aviso, y cuando ya todas las patrullas se acercaban a la Plaza del Castillo, nueva orden del control.

– Control: «Atención a todas las patrullas que vais hacia la Plaza del Castillo, no esperar a nadie. Según lleguéis, saco de hostias y a repartir”.

Luego hay una serie de comunicaciones -añadía “Egin”- en la que el comandante López Pinto habla del “baile de la Plaza del Castillo” y una comunicación de, al parecer, algún voluntario, que propone lo siguiente:

– «Solicito una invitación para ese baile».

“Invitación que no recibe respuesta”, concluye la información de “Egin”.






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