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lunes, 15 de febrero de 2016

Llach y el Fascismo Sociata

Con respecto a la negativa por parte de los vasquitos sociatas a que Lluís Llach fuese nombrado hijo adopotivo de Gasteiz, aquí les compartimos este texto publicado en la página de la Federación Estatal de Foros por la Memoria:

Leo con atención la noticia aparecida en varios medios de comunicación en la que se informa que el cantautor Lluis Llach no será hijo adoptivo de Vitoria por la negativa del Partido Popular y del Partido Socialista de Euskadi. Lo cierto es que no me sorprende la decisión ni de uno ni de otro partido, están muy en su línea. Quizás parezca rara esta afirmación pero en el fondo la posición de ambas organizaciones son coherentes con su línea política. Veamos.

Según la nota que aparece en la web del Ayuntamiento el Sr. Alcalde de la ciudad, D. Gorka Urtarán, traslado a los grupos municipales una iniciativa ciudadana para que se nombra hijo adoptivo de Vitoria-Gasteiz por haber sabido recoger el sentimiento de las y los gasteiztarras por los sucesos del 3 de marzo de 1976 cuando cinco trabajadores fueron asesinados por la policía armada (habría que recordar quién era el máximo responsabl4e del Ministerio de Gobernación por aquellas fechas, ni más ni menos que el luego reconvertido en paladín de la democracia, D. Manuel Fraga Iribarne) Decía el Alcalde que “es una propuesta magnifica, que creo que contará con el apoyo unánime de todos los grupos políticos”, no sé si fue una declaración ingenua o un guiño a los herederos políticos de Don Manuel.

Habría que recordar que el músico y poeta catalán publicó, poco después de estos hechos una obra titulada “Campanades a morts” que era un homenaje a los trabajadores asesinados y represaliados por el franquismo y que significó un honda y preciosa ofrenda a la clase trabajadora de Vitoria.

Si alguien no tiene noticia o recuerda lo acontecido hace 40 años (de ahí viene la propuesta) solo tiene que tirar de hemeroteca. Yo tiro de MEMORIA, y recuerdo unas cintas de casette minúsculas donde se podía escuchar la radio de la policía y las ordenes que sus mandos daban para reprimir a sangre y fuego a los trabajadores en huelga.  La policía “premeditadamente” dejó que se llenara la iglesia con alrededor de cinco mil personas, permaneciendo en el exterior un número similar, y fue en ese momento cuando mandó desalojar la misma. La multitud allí congregada ante el temor de ser aporreada y agredida en su salida, se negó al abandono del recinto religioso. Hay que recalcar que los templos estaban protegidos por el Concordato, por lo cual no podían actuar ni acceder a su interior las Fuerzas Armadas, salvo urgente necesidad. Para proceder al desalojo, la policía atacó y asaltó la iglesia con gases lacrimógenos y material antidisturbios, por lo que presos del pánico y la asfixia, los allí congregados comenzaron a salir huyendo, momento en el que los policías procedieron a golpear y disparar indiscriminadamente tanto sobre los que intentaban escapar, como sobre los que desde el exterior atraían su atención para dejar vía libre a los que abandonaban aquel infierno.

Tengo una anécdota al respecto que nunca se me olvidará. Llach comenzó a componer esta obra inmediatamente que tuvo conocimiento de los trágicos hechos. Nada más salir a la venta el disco lo adquirí y me pareció sobrecogedor, solo la complicidad antifascista de un hombre como Lluis podía captar en toda su “alma” lo allí acontecido. Ni corto ni perezoso me dirigí al cura del pueblo de donde desciendo y le conté mi idea. Quería poner el disco para que se oyera por los altavoces que tenía el templo instalados en el campanario. Le pareció buena la idea y allí sonó las campanadas a muerto de Llach al viento por todos los rincones de la localidad. La mayoría, la inmensa mayoría, no sabían de que se trataba, solo unos cuantos sabíamos que de esa manera hacíamos un homenaje a los Compañeros asesinados y heridos, a los miembros de la clase a la que pertenecemos.

Según parece el miembro del PSE  representante en la junta de portavoces, Peio López de Munain, había avalado la distinción en la reunión, solo después de unos días (mi opinión es que instruido por sus jefes) expresó su rechazo a esta distinción con la peregrina excusa de que era “un político en activo”, por lo que al no contar con las dos terceras partes del consistorio la propuesta no podía salir adelante.

El próximo día 3 de marzo se le rendirá homenaje en la capital alavesa a quien alzó la voz contra el franquismo, contra la impunidad de las fuerzas represoras del régimen. Y lo hará un antifascista sin el aval de una serie de representantes políticos que en nada representan el sentir de los trabajadores, de las familias de aquellos que fueron asesinados y de los que hoy en día sobreviven a aquellos hechos. No lo necesita.

Todavía hou están esperando justicia, pero ya se sabe según el ínclito D. Manuel la culpa era de aquellos que echaban a la gente a la calle (ya sabemos que decía que la calle era suya)

Por eso es bueno recordar a los que se denominan representantes del pueblo y que caso omiso hacen a estas iniciativas ciudadanas, los versos de Constantino Kavafis que desgranó en una obra maestra Lluis Llach en su obra “Viatje a Itaca”:

Bon viatge per als guerrers, que al seu poble són fidels, afavoreixi el Déu dels vents

el velam del seu vaixell, i malgrat llur vell combat, tinguin plaer dels cossos més amants.

Omplin xarxes de volguts estels, plens de ventures, plens de coneixences.

Bon viatge per als guerrers, si al seu poble són fidels, el velam del seu vaixell

afavoreixi el Déu dels vents, i malgrat llur vell combat, l’amor ompli el seu cos generós,

trobin els camins dels vells anhels, plens de ventures, plens de coneixences.

*Buen viaje para los guerreros que a su pueblo son fieles





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