Grata sorpresa este reportaje acerca de la Eusko Selekzioa publicado en Deia:
El martes, día en que el Athletic logró el billete para la final de Copa, se cumplieron 75 años del partido que jugaron en San Mamés las selecciones del PNV y de ANV y que los investigadores confirman a DEIA como germen del combinado vasco
Iban Gorriti
El 7 de febrero de 1937 surgió el germen de la inminente y futura Selección Vasca de Fútbol, luego Euzkadi. Fue en San Mamés hace justo 75 años. Al menos, dos partidos benéficos entre las fuerzas nacionalistas vascas PNV y ANV resultaron la génesis de un combinado tricolor que siete décadas después continúa reivindicando la oficialidad. Arrancada la Guerra Civil y con una Bizkaia aún en resistencia y "traidora" a juicio del General Mola y resto de militares españoles golpistas, ANV y PNV se enfrentaron para obtener dinero con el que comprar el avión Euzkadi para el Gobierno presidido por José Antonio Aguirre, curiosamente, exfutbolista del Athletic.
El lehendakari promovería una selección que giraría por el mundo como altavoz del conflicto, de la existencia de una nación y de la defensa de la tierra vasca ante el totalitarismo sublevado. Algunos de los futbolistas dejaron de ser gudaris por participar en los partidos benéficos y también se dio el caso de dos cambios de bando, ejemplo de Guillermo Gorostiza (PNV) y Roberto Echevarría que acabarían disputando sus partidos apoyando la causa franquista, como atestiguan con opiniones de ellos mismos en documentos de la época.
El historiador vizcaino Iñaki Goiogana estima que los partidos benéficos pro avión Euzkadi o, por ejemplo, de ayuda al buque soviético Konsomol sí fueron la raíz de la selección vasca. "Era un periodo de entre batalla y con el frente parado por el invierno. El hecho de que fueran ANV y PNV quiere decir algo, que fueron nacionalistas vascos y que había buena conexión entre ellos", valora el de la Fundación Sabino Arana y va más allá: "Era una forma de enardecer al Gobierno vasco a sabiendas de que el fútbol movía masas y además como propaganda en el exterior".
El escritor baracaldés, autor del libro Fútbol y metralla, Carlos Aiestaran, también bascula en esa dirección. "Al igual que el coro Eresoinka, ideado por Aguirre, ejerció durante la guerra de embajada cultural vasca itinerante en Francia, Bélgica, Holanda e Inglaterra entre 1937 y 1939, la creación de la Selección Vasca de Fútbol, conocida en su última etapa como equipo Euzkadi, entiendo que también tuvo su origen en la mente de Aguirre", parangona y agrega que con más motivo "teniéndose en cuenta que el lehendakari en su juventud militó como futbolista amateur en el Athletic en las temporadas 1921-22 y 1925-26", habla con conocimiento de causa quien firmó el libro José Antonio Aguirre y Lecube. El fútbol: su faceta desconocida.
El 7 de febrero saltaron ante un San Mamés hasta la bandera el equipo de Acción Nacionalista Vasaca capitaneado por Iraragorri (miembro de la Sección de Sanidad de ANV) y el del Partido Nacionalista Vasco, dirigido por Mandaluniz. El duelo tuvo como promotor al periódico Tierra Vasca. Aguirre presidió en el palco de honor junto al secretario de Defensa, Joseba Retolaza, y los consejeros Telesforo Monzón y Jesús María de Leizaola; Gracia, Aznar y Aldasoro, el alcalde de Bilbao, Ernesto Ercoreca y Régil, el cónsul de la URSS, Tumanav y también representantes de la aviación destacada en Euskadi.
El Chato contó para Euzko Ekintza y equipada de color rojo, con Eguía, Euskalduna, Ahedo, Julián Ramón, Cuqui Bienzobas, Marculeta, Rejón, Lángara, Bata y Oyaneder.
Mandaluniz echó mano para Euzko Gudarostea, de blanco, de Ispizua; Pablito, Areso, Cilaurren, Soladrero, Zubieta; Larrondo, Unamuno, Gurruchaga y Gorostiza. Sustituyó a Larrondo por Ruiz en el segundo tiempo.
Eduardo Iturralde -el abuelo del actual árbitro de Primera División Iturralde González-, dirigió el encuentro, auxiliado por González y Saracho. El marcador concluyó con un 7-5 a favor de ANV. Entre ambas formaciones hubo once titulares internacionales con España. Consta que algunos goles fueron firma de Areso, tres de Lángara, dos de Gorostiza, Rejón y otros dos de Iraragorri. El propio Iturralde tuvo que hacer gestiones para que Langara, preso en el buque Quilates, en la ría de Bilbao, pudiera jugar el partido. Estaba acusado de fascista, dato que según historiadores no debió ser cierto.
Discurso de Aguirre
El lehendakari entregó los trofeos a los capitanes y tuvo "elocuentes palabras", según titulaba El Nervión que reproducía su discurso al día siguiente. "Este ha sido un homenaje a los gloriosos aviadores que defienden nuestras vidas", amplificó por megafonía. La crónica asegura que tras estas palabras se produjo una gran ovación en el estadio. Ensalzó "lo que de simbólico tiene un pueblo en guerra contra los invasores, contra los traidores", en un espectáculo de depurada técnica deportiva. "¡A un pueblo así no se puede vencer!", pregonó. Aguirre concluyó con un "Gora Euzkadi!" y un "¡Viva la República!". Hubo "19.000 espectadores" y se recaudó "un beneficio líquido superior a los 8.000 duros". Junto al lehendakari se colgó una enseña nacionalista con los escudos de los "seis estados vascos", como detalla Aiestaran, suegro del guardameta rojiblanco José María Echevarría (1938-1942) a quien dedicó otro libro.
Pero la cosa no quedó ahí por dos capítulos a tener en cuenta. Uno: el jeltzale Mandaluniz pidió revancha a ANV, lo que podría enmendar el amistoso resultado, pero al mismo tiempo se conseguía más dinero para el avión Euzkadi y, también, seguía creciendo la semilla de la selección. Dos: ya corría como la pólvora una intención del Gobierno de Euzkadi de enviar a los futbolistas por el extranjero como táctica propagandística, que más adelante ocurriera.
Antes del acordado nuevo choque, hubo un partido entre las selecciones de Bizkaia y Gipuzkoa. Fue el 28 de febrero en San Mamés y ganaron los visitantes por 2-1. A juicio de Aiestaran, este encuentro era clave para los futbolistas porque de "su actuación dependía entrar en la convocatoria de la Selección Vasca". Ahí la esencia del germen. Formaron por Bizkaia con camiseta roja Blasco; Pablito, Ahedo; Cilaurren, Soladrero, Zubieta; Ruiz, Iraragorri, Bata, Larrinaga y Gorostiza. Los guipuzcoanos, equipados de blanco, fueron Eguía; Ciriaco, Areso, Cuqui Bienzobas, Muguerza, Roberto (Markuleta, min.46), Insausti, Unamuno, Langara, Olivares y Sánchez Arana. Iraragorri metió el gol local y Sánchez Arana y Unamuno, los guipuzcoanos.
El 21 de marzo, domingo, tan solo diez días antes de los fatídicos bombardeos de Durango, se jugó la revancha entre PNV y ANV. Esta vez, se dio vuelta al resultado anterior: terminó con un 3-0 para los del Euzko Gudarostea. Acudieron personalidades como Telesforo Monzón y Leizaola, entre otros. Según citó en 2007 el periódico El mercantil valenciano, "algún cronista de la época supuso que era un amaño", reescribía Julián García Candau, por poca ilusión "del equipo antes vencedor".
El choque se presenció con alineaciones similares a la primera cita, aunque con algunos cambios. Por ejemplo Julián Ramón -hermano del famoso valencianista Juan Ramón- cedió su lugar a Muguerza. El sobrino de Julián e hijo de Juan, también llamado Juan, recordó a DEIA el trágico final de su tío. "Mi padre Juan era del PNV y mi tío Julián, ebanista, de ANV. Después de aquel partido en el que jugó Julián, fue hecho preso y acabó muriendo en El Dueso, Santoña. Le torturaron hasta la muerte. Incluso le hicieron una canción que llegué a tener y, por desgracia, tengo la espina clavada, la perdí", relata quien fuera teniente de alcalde por el PNV en Erandio.
Los goles del segundo partido fueron obra de Larrinaga en el arranque del partido y Gorostiza marcó de penalti el segundo por "una mano ridícula de Areso", dejaron caer en la prensa. Larrinaga, de nuevo, hizo subir el tercero casi finalizado el encuentro.
Un cuarto partido
Y hubo otro partido benéfico más, el pro Konsomol, un buque del Gobierno de Euzkadi. Un combinado blanco contó con Eguzkiza, Areso, Pablito, Bienzobas, Soladrero, Zubieta, Ruiz, Iraragorri, Mandaluniz, Larrinaga y Gorostiza. El rojo formó a Blasco, Ciriaco, Ahedo Cilaurren (Arana), Muguerza, Marculeta, Larrazabal, Bata, Unamuno, Gerardo y Sánchez Arana. La selección blanca ganó por 7-2. La jornada benéfica se saldó con una triste noticia. Arana sustituyó a Cilaurren a quien advirtieron ya en el campo que su padre estaba grave. Cuando entró al vestuario le dieron la noticia real: su aita había muerto.
Con los autodenominado nacionales avanzando, comenzó la salida al extranjero de la Selección Vasca de Fútbol. De hecho, participó en la Liga Mayor de México DF en la que quedó clasificado en segunda posición, detrás del Asturias, a dos puntos de diferencia.
Con todo, gracias a las iniciativas benéficas y otros encuentros surge en "un proyecto alentado por las autoridades del Gobierno vasco, con el Lehendakari al frente, que se materializa en la Selección Vasca de Fútbol, con la inestimable colaboración del periodista Melchor Alegría, como organizador y manager, y del Consejero de Asistencia Social, Juan Gracia", constata Carlos Aiestaran. Y es que además de los partidos citados, se dieron otros anteriores como en el que la selección cántabra ganó a la vasca por 3-2 en noviembre de 1936.
El envío al extranjero de los futbolistas tuvo un doble objetivo: "Para dar a conocer la existencia del Gobierno Provisional del País Vasco dentro de la II República y su posición en la Guerra Civil; y económico, para recaudar fondos destinados a sostener las colonias de los menores vascos evacuados. Esta expedición de fútbol formó parte de una non nata embajada deportiva vasca", redondea Aiestaran.
De los futbolistas de ANV, Ahedo, Iraragorri y Langara se exiliaron en México, y también en Argentina donde Langara fue pichichi. En su debut con San Lorenzo de Almagro contra el River Plate, su equipo ganó 4-0 con los cuatro goles obra del vasco.
Del PNV fueron exiliados Pablito, Areso, Cilaurren y Zubieta. Gorostiza abandonó la selección de Euzkadi para entrar en líneas franquistas y formar parte de la denominada delantera eléctrica del Valencia.
El periodista bilbaino, Carlos Bacigalupe, autor del libro Pan en la guerra analizó a este diario estos partidos desde el lado de la ciudadanía de a pie. "Era una forma de afrontar el porvenir queriendo mucho al Athletic y al fútbol vasco. Se hacían partidos con combinados en San Mamés. Incluso se organizaron unos para obtener fondos para comprar el avión Euzkadi. Es la pera, la gente acudía. Esto es la cuna del fútbol. Una forma de distraer la tragedia era organizar fútbol como salida para hacer frente a la tristeza".
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