Si hay un juez fiscal (correcto, en el resto del mundo esto es un auténtico absurdo) que rivaliza en chulería y megalomanía con el ahora defenestrado Baltasar Garzón ese es Fernando Grande-Marlaska. Juan del Olmo hizo su parte en varios casos en contra de colectivos e individuos de Euskal Herria, y de especial resonancia fue su participación en el cierre de Egunkaria, pero no se compara con el frío cinismo y desdén con los que Grande-Marlaska se comporta durante los procesos en contra de encausados vascos.
¿Hasta qué punto los caminos de Garzón y Grande-Marlaska parecen correr paralelos? Lean ustedes esta nota de Izaro News en la cual queda al descubierto el desaseo con el que se cocinan los casos en contra de vascos y la violación recurrente, las escuchas ilegales. Aquí lo tienen:
La sentencia que absuelve a Iraitz Guesalaga de ser el responsable informático de ETA incluye críticas al juez instructor del caso, Fernando Grande Marlaska, y a la Guardia Civil por intentar obtener pruebas “en contra de los parámetros de la legalidad”.
Los magistrados Ángela Murillo, Carmen Paloma González y Juan Francisco Martel aseguran en una sentencia hecha pública este miércoles que las pruebas contra el acusado “no sólo han sido absolutamente insuficientes para desvirtuar la presunción de inocencia” sino que, además se obtuvieron “en contra de los parámetros de legalidad”.
Los tres magistrados defienden que la detención del presunto informático y de su novia -sobre la que no existían datos de comisión de delito alguno- se realizó cinco meses después de que se iniciaran las investigaciones, que no habían arrojado información de interés.
Los magistrados cuestionan en concreto que el magistrado encargado de la causa autorizara, durante este plazo hasta el arresto, la intervención de las conversaciones telefónicas de los sospechosos “sin que la decisión judicial tenga un mínimo soporte indiciario que justifique la desmedida medida”.
La Fiscalía pedía para Guesalaga una pena de 10 años de prisión por pertenencia a organización terrorista. Según su versión, que Guesalaga realizó un viaje a Venezuela en 2008 en el marco de la colaboración entre ETA y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El objetivo era colaborar con la organización colombiana en la encriptación de sus archivos, aseguraba el fiscal.
La Guardia Civil consideraba que el acusado era el responsable informático de ETA debido a una referencia aparecida en los papeles incautados a Francisco Javier López Peña, ‘Thierry’, en los que se decía: “es el que nos lleva los asuntos de informática, de total confianza, se llama Iraitz”.
En los mismos documentos se indicaba que ‘Iraitz’ es amigo de ‘Ekaitz’ que le conoce porque ambos son “del mismo pueblo”. La Guardia Civil defiendía que el mencionado Ekaitz es Sirvent, considerado número dos del aparato logístico de ETA. Tanto Guesalaga como Sirvent proceden dede Zarautz.
No obstante, el tribunal asegura en su resolución que el fiscal no ha conseguido demostrar “ni la condición de informático del acusado ni, al menos, que tuviera conocimientos de alto nivel en la materia”.
Destaca, además, que tampoco ha probado que Guesalaga hiciera viajes a Venezuela antes de 2008 o que se pusiera en contacto con otros miembros de ETA y se entrevistara con ellos para instruirles en el manejo del ordenador.
O sea, si te llamas Iraitz y eres amigo de un Ekaitz entonces sin saberlo perteneces al entorno. Hay Fernandito, que mal andas, utilizando la impartición de la justicia para fines políticos, y en este caso a triple banda, intentar condenar a alguien solo para reforzar los ataques en contra del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela así como en contra de las FARC, utilizando al independentismo vasco como arma arrojadiza.
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