Esta noticia nos sorprendería si no supiésemos que la estrategia represiva del franquismo-borbónico es en realidad una amplia red que lo arrastra todo; derechos lingüísticos, símbolos identitarios, tradiciones, garantías constitucionales, derechos humanos, memoria histórica, rasgos culturales, reivindicaciones soberanistas y un largo largo etcétera.
En su obsesión por negar la sola existencia del pueblo vasco, ya no hablemos de sus derechos políticos y civiles, a los ultra-españolistas les quedó el mal sabor de boca de ver como la ciudadanía de Hegoalde respondió a la afrenta de hacer volver la Vuelta a España a territorio euskaldun por parte del esquirol Francisco López, aprovechando la ocasión para mostrar al mundo el proyecto libertario que se oculta tras una cortina de humo, aprovechando para ello a los propios medios de intoxicación masiva pues estos tuvieron que estar presentes para cubrir las etapas del evento ciclista.
¿Cómo responden?
Como verdaderos mafiosos, cortando los recursos, lean ustedes esta nota publicada en Deia:
La organización anuncia la suspensión de la prueba y de la Clásica de Donostia si para el miércoles no consigue reunir 150.000 euros, la cantidad que ha reducido el Gobierno vasco de su aportación anual
Alain Laiseka
Si un milagro no lo remedia, y lo milagroso en estos tiempos de asfixia económica es conseguir financiación, dinero, nada de promesas aunque se plasmen en papeles firmados, la Vuelta al País Vasco, y con ella la Clásica de Donostia, se suspenderá irremediablemente y pasará a descansar en el panteón ciclista de las carreras perdidas siguiendo el camino de la Subida a Urkiola, la Bira o la Euskal Bizikleta, las tres últimas víctimas a las que nadie empujó cuando dejaron de dar pedales y se echaron a la cuneta. Allí murieron abandonadas. En eso está la ronda vasca, más cerca de la cuneta que otra cosa después de que los organizadores reconocieran su incapacidad para cubrir el actual presupuesto, cercano al millón de euros. Les faltan 150.000, y lo milagroso sería recopilarlos para, como fecha límite, el próximo miércoles. Si no llega esa inyección económica, asegura Jaime Ugarte, presidente de Organizaciones Ciclistas Euskadi, las dos pruebas borrarán su nombre del calendario internacional.
Tanta premura y urgencia, o tanta dilatación en el reconocimiento de la delicada situación, se debería a lo desafortunado y repentino de los acontecimientos. Según relata el propio Ugarte, en una reunión de urgencia celebrada el pasado miércoles en Gasteiz, Patxi Mutiloa, director de Deportes del Gobierno vasco, les habría anunciado como algo definitivo e inamovible que el ente público únicamente aportaba el 60% de la financiación del Gran Premio de la prueba, unos 200.000 euros de un total de 360.000, rompiendo así un compromiso que data de 2009.Ese año, otra crisis profunda hizo que se tambalearan los cimientos de la ronda vasca. El déficit ahogaba a los organizadores y la urgencia provocó un convenio para la creación de Organizaciones Ciclistas Euskadi donde se fusionaban las estructuras de la Vuelta al País Vasco y la Euskal Bizikleta, que desapreció del calendario pero conservó la Subida a Arrate como final de etapa de la ronda vasca. A cambio, el Gobierno vasco se comprometía a patrocinar el Gran Premio de la prueba durante tres años -2009, 2010 y 2011- con la opción de uno más, 2012. En ese acuerdo que firmó el anterior Ejecutivo, se especificaba que la Vuelta al País Vasco debía recibir 360.000 euros anuales desde Política Lingüística, que ha cumplido los tres años de contrato y comunicó en mayo de 2011 que no le interesaba un cuarto suplementario porque necesitaba ese dinero para dedicárselo al euskera, uno de los ámbitos de responsabilidad pública castigado por los recortes del actual Ejecutivo vasco. Sin ese dinero público, más de un tercio del presupuesto, la carrera quedaba en suspenso.
200.000 euros
La Dirección de Deportes, de todos modos, asumió el compromiso de seguir liderando el Gran Premio con una aportación de dinero por definir mientras apremiaba a los organizadores a buscar un complemento económico que debía llegar desde el sector privado. El compromiso de Mutiloa se plasmó en una partida de 200.000 euros contemplada en los presupuestos generales. Ese dinero, a instancias del Partido Popular, estaba destinado en un primer momento a financiar las salidas y llegadas de etapa de la Vuelta a España en Euskadi, Arrate y Barakaldo. Solo cuando la carrera española se aseguró la cobertura económica sin necesidad del apoyo del Gobierno vasco decidieron PP y PSOE desviar ese dinero a la Vuelta al País Vasco.
De todas maneras, los 200.000 euros son insuficientes para sufragar los gastos de la carrera vasca. El Ejecutivo vasco se comprometió, también, a buscar un patrocinador privado que no ha localizado "porque la situación es mala para todos". Tampoco los organizadores han logrado cerrar un patrocinio privado esperanzador que se disipó anteayer. "Nos dijo que no y nuestra decepción fue muy grande", dice Jaime Ugarte.
Los 150.000 euros que separan los intereses de unos y otros responden con exactitud a los 150.000 que el Gobierno vasco aportó para que en 2011 la Vuelta a España, que este año se autofinancia, regresara a Euskadi. Los organizadores vascos han mostrado desde el principio una postura clara en cuanto al asunto. Nunca censuraron la llegada de la carrera española a Euskadi, pero condicionaron su presencia al respeto a las pruebas de casa. "Yo no voy a opinar sobre eso", dijo ayer Ugarte; "solo sé que había un compromiso de cuatro años que no se ha cumplido y que se ha querido hacer en tres días lo que no se ha hecho en cuatro años".
Pero la ofensiva no se reduce a lo hecho por Lakua en la CAV, también en Nafarroa hicieron lo propio según la nota El ciclismo vasco atraviesa la crisis más profunda de su historia reciente publicada en Noticias de Gipuzkoa:
El único equipo vasco del World Tour, la primera división mundial, no sabe si esta, la de 2012, será su última campaña porque no encuentra la manera de sustentar una estructura que cuesta cerca de siete millones de euros. Otras dos carreras emblemáticas están, al igual que la Vuelta al País Vasco, en riesgo. En Navarra, donde su gobierno ha financiado la salida y una etapa de la próxima edición de la Vuelta, el Gran Premio Indurain no sabe aún de dónde sacará cerca de 60.000 euros que anteriormente aportaba el Gobierno navarro. El Gran Premio de Laudio está en un sinvivir porque tampoco logra cuadrar el presupuesto. La prueba de Igorre de ciclocross, con problemas en 2011 por el recorte del Gobierno vasco, ha perdido la Copa del Mundo para este año.
¿No tienen presupuesto? Retiren a todos los efectivos de las fuerzas represivas operando en Hegoalde, de ahí puede salir el dinero para patrocinar eventos que realmente significan algo para los vascos.
°
No hay comentarios.:
Publicar un comentario