Con respecto a lo sucedido al juez clown Baltasar Garzón, les compartimos este comentario por parte del equipo que publica la página del Grupo Tortuga:
Pues sí, aunque estos días no escasean opinólogos rasgándose las vestiduras ante la condena a Garzón, quienes sostienen esa opinión considerándose “de izquierdas” deberían tener claras algunas cosas.
En primer lugar que la tele está mezclando dos causas contra Garzón. La segunda, aún por sentenciar, en la que se le juzga por posible prevaricación por tratar de instruir causas penales relacionadas con crímenes durante la dictadura franquista, tiene una lectura jurídica compleja en la que no vamos a entrar aquí. Pero la primera, que es por la que le han sentenciado y condenado, juzgaba una actuación delictiva del propio juez ordenando unas escuchas completamente ilegales a detenidos que preparaban su defensa con sus abogados. Aunque, como decimos, mucha gente que apoya a Garzón, se está haciendo un lío y mezclando ambos procesos, es muy importante separarlos. Con respecto a las escuchas la gente “de izquierdas” debería alegrarse, ya que una posible absolución de Garzón en este tema hubiera creado un peligrosísimo antecedente para destruir uno de los pocos derechos que nos van quedando si nos vemos inmersos en un proceso judicial: hablar con nuestro abogado para preparar nuestra defensa sin ser espiados por la policía.
Conviene que quienes tienen en un pedestal a Garzón por sus supuestas cruzadas contra el fascismo no pierdan de vista su actuación de muchos años cerrando siempre los ojos de par en par cuando detenidos puestos a su disposición manifestaban haber sido torturados. En no pocos casos la tortura saltaba a la vista en sus cuerpos. Garzón siempre tomó partido por la versión policial y nunca hizo nada por averiguar si alguna de esas torturas podía ser cierta. Gran paradoja para un supuesto perseguidor del fascismo.
También hay que recordar sus indiscriminadas persecuciones de tantos y tantos inocentes, a quienes mandó detener, encarcelar preventivamente (algunos denunciaron también torturas sin ser escuchados por el magistrado) y hacer pasar por penosos e inquisitoriales procesos en su afán de criminalizar a todo lo que oliera a izquierda vasca independentista. Nos acordamos de la Fundación Joxemi Zumalabe, de nuestro amigo el abogado navarro Pepe Uruñuela, del diario Egunkaria y de todo un rosario de personas arbitrariamente procesadas por Baltasar que finalmente resultaron absueltas por otros tribunales más objetivos.
Y por si fuera poco son célebres los revolcones que las salas juzgadoras de la propia audiencia nacional o del supremo han dado a las instrucciones realizadas por Garzón. Juez mediático y estrella más dedicado a cultivar su autoimagen en la tele que a trabajar con conocimiento y profesionalidad. Posiblemente este estrellato subido a la cabeza, y la costumbre adquirida de hacer con la ley y los procedimientos lo que le venía en gana, es lo que le ha llevado a tamaña chapuza judicial y delictiva como la que acaba de tumbar –por suerte- su triste carrera. Siempre le harán algún hueco en el partido del GAL. Dios los cría y ellos se juntan.
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