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domingo, 25 de febrero de 2007

Un Borgia en Nafarroa

Ciertamente ese dicho que reza "a diario se aprende algo nuevo" es un dicho muy sabio.

Es cultura general saber quienes fueron los Borgia y las truculentas historias que los rodean, pues bien, ahora me entero que uno de ellos murió y se encuentra enterrado en Nafarroa.

La información fue publicada en el Diario de Navarra y nos llega gracias a Vascos México, he aquí algunos extractos:

La tumba de César Borgia

Junto a la iglesia de Viana, está enterrado el que fuera obispo de Pamplona y general de los ejércitos pontificios, César Borgia. Una triste lápida recuerda el trágico final de este personaje universal, de cuya muerte se celebra este año el quinto aniversario (1507-2007)

Pocas historias reales han dado tanto juego literario como la de César Borgia y su familia. Hijo del papa Alejandro VI, César fue obispo a los 17 años y cardenal a los 23. Poco después, tras la muerte de su hermano Juan, se hizo cargo de los ejércitos pontificios, y llegó a ser príncipe de Andría y Venafri, señor de Romaña y duque de Valentinois. Inspirador de El Príncipe de Nicolás Maquiavelo, el gran condottiero fue también patrón de Leonardo da Vinci. De sus habilidades políticas y de su vida licenciosa se han hecho eco numerosos ensayos, novelas y alguna película reciente. «Suele decirse que los Borgia fueron envenenadores. Y que César Borgia, y su hermana Lucrecia mantuvieron relaciones incestuosas. Sin embargo, nadie sabe con exactitud cuánto hay de cierto en ello, y qué parte fue inventada por sus enemigos», dice el sacerdote diocesano e historiador de Viana, Juan Cruz Labeaga. Leyendas aparte, la relación de César Borgia con Navarra se remonta a 1491, año en que fue nombrado obispo de Pamplona. Ocho años después, se casó con Catalina de Albret, hermana del rey de Navarra, Juan III, con la cual tuvo una hija (Luisa Borgia). Esta vinculación propició su refugio en el viejo reino cuando el brillo de los Borgia comenzaba a declinar.

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En 1885 los exhumaron por primera vez, a requerimiento de un arqueólogo francés, Charles Iriarte, que en realidad venía buscando la espada de César Borgia. Más adelante, ya en el siglo XX, hubo un movimiento de gente intelectual, que trató de rehabilitar la memoria del hijo del papa Alejandro VI, y buscarle un enterramiento más digno.

Entre ellos se encontraba el doctor Victoriano Juaristi, quien realizó un sepulcro monumental dedicado al célebre duque de Valentinois. La obra se colocó en el zaguán del ayuntamiento en 1934. Dos años después, sin embargo, un grupo de personas de ideología derechista, destrozó la escultura, considerando que era un oprobio para la ciudad que «un hombre tan malo» estuviera en lugar tan principal.

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Cuando está a punto de iniciarse el quinto aniversario de la muerte de César Borgia, el ayuntamiento, el Gobierno de Navarra, y el resto de personas que integran la comisión especial para organizar los eventos, parecen estar de acuerdo en la conveniencia de encontrar un sepulcro digno para César Borgia. «Lo deseable sería que los restos volvieran al interior de la iglesia, donde estuvieron inicialmente», añade Labeaga. «Pero de momento esto no es posible ya que el actual código de derecho canónico impide enterrar dentro de las iglesias. Pienso que no es una normativa muy estricta, ya que los obispos actuales se siguen enterrando en las catedrales».


Si desean leer la nota entera lo pueden consultar en Artxiboak.

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