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martes, 6 de febrero de 2007

El Convencer de Unamuno

A todos le que como yo les gusta apostar por el diálogo le va a agradar mucho leer las siguientes palabras:

La columna editorial del profesor Mikel Ezkerro

Vencer o convencer

Los medios de comunicación reflejaron la presencia de curiosas pancartas en la marcha realizada el sábado en Madrid, protagonizada por el Partido Popular (PP) español y las entidades que han secundado esa movilización.

Según estas pancartas, “a ETA hay que vencerla, no convencerla”.

¿A que refiere esta frase, que pareciera sacada de un moderno slogan publicitario, pero que sin embargo encierra un significado mucho más profundo?

Se refieren estos señores reunidos en Madrid a una frase histórica de un filosofo vasco de escala mundial, como lo fue Miguel de Unamuno. En plena guerra “incivil”, siendo rector de la Universidad de Salamanca, pronunció el día 12 de octubre de 1936 un discurso de replica a un grito terrible oído de boca un militar español, el general José Millán-Astray (1879-1954) que expresó: “Viva la muerte. Muera la inteligencia” a la vez que insultaba a los vascos y catalanes.

Ante este barbarismo, Unamuno pronunció una clase magistral de ética y moral, incluida la frase fundamental en referencia a los sublevados: “Venceréis pero no convenceréis”. Venceréis porque os sobra la fuerza, pero no convenceréis, porque os falta la razón.

Según lo explicaba Unamuno, una cosa es vencer, imponerse al otro. Convencer es vencer con el otro, ponerse de acuerdo mediante el diálogo y el debate de ideas.

Precisamente el significado opuesto a lo demostrado por la manifestación de referencia, que pidió “no al diálogo”.

Esta es la enseñanza que debe dejar en toda persona esta frase de Unamuno, que el sábado ha querido ser manipulada políticamente con expresiones de odio y violencia.

Si como personas demócratas estamos exigiendo el cese de la violencia por parte de ETA, también tenemos que exigir con la misma fuerza el cese de toda violencia –sea física o verbal- por parte de quienes dicen oponerse a los violentos. Pero tan violentos se expresan unos como otros.

Señores que se han reunido el sábado en Madrid: Lo que hay que hacer es convencer, vencer con el otro. Y no se impone nada por medio de la violencia, cualquiera sea quien la practique. Ni tirios ni troyanos.

Los argentinos también podemos dar testimonio en nuestro pasado reciente de los efectos malsanos de la violencia.


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