En todo el asunto de la entrega del galardón de la Guardia Civil entregado al represor marroquí Abedellatif Hammouchi hemos perdido el tiempo exigiendo explicaciones por parte del PSOE y nos hemos limitado a cuestionar que tanto IU y Podemos hayan avalado la entrega del mismo tras ser interpelados por EH Bildu.
Y no hemos perdido el tiempo con los sociatas porque sabemos muy bien dentro de qué marco teórico se conducen.
Ellos llevan a cabo la fechoría a sabiendas de que la prensa afín al régimen se encargará de hacer el manejo que les exima de toda culpa.
Y si ustedes están escadalizados por el asunto del marroquí, sepan que en Euskal Herria se premia a los que han desencadenado distintos tipos de violencia en contra de los vascos y que cuando ha sido posible se les ha premiado no solo con galardones sino con nombramientos y cargos en la administración pública.
Miren ustedes lo que nos reporta Naiz:
Koldo García, natural de Barakaldo y entonces concejal del PSN en Uharte, propinó una paliza a un menor independentista en los sanfermines de 2010. García es un corpulento guardia de seguridad que protege al ministro José Ábalos, quien ahora ha decidido premiarle con un puesto en el consejo de administración de Renfe Mercancías.Aritz IntxustaTodo comenzó en el bar Stadium. Mikel P., un menor de 16 años, entró al local porque su pareja quería usar el baño. Pidió una bebida en la barra. Llevaba una camiseta en la que se leía «Independentzia», motivo por el que fue increpado por un agente de la Policía española fuera de servicio.El policía con número 82796 abordó al menor y le dijo que se largara. Le sacó del bar a empujones. Discutieron. El policía aseguró que le llamó «facha». No quedó probado. Ya fuera del bar, Mikel recibió los primeros golpes. La gente les acabó separando. García, que trabajaba como guardia de seguridad y cuyo peso sobrepasaba holgadamente los cien kilos, se llevó al menor de allí a rastras. Justo hasta la puerta de otro bar que se encuentra en la acera de enfrente al cuartel de la Guardia Civil de Iruñea.Fue ahí, en la puerta del bar Sol, cuando el nuevo consejero de Renfe apalizó al menor. Le agarró del cuello y cayó encima de él, propinándole varios puñetazos cuando Mikel estaba tirado en el suelo. Los testigos le increpaban para que le dejara en paz. Algunos de los presentes pensaron, de hecho, que García estaba pegando a una niña, pues el menor era más bien flaco y llevaba el pelo largo. Estos testigos dicen que acabó «hecho un guiñapo».La sentencia recoge que tanto el policía como el entonces edil del PSN actuaron «de forma abusiva» y que su víctima era una persona «físicamente inferior, sobre todo respecto al acusado sr. García». El guardia tenía 40 años cuando propinó la paliza al menor. En cuanto al policía, el juez recordó que, al ser un agente de la autoridad, pudo resolver el asunto de otra forma.El detenido fue... el menorLa paliza la cortó la Guardia Civil que, pese a la evidencia de los hechos, acabó arrestando al menor, a quien acusó de «enaltecimiento del terrorismo». La versión de los guardias es que alguien les había llamado al cuartel porque habían escuchado un «Gora ETA!» y que por eso salieron. Esta imputación hacia el menor, sin embargo, decayó. Era falsa. La archivó el Juzgado de Menores.El parte médico de ese mismo día, el 12 de julio de 2010, relata «una contusión en brazo bilateral, contusión en el muslo derecho y contusión troncoabdominal». Además, los médicos enumeran «escoriaciones en tronco, extremidades, brazo izquierdo y contusión en el muslo derecho». Todo quedó en un delito leve al no ser necesario una intervención quirúrgica.La defensa de García y del policía recurrieron una primera sentencia condenatoria por lesiones (les cayeron mil euros de multa a cada uno) asegurando que el parte médico no cuadra con la paliza brutal en la que coincidían los testigos. Pero la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra determinó justamente lo contrario, que la «relativa escasa importancia de las lesiones» encaja con el relato de una persona ovillada en el suelo para protegerse de una lluvia de golpes."Diario de Navarra" relata también otra agresión de Koldo García y otro compañero de seguridad sobre un vecino del valle de Aranguren, por la que fue condenado y, después, indultado parcialmente. Este otro incidente data de 1995.
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