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domingo, 9 de diciembre de 2018

Tarjeta Roja a Españistán

En los medios de comunicación españolistas se han estado burlando de las consultas llevadas a cabo por Gure Esku Dago, mismas que están inspiradas en las encuestas catalanas que iniciasen en Arenys de Munt hace ya nueve años y que culminaron hace un año con el referendum independentista del 1° de octubre, fecha que quedó marcada por la brutalidad desencadenada en contra de quienes asistían a ejercer un derecho democrático garantizado en la Unión Europea.

Pues bien, lo que se les ha escapado a los detractores de esta consulta es que más que el resultado el objetivo de las mismas es motivar a la gente a salir de sus casas para dar a conocer su opinión con respecto a temas trascendentes.

Y lo decimos porque por medio de la página Economía Digital nos hemos venido a enterar que se están reuniendo firmas para expulsar a la entidad borbónico franquista de la Unión Europea. Razones sobran, como la negativa por parte de partidos políticos estatales a condenar el franquismo o el uso de políticas de excepción en contra de presos políticos, por mencionar solo un par de ejemplos. No olvidemos que en estos momentos cuatro rehenes catalanes se encuentran en huelga de hambre en Lledoners.

Que se rían ahora de las consultas... pues un millón de votos no se antojan como tarea difícil ni para la ANC, ni para Òmnium Cultural, ni para Gure Esku Dago.

Pero adelante, aquí la información:


El "consejo para la república" de Puigdemont fija entre sus primeros ejes de acción la recogida de un millón de firmas para expulsar a España de la UE

El "consejo para la república" de Carles Puigdemont trabajará alrededor de cinco ejes de acción: la constitución catalana, la internacionalización del conflicto catalán, la difusión del mensaje independentista, el ámbito jurídico y el legislativo, que pasa por conseguir la expulsión de España de la Unión Europea (UE), según el exconseller Toni Comín.

Puigdemont y Comín celebraron este sábado la segunda presentación de su organismo internacional para impulsar la independencia de Cataluña, con un acto en el Teatro Nacional Flamenco de Bruselas al que asistió medio gobierno de Quim Torra, con el propio president a la cabeza.

La primera iniciativa que emprenderá el consejo de Puigdemont en Bélgica será la recogida de un millón de firmas para impulsar un proyecto ciudadano que reclame la activación del artículo 7 del tratado de la UE, que regula la expulsión de un estado miembro del club europeo si se aprecia "la existencia de una violación grave y persistente".
El plan de Puigdemont para sacar a España de la UE

El artículo 7 del Tratado de Lisboa al que se refieren los líderes huidos catalanes que dan forma al consejo estuvo en boca de los líderes europeos en septiembre, cuando el Parlamento instó al Consejo de la UE aplicarlo a Hungría, poniendo como castigo la pérdida del derecho de voto a ese Estado.

Para ello, el Consejo necesita una "mayoría de cuatro quintos de sus miembros" para "constatar la existencia de un riesgo claro de violación grave por parte de un Estado miembro". También se requiere que los 28 miembros constaten por unanimidad la violación "grave y persistente" de los valores fundamentales de la UE.

Puigdemont cree que este artículo hará posible la expulsión de España de la UE y que, a su vez, se despejaría el camino para que Cataluña sea reconocido como Estado independiente. El artículo abre el paso a la suspensión de los derechos de un estado, pero para impulsarlo como iniciativa ciudadana hace falta un millón de formas de residentes de siete países miembros.

Si el "consejo para la república" consigue el millón de firmas, todavía faltará que la Comisión Europea (CE) decida tomar o no acción respecto a la solicitud. El organismo de Puigdemont tiene apenas 40.000 inscritos, por lo que sobra decir que le hacen falta cientos de miles de apoyos para siquiera llegar al escenario en el que la CE tenga que tomar una decisión.
El "consejo para la república" quiere un millón de inscritos

Puigdemont y Comín presentaron este sábado el funcionamiento del "consejo para la república", que primero fue esbozado en el Palau de la Generalitat el 30 de octubre. Comín recordó que él y el ex president pilotarán la entidad de caracter privado en este momento "fundacional".

Los inscritos podrán participar después en una elección de una asamblea de representantes de 150 miembros que escogerá al presidente del consejo, que a su vez elegirá a los miembros del organismo. Puigdemont y Comín esperarán a tener un millón de inscritos para la votación, o en su defecto que transcurran entre 6 y 12 meses.

Comín defendió que el papel de la entidad no debe ser el "simbolismo" ni la "representación", sino la "acción". Parecía una respuesta a la CUP, que el sábado envió un comunicado diciendo que "no quiere contribuir a avalar iniciativas que parten desde una lógica simbólica y que no tienen como objetivo central la ruptura democrática con el Estado español".

Puigdemont intentó seducir a la CUP y el ala más radical del separatismo con frases como "el Estado no tiene alternativa a la independencia". Pero se mostró más ansioso por el abandono al consejo, que no tiene tantos inscritos como él quisiera, y dijo: "Apuntarse al consejo es más fácil y efectivo que cualquier otra acción".






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