Un blog desde la diáspora y para la diáspora

domingo, 16 de diciembre de 2018

Entrevista a Rocío Varona

Por conducto de Noticias de Gipuzkoa traemos a ustedes esta entrevista a una arquitecta burgalesa muy particular:


La arquitecta burgalesa Rocío Varona, tras varios años en Ciudad de México, ha venido a Zumarraga. Trabaja en Donostia y está estudiando euskera

Asier Zaldua

Estudió Arquitectura.

-Siempre se me dio bien el dibujo y lo artístico, pero también las ciencias y las cosas más técnicas. Me pareció que Arquitectura era una carrera completa. No es para cerebritos, pero hay que trabajar mucho.

¿Dónde ha trabajado?

-Cuando terminé la carrera volví a Burgos e hice un proyecto para mis padres: la casa del pueblo. Fue el proyecto de fin de carrera. Después fui a Alemania a buscarme la vida. Mandé currículums a distintos países de Europa y me contestaron unos alemanes de Dresde. Tenía un compañero muy majo que sabía español y me ayudó bastante. Era un contrato de prácticas, de seis meses, y en ese tiempo fui al euskaltegi de Alemania. El alemán es un idioma complicado. El euskera me parece más fácil.

También ha estado en México.

-Tras un año en Alemania, fui a México. Una amiga de la infancia vivía allí y todo fue más fácil. Enseguida encontré trabajo. Los tres años que he pasado en México han sido increíbles.

Es un país totalmente distinto a Alemania.

-Profesionalmente, tuve que aprender todo de nuevo. En México todo es posible, mientras que en Alemania todo está pautado (medidas, tiempos...). México es un paraíso, pues tienes libertad total. Está muy bien para soltarte y el trato entre los compañeros de trabajo es más cercano que en Alemania. El problema es que las normativas no se siguen al pie de la letra y hay problemas con los edificios. Algunos se caen.

¿Qué trabajos hizo en Alemania y México?

-En Alemania, paisajismo: parques, espacios públicos, jardines... En México, edificios de viviendas y oficinas.

En México conoció a un urretxuarra y decidieron venir aquí.

-Vinimos hace casi año y medio. Los primeros meses los dediqué a conocer la vida en Euskal Herria y en febrero empecé a mandar currículums. Trabajo para un estudio de Donostia que trabaja mucho en Iparralde. Estoy contenta, pues me está sirviendo para conocer otra manera de trabajar. En México todo es a lo grande y aquí hay que aprovechar los metros.

¿Qué cogería de cada país, en lo que respecta a la arquitectura?

-Los alemanes lo hacen todo sencillo. Tienen un método que funciona y no andan dando vueltas. Además, respetan mucho al trabajador. Saben distinguir el tiempo de trabajo del de ocio. En México son soñadores y piensan que la arquitectura está por inventar. Aquello es un caos, pero al final las cosas acaban saliendo. Aunque sea trabajando más de la cuenta. En Francia tienen muy interiorizado el tema de la vivienda social y hasta en el pueblo más remoto es obligatorio hacer vivienda social. Aquí, sobre todo en Bilbao, hay estudios de calidad. Bilbao ha dado un gran giro. Está muy bien, pues ha servido para ver que la arquitectura puede cambiar una ciudad. En los talleres del Colegio Vasco-Navarro hay una gran preocupación por crear entornos agradables y consultar a la gente antes de construir. Por otro lado, regenerar los espacios industriales es un gran reto.

¿En Urretxu y Zumarraga ha encontrado lo que esperaba?

-No esperaba nada. Tenía claro que era el momento de salir de México, pues creo que hay que irse cuando todavía estás bien en ese lugar. Si un lugar te quema, acabas arrastrándolo. Vine abierta a todo y estoy muy contenta. Me tratan bien y estoy muy tranquila. En México es más difícil vivir tranquilo. La vida en Ciudad de México me ha ayudado a valorar un pueblo pequeño en el que todo está a mano.

¿Le gusta el modo de vida?

-Sí. Es una cultura diferente y la gente es muy auténtica. Venir aquí es una nueva oportunidad y estoy intentando hacer mis propias amistades.

Está aprendiendo euskera.

-Voy al euskaltegi para aprender euskera, conocer gente y pasarlo bien. Aprender un idioma es fascinante. Es como volver a la infancia. Hay que aprenderlo todo de nuevo. En mi entorno todo el mundo habla euskera y yo también quiero hablarlo. Si aprendes el idioma, entiendes la manera de pensar de las personas que lo hablan y es más fácil llegar a ellos.

Gipuzkoando

Su txoko guipuzcoano favorito. Arantzazu. Es un lugar espectacular. No solo por la arquitectura.

Un paisaje. El paisaje industrial que hay en el bidegorri que va de Zumarraga a Legazpi.

Una fiesta. El día de Santa Isabel. El baile, la bajada... ¡Este año he subido con los dantzaris!

Un monte. Para verlo, Irimo. Para subir, Samiño, Aizkorri...

Una playa. Itzurun, en Zumaia.






°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario