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martes, 4 de diciembre de 2018

Huelga de Hambre en Lledoners

Ante la escalada represiva españolista en contra del derecho a la autodeterminación del pueblo catalán, cuatro de sus presos políticos han decidido radicalizar su demanda de libertad.

Aquí la información por conducto de La Jornada:


Armando G. Tejeda

Cuatro de los nueve políticos catalanes presos por participar en la declaración unilateral de independencia de Cataluña, en octubre de 2017, comenzaron una huelga de hambre por el "comportamiento injusto y arbitrario" de la justicia española. Se trata de los ex consejeros (ex ministros) Josep Rull, Joaquim Forn y Jordi Turull, además del ex presidente de la Asamblea Nacional Catalana Jordi Sánchez. Los dirigentes independentistas están acusados de rebelión, malversación de recursos públicos y desobediencia, y llevan más de un año en prisión cautelar a la espera de que se inicie el juicio en el Tribunal Supremo, que está previsto para finales de enero del próximo año.

En la cárcel catalana de Lledoners, cuatro dirigentes independentistas decidieron empezar un ayuno que pretende llamar la atención de los organismos internacionales y sobre todo de la justicia europea.

La huelga de hambre ha sido utilizada por varios colectivos europeos, entre ellos los presos del Ejército Republicano Irlandés, durante los años más cruentos del conflicto con Reino Unido, así como varios encarcelados de la organización separatista vasca ETA. Iñaki de Juana Chaos, uno de sus dirigentes, llegó a estar 115 días sin ingerir alimentos.

En un comunicado, los presos catalanes advirtieron que la huelga de hambre "es la única alternativa de que disponemos aquí en prisión para hacer visible la discriminación y la conculcación de nuestros derechos fundamentales"; añadieron que es una decisión que adoptaron "desde la serenidad y la coherencia".

A pesar de que en estos días ha bajado la escalada de tensión en Cataluña, los Comités de Defensa de República volvieron a protagonizar un acto coordinado que consistió en aventar estiércol a las sedes de varios tribunales de justicia en Cataluña, en concreto en los pueblos de Vilanova i la Geltrú, Cerdanyola del Vallès, Rubí, Sabadell, Manresa, Vic (Barcelona), Solsona (Lleida), Girona, Tarragona y Tortosa. Argumentaron que "el Poder Judicial del Estado español es una mierda, ya que se da la connivencia de los tribunales con el totalitarismo. Luchemos por la independencia, por leyes más justas y para echar a los jueces prevaricadores".






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