Eufemismo Represivo

La hipócrita Europa, esa que le permite cualquier exceso represivo al régimen español, no permite la figura de la Cadena Perpetua. Pues bien, agradecidos como son, los españoles han encontrado el eufemismo perfecto para implementarla de facto, término que por cierto les urgía acuñar desde que el TEDH de Estrasburgo les echara abajo el mecanismo conocido como "Doctrina Parot".

Claro, para justificar dicha implementación ha recurrido a despertar el instinto animal más básico de electorado desde hace semanas, cuando una y otra vez los medios de comunicación nos recordaron que por culpa de Estrasburgo se había liberado a Miguel Ricart, el único individuo que viera el interior de una celda como implicado en el terrible caso de "las niñas de Alcàsser".

Más recientemente, para fortuna de los autores "intelectuales" de este atropello a los derechos humanos, se publicitó por todo lo alto los más secretos entresijos de lo sucedido a Diana Quer. Dios bendito, exclamó el popolo, ese tipo es una hiena, no podemos permitir que vuelva a andar suelto en nuestras calles.

El escenario estaba servido.

¿Pero quienes deben temer realmente que se les aplique la eufemísticamente nombrada medida?

Pues los de siempre, todos aquellos a quienes el régimen considere enemigos o potenciales enemigos, ya sean militantes de grupos organizados de oposición, sindicatos, periodistas, artistas o tuiteros.

Lean ustedes lo que reportan desde El Diario:

El Gobierno justifica ampliar la prisión permanente revisable porque lo avalan las encuestas

"El 80% de los votantes de todos los partidos apoyan esta medida", asegura el ministro de Justicia, Rafael Catalá

Aitor Riveiro / José Precedo

El Consejo de Ministros ha aprobado un anteproyecto de ley para ampliar la prisión permanente revisable, instaurada en 2015, y sobre la que todavía debe pronunciarse el Tribunal Constitucional. El Ejecutivo quiere ampliar en cinco supuestos, hasta los 13, esta pena. Los nuevos casos serían los asesinatos en los que se intente ocultar el cadáver a los familiares, las muertes por incendios intencionados, las violaciones en serie y las violaciones a menores o asesinatos con secuestro previo.

"El principal aval de esta institución [la prisión permanente revisable] es la voluntad de los ciudadanos", ha asegurado el ministro de Justicia, Rafael Catalá. "La opinión pública pone de manifiesto que más del 70% o del 80% de los españoles son favorables" a esta pena, ha apuntado. El ministro ha remachado: "Votantes del PP, del PSOE, de Ciudadanos y de Podemos han dicho que apoyan la prisión permanente revisable".

Pese a que el Gobierno ha abierto el debate sobre la extensión de este tipo de penas a raíz del asesinato de la joven madrileña Diana Quer, y de que el propio PP ha celebrado actos políticos en los que ha invitado a sus padres y a los de otras jóvenes asesinadas, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, descartó que se trate de legislar al calor de este último crimen sino que se lleva analizando desde hace 10 años.

"Hemos considerado oportuno plantear un debate social", ha apuntado. "No es una decisión electoral porque no hay elecciones a la vista. Son otros los que han traído al Parlamento ese debate, queriendo derogar la prisión permanente", ha acusado.

Catalá ha recordado que el anteproyecto tiene que pasar ahora por el tamiz del Congreso y del Senado. "Ya veremos qué suceden en el trámite parlamentario", ha señalado. Pero ha insistido en la comparación con Europa para sacar adelante su propuesta: "No acabamos de entender qué nos pasa en España cuando en Europa es una cuestión muy consolidada".

El ministro de Justicia envió velados mensajes a Ciudadanos- que en su acuerdo de investidura con el PSOE pidió la "derogación urgente" de este tipo de penas y ahora empieza a rectificar: "Está vigente en Francia, si para algunos Macron es el referente...".

"No ha sido el Gobierno quien ha puesto sobre la mesa el debate de la prisión permanente, sino los grupos parlamentarios que piden su derogación para convertirnos en una isla en Europa", ha asegurado Catalá, quien ha negado varias veces que se trate de una medida electoralista -"no hay elecciones a la vista que yo sepa", para recuperarse en los sondeos tras el batacazo de Catalunya.

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