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viernes, 23 de febrero de 2018

La Insurrección de Los Pensionados

Lo escenificado por los pensionados en Bilbo hace unos días fue solo una escaramuza, la batalla apenas ha iniciado ayer, según nos informa este artículo en Deia:


Los pensionistas rechazan el alza de solo el 0,25% y exigen su ajuste con el IPC. Piden 1.080 euros como mínimo.

Xabier Aja

“Los políticos tienen que entender que dependen de nuestros votos” “Esto ha sido una estafa en toda regla. Que nos devuelvan todo lo que han robado” “Estoy aquí por solidaridad con la gente que cobra unas pensiones de miseria” “Estamos aquí también por los chavales porque nosotros, más que menos, lo tenemos mejor” Pedro “Cobro una pensión de mierda con un hijo de 37 años a mi cargo y trabajando desde los 14” “ Hay que mantener la actualización de las pensiones con el IPC real para no perder”

“Estamos hartos. Las pensiones son el fruto de decenas de años de cotización, no es una limosna que nos tienen que dar los políticos. Esto es un atraco”, señalaban indignados ayer los miles de jubilados y pensionistas vascos que tomaron las calles de Bilbao en manifestación por la defensa de unas pensiones públicas dignas y en contra de una subida de las mismas como la aprobada por el Gobierno español del PP de Mariano Rajoy de solo el 0,25%, por debajo del incremento de los precios, lo que les hace perder poder adquisitivo.

Las convocatorias iniciales de grupos de jubilados hechas sin siglas y al margen de los partidos políticos y otras organizaciones sociales -aunque ayer muchas de ellas hicieron llamamientos para secundar la marcha-, cristalizaron en una gran manifestación de veteranos y veteranas por la Gran Vía de Bilbao.

Citados ante la sede del Ayuntamiento de Bilbao a las 12 horas para trasladarse hasta la sede la Subdelegación del Gobierno español en la plaza Moyúa de la capital vizcaina, más de media hora antes, las unidades del metro que se acercaban hasta la plaza Circular estaban absolutamente llenas de unos viajeros inhabituales porque la gran mayoría tenía más de 60-65 años de edad, y alguno más de 90 años, “sí, pon la edad que tengo, que vean que todavía los viejos tenemos arrestos para defender las pensiones y la justicia social”.

Frente al Ayuntamiento bilbaino esperaba una multitud, “no esperábamos estar tantos”, señalaban los últimos en acercarse, gratamente sorprendidos del éxito de la convocatoria favorecida por una mañana sin lluvia.

Al grito de “manos arriba esto es un atraco”, miles de jubilados con los brazos en alto iniciaron la marcha con dificultades para superar el puente del ayuntamiento abarrotado de pensionistas.

Pero no fueron los únicos lemas que se corearon en el acto de ayer ya que se sumaron decenas de consignas en las que la clase política no salía precisamente bien parada. No falta dinero, sobran chorizos, fue una idea-guía repetida, una y otra vez, por una multitud de jubilados y viudas, muchos de ellos “veteranos de otras guerras”, según recordaban antiguos trabajadores de las grandes empresas industriales de la Margen Izquierda del Nervión, que habían padecido la represión franquista.

Los numerosos casos de corrupción en el Estado español estaban en boca de muchos jubilados hasta el punto de gritar con estos ladrones peligran las pensiones.

Los pensionistas que colapsaron el centro de Bilbao portando pancartas y coreando lemas como Las pensiones son un derecho, Basta de robar a los pensionistas, Unidos en defensa de las pensiones y Esta lucha la vamos a ganar circularon tras un grupo musical, con gaitas incluidas.

La cabeza de la marcha estuvo liderado por una pancarta que recogía el leit motiv de las movilizaciones: “Pensiones públicas dignas. No al 0,25%” pero luego los manifestantes eran mucho más rotundos en sus críticas al Gobierno de Rajoy, en particular, y a los dirigentes políticos en general.

Poder electoral

Parte de los jubilados y pensionistas empezaban a ser conscientes al verse en tal multitud, del poder electoral que tiene un colectivo de cerca de 680.000 personas en Euskal Herria y 9,5 millones en el conjunto del Estado español, de ahí los gritos de “si nos roban las pensiones, ya vendrán las elecciones”, “si nos cabreamos, no votamos” y “para no acabar en la pobreza, pensiones dignas”.

Los más avezados del colectivo de pensionistas explicaban a todo el que quería escucharlos que entre los jubilados se está incubando un “sentimiento de rebelión” porque “se nos mantiene las pensiones en pérdida de poder adquisitivo de forma permanente y, en el futuro, limitándolas a un crecimiento del 0,25% anual”. Además, criticaban con conocimiento de causa otras medidas gubernamentales que van a recortar las prestaciones de jubilación en el futuro. “Se prolonga la vida laboral para alcanzar el derecho a la jubilación, se recortan las pensiones de salida por la aplicación del factor de sostenibilidad, se retrasa de 52 a 55 años la edad para poder acceder al subsidio de mayores sin recursos, se reduce el valor de las pensiones de viudedad, se pierde el IPC como valor de cálculo para la revisión anual de las pensiones, y se agota la reserva de la caja de pensiones para rescatar a los bancos”.

Por los jóvenes

Muchos pensionistas echaban de menos a más jóvenes en la manifestación e indicaban que “estas reivindicaciones también tienen que ver con ellos, con su futuro”. “No estamos aquí solo por nosotros, estamos para defender un sistema de pensiones públicas dignas para el futuro de las nuevas generaciones”. Tras recordar algunos veteranos que los más jóvenes a la hora de la manifestación están trabajando, más de uno clamó para que la próxima manifestación “sea un sábado”.

Los pensionistas advirtieron de que la situación será “aún más grave” para las nuevas generaciones ya que, con las medidas previstas por el Gobierno español, las pensiones sufrirán “un recorte considerable”.

Los convocantes de la marcha se mostraron muy críticos con las afirmaciones de la ministra Fátima Báñez sobre las pensiones señalando que “no se ha perdido poder adquisitivo” y afirmaron que el Gobierno español “miente” cuando asegura que no se pueden subir más las pensiones.

Tras pedir una pensión mínima de 1.080 euros mensuales resaltaron que “la riqueza en el conjunto del Estado ya ha alcanzado los niveles de 2008 y los beneficios de la banca han vuelto a aumentar y las retribuciones de las grandes empresas se incrementan en un 15%”. “Riqueza hay pero mal repartida”, señalaba un grupo de veteranos, antes de arremeter contra los excesos de un sistema capitalista insaciable. “Ahora bancos y aseguradoras quieren forrase con las pensiones privadas y por ello están metiendo miedo y recortando el sistema público”.

Los jubilados vascos antes de despedirse, satisfechos por el éxito de la movilización, señalaron que “volveremos a concentrarnos” porque su objetivo es que se garanticen unas pensiones públicas dignas, actualizadas con la evolución del IPC para no perder poder adquisitivo porque “no pedimos limosna, hemos trabajado y cotizado decenas de años para llegar hasta aquí”.






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