Para poner en contexto los terribles hechos sucedidos en París el viernes pasado y en un intento por crear conciencia con memoria histórica entre quienes tan generosamente han colocado la bandera del estado francés en su foto de perfil de Facebook les queremos compartir información con respecto a una matanza de argelinos que tomó lugar en esa misma ciudad hace apenas unas décadas, una masacre silenciada, una brutal represión que ha sido cuidadosamente escondida.
Resulta que según Wikipeda, el 17 de octubre de 1961, una manifestación pacífica convocada por el Frente de Liberación Nacional de Argelia contra el toque de queda, impuesto para todos los argelinos que vivían en la región parisina por el prefecto de policía Maurice Papon, desembocó en una represión brutal que causó 200 muertos según los investigadores (el historiador Jean-Luc Einaudi cuenta entre 200 y 393 argelinos muertos por la policía durante el otoño de 1961).
Los argelinos no fueron las únicas víctimas, porque la policía interpelaba basándose en los rasgos físicos de los transeúntes. Ello significaba que cualquier persona de aspecto mediterráneo fuera detenida, golpeada y asesinada. Algunas de las víctimas fueron tiradas al Sena, mientras que otras muertes fueron disimuladas de manera burocrática. Las víctimas fueron detenidas en el Palacio de Deportes y en el Estadio Pierre de Coubertin, donde sufrieron un trato brutal.
La masacre fue objeto de ocultación estatal, estimando el presidente Charles de Gaulle que era "un asunto secundario". El 8 de febrero de 1962, otra manifestación en contra de la guerra de Argelia y de la organización terrorista OAS acabó en una matanza, la llamada "masacre de Charonne" (una estación de metro parisina). La manifestación había sido convocada por el Partido Comunista y la CGT, pero no fue autorizada por el prefecto de policía Maurice Papon. Éste ordenó la carga de las fuerzas de orden contra los manifestantes, que causó 8 muertos directos y otro muerto a consecuencia de las heridas.
Los argelinos no fueron las únicas víctimas, porque la policía interpelaba basándose en los rasgos físicos de los transeúntes. Ello significaba que cualquier persona de aspecto mediterráneo fuera detenida, golpeada y asesinada. Algunas de las víctimas fueron tiradas al Sena, mientras que otras muertes fueron disimuladas de manera burocrática. Las víctimas fueron detenidas en el Palacio de Deportes y en el Estadio Pierre de Coubertin, donde sufrieron un trato brutal.
La masacre fue objeto de ocultación estatal, estimando el presidente Charles de Gaulle que era "un asunto secundario". El 8 de febrero de 1962, otra manifestación en contra de la guerra de Argelia y de la organización terrorista OAS acabó en una matanza, la llamada "masacre de Charonne" (una estación de metro parisina). La manifestación había sido convocada por el Partido Comunista y la CGT, pero no fue autorizada por el prefecto de policía Maurice Papon. Éste ordenó la carga de las fuerzas de orden contra los manifestantes, que causó 8 muertos directos y otro muerto a consecuencia de las heridas.
Al respecto, y tomando en cuenta que uno de los ataques en París se ha llevado a cabo en la calle Charonne, les compartimos este reportaje publicado en la página de AIM:
Francia reconoce su culpa en la masacre de argelinos en París
Francia reconoció su culpa en la masacre de argelinos en Paris, en 1961, cuando decenas de ellos murieron ahogados en el río Sena, mientras reivindicaban una Argelia independiente. Ahora, la República reconoce aquella brutal represión.
17 de octubre de 1961. Una fecha que Francia, el país que creó e impulsa los derechos humanos en el mundo, ha querido sin éxito borrar de su memoria histórica sin celebrarla hasta hoy.
La noche olvidada por el gobierno francés del general De Gaulle que pretendió atenuar la demanda independentista de un grupo de ciudadanos franceses de izquierdas y argelinos que se manifestaron por las calles del centro de París reclamando la soberanía plena para Argelia, que en aquella época estaba bajo la gestión administrativa de la República francesa y ya sufrían desde 1958 tanto los franceses que vivían en el país africano como los argelinos las dolorosas consecuencias de la guerra de independencia.
Aquella noche, el prefecto de la Policía de París, Maurice Papon (acusado años más tarde de colaborar con los nazis en la deportación de miles de franceses en la Francia de Vichy ocupada por las tropas de Hitler) mintió al presidente De Gaulle sobre los resultados de la brutal represión policial de aquella manifestación.
“Sólo hubo un grupo de heridos”, dijo. Según los archivos policiales la represión acabó con la masacre de decenas de manifestantes que murieron ahogados en el río Sena cuando escapaban de los disparos y de las porras de la policía francesa.
Por su parte, el Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino asegura en aquellos archivos que murieron más de 200 manifestantes, en su mayoría por disparos policiales y ahogados en el río Sena.
Cincuenta años más tarde de aquella noche fatídica para la historia de Francia, el presidente de la República, el socialista François Hollande, ha dado un paso colosal en el que reconoce que la República francesa tuvo su responsabilidad en la represión.
Supone un serio intento para cerrar las heridas entre Francia y Argelia, que nunca se han cerrado en un país donde miles de franceses sufrieron la guerra de independencia y padecieron el rechazo de la metrópolis cuando regresaron a Francia huyendo de la guerra tras la independencia de Argelia y miles de argelinos también padecieron la represión francesa por defender el nacimiento de su propio país al margen de la potencia colonial.
François Hollande reconoció oficialmente en nombre de su país la “sangrante represión” ejercida contra los argelinos que se manifestaron el 17 de octubre de 1961 para reivindicar el derecho a la independencia.
“La República reconoce con lucidez esos hechos. Cincuenta y un años después de esa tragedia, rindo homenaje a la memoria de las víctimas”, dijo el jefe del Estado en un comunicado difundido por el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia.
Ese año, convocados por el Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino, varios miles de manifestantes pacíficos acudieron al centro de París en familia, incluso con niños, pese al toque de queda impuesto a los “franceses musulmanes de Argelia” por el entonces prefecto de policía Maurice Papon.
Según los historiadores, entre varias decenas o centenares de personas murieron víctimas de la brutal represión que se desató contra ellos, y muchos de los cuerpos fueron lanzados al río Sena para hacerlos desaparecer.
El balance oficial ofrecido en aquella época por Papon, no obstante, dejó constancia solamente de tres muertes, que se atribuyeron a la Policía en estado de “legítima defensa”.
Con la declaración de Hollande se rompen hoy 51 años de silencio estatal respecto a esos hechos, sobre los que el exministro de Interior del anterior Gobierno, Claude Guéant, había considerado que Francia no debía presentar excusas.
El relato, según los historiadores
La represión de la policía parisina, entonces dirigida por Maurice Papon -que finalmente fue condenado en 1998 por crímenes contra la humanidad perpetrados durante el gobierno de Vichy-, contra la población argelina de la región parisina duró todo el otoño de 1961.
En aquellos años convulsos y en pleno debate sobre la descolonización de Francia, en especial de Argelia (Jean-Paul Sartre defendía la descolonización, pero miles de franceses que vivían en Argelia y en Indochina no querían dejar de vivir en aquellos territorios ni sufrir el desarraigo que provoca cualquier guerra) la Francia de De Gaulle ya había más o menos perdido la guerra de Argelia (acabó en 1962) y el general empezaba a negociar con el FLN argelino (entre sus filas también habían terroristas).
El 17 de octubre de 1961, una manifestación pacífica convocada por el FLN contra el toque de queda impuesto para todos los argelinos que vivían en la región parisina por el prefecto de policía Maurice Papon desembocó en una represión brutal, que causó entre 70 y 200 muertos según los investigadores (el historiador Jean-Luc Einaudi cuenta 200, y 325 argelinos muertos por la policía durante el otoño 1961 ).
Los argelinos no fueron las únicas víctimas, porque la policía interpelaba basándose en los rasgos físicos de los transeúntes, ello significó que cualquier persona de aspecto mediterráneo fuera detenida, golpeada y asesinada.
Algunas de las víctimas fueron tiradas al río Sena, mientras que otras muertes fueron disimuladas de manera burocrática. Las víctimas fueron detenidas en el Palacio de Deportes y en el Estadio Pierre de Coubertin, donde sufrieron un trato brutal.
La masacre fue objeto de ocultación estatal, estimando el presidente Charles de Gaulle que era “un asunto secundario”. El 8 de febrero de 1962, otra manifestación en contra de la guerra de Argelia y de la organización terrorista OAS acabó en una masacre, la llamada “masacre de Charonne” (una estación de metro parisina).
La manifestación había sido convocada por el Partido Comunista y la CGT, pero no fue autorizada por el prefecto de policía Maurice Papon. Éste ordenó la carga de las fuerzas de orden contra los manifestantes, que causó 8 muertos directos y otro muerto a consecuencia de sus heridas.
Pero las tensiones ya venían de años atrás. El 17 de junio de 1966, De Gaulle aprobó una ley de amnistía que incluía “los actos cometidos en el marco de operaciones policiales administrativas o judiciales”, imposibilitando así que se investigaran las responsabilidades en ambas masacres.
En los años siguientes, la masacre de octubre de 1961 continuó siendo un tema tabú. A finales de 1961, el libro de Paulette Péju,Ratonnades à Paris, que relataba los acontecimientos con fotografías de Elie Kagan, fue publicado por la editorial Maspero pero fue censurado y retirado de la venta al poco tiempo.
También la película de Jacques Panigel, Octobre à Paris, que reconstituía los hechos basándose en esas mismas fotografías y en testimonios de argelinos presentes en la manifestación, fue censurada y retirada en su primera proyección en octubre de 1962. Habrá que esperar hasta mediados de los años 1980 para que estos acontecimientos fuesen sacados del olvido, con la publicación de nuevos trabajos de investigación.
En la década de 1990 la masacre del 17 de octubre, como es conocida en Francia, llegó a la conciencia nacional.
Durante el proceso, los ministros de Justicia Jean-Pierre Chevènement y Elisabeth Guigou crearon dos comisiones de investigación a fin de estudiar estos mismos archivos policiales y judiciales. Tres historiadores, entre los que figuraba Jean-Paul Brunet, fueron también autorizados a acceder a estos archivos.
El juicio a Papon
Papon fue juzgado solamente por los hechos perpetrados cuando era prefecto de Burdeos durante la Segunda Guerra Mundial y siempre negó, a pesar de las pruebas acumuladas contra él por el historiador Jean-Luc Einaudi, su responsabilidad directa en la masacre.
En febrero de 1999, Maurice Papon denunció por difamación a Einaudi por un artículo publicado el 20 de mayo de 1998 por el periódico Le Monde, en el que el historiador escribía: “Persisto y firmo. En octubre de 1961, hubo en París una masacre perpetrada por las fuerzas de orden actuando con órdenes de Maurice Papon.” El antiguo prefecto de policía perdió el juicio en marzo de 1999.
El 17 de octubre de 2001, el alcalde socialista de París, Bertrand Delanoë puso una placa en el puente Saint-Michel, cerca de Notre-Dame, para conmemorar la masacre.
Fuente: La Vanguardia, España
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