Como comentábamos en la publicación anterior, Erdogan ha decidido hacer el papel de "incontrolado" mostrando que Moscú se tiene que cuidar las espaldas pues Ankara está dispuesta a llevar a cabo actos de guerra en contra de las fuerzas militares rusas que combaten al Estado Islámico y a otros grupos terroristas financiados y avituallados por Washington y sus aliados.
El derribo del SU-24 ayer muestra claramente que la OTAN sigue empecinada en derrocar a Bashar al Assad, dejando bien claro a quienes hasta ahora no han querido ver que en Siria nunca existió una guerra civil y que desde el principio se ha tratado de una intentona de golpe de estado organizado y financiado por los Estados Unidos, Israel, Qatar y Arabia Saudí.
Así pues, esta nota publicada en Naiz nos indica que Putin ha decidido extremar las precauciones para proteger en la medida de lo posible a sus fuerzas desplegadas en la península septentrional africana:
Rusia colocará misiles antiaéreos en su base militar de Jmeimin, en Siria, y a 30 kilómetros de la frontera con Turquía. Según ha explicado, este armamento «garantiza el derribo de objetivos aéreos a una distancia de 250 kilómetros y de misiles balísticos no estratégicos a 60 kilómetros».
Rusia desplegará sistemas de misiles antiaéreos S-400 en la base aérea siria de Jmeimim, a 30 kilómetros de la frontera con Turquía, donde tiene emplazados los aviones que participan en la misión en Siria, según ha anunciado el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu.
El S-400, complejo de defensa antiaérea de última generación, «garantiza el derribo de objetivos aéreos a una distancia de 250 kilómetros y de misiles balísticos no estratégicos a 60 kilómetros». El complejo es capaz de derribar de forma simultánea 36 objetivos, mientras que puede apuntar a 72.
El Estado mayor ruso anunció ayer que también sus cazas acompañarán a partir de ahora aviones rusos en misiones de bombardeo en territorio sirio, después de que dos F-16 turcos derribaran un Su-24 ruso en la frontera turco-siria.
Además, el acorazado Moskvá, buque insignia de la flota rusa del mar Negro, navegará en la zona costera cercana a Latakia para apoyar con sus baterías antiaéreas Fort, similares a los S-400, las misiones de la agrupación aérea rusa que actúa en Siria.
Putin no descarta nuevos incidentes y advierte que reaccionará
El presidente ruso, Vladímir Putin, acusó ayer a Turquía de ser «cómplice del terrorismo» y advirtió de que el derribo del Su-24 «tendrá graves consecuencias para las relaciones» entre Rusia y Turquía.
«Después de lo sucedido ayer, no podemos descartar otros incidentes, y si éstos tienen lugar, reaccionaremos de una u otra forma. Y nuestros ciudadanos que se encuentran en Turquía pueden correr un serio peligro», ha advertido.
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