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viernes, 4 de septiembre de 2020

Euskera en Montevideo

Desde la página Diáspora Vasca en Facebook traemos a ustedes esta curiosidad que tiene mucho que ver con la migración a Uruguay desde Iparralde y con el euskera.

Lean:


La nota en euskera más antigua de América

Xabier Irujo y Alberto Irigoyen

La nota inserta en la primera página del diario Le Messager Français del domingo 4 de septiembre de 1842, es probablemente la primera noticia escrita en euskara en la prensa americana. Hoy hace 178 años.

La situación era desesperada en Montevideo. En el contexto de la Guerra Grande (1839-1851), los Colorados liderados por Fructuoso Rivera esperaban el ataque a la capital por parte de los Blancos encabezados por Manuel Oribe. Las tropas de Oribe no habían llegado a las puertas de Montevideo pero la ciudad se preparaba para la invasión y se declaró la leva en masa de los naturales del país, de la cual los extranjeros estaban naturalmente exentos. El texto en euskara, firmado por el jefe político y de policía de Montevideo José Antuña, explica concretamente que la república está en armas y que, a pesar de que se ha llamado al servicio militar a todos los varones, se había observado con tristeza que muchos habían desoído la orden por lo que debían ser arrestados. A fin de evitar arrestos entre la población extranjera -que no tenía el deber de defender la república con las armas-, el jefe de policía había ordenado que éstos, entre ellos una gran cantidad de vascos, llevasen visible una cucarda o escarapela con los colores de su país de origen.

Poliςiaco avisua

Républica guςia harmetan [c]a[u]sicen delacots
eta nola hemengo semiac oro cerbiçurat
galdeguinac bactira, penarequin ichusten
dugu badela ainhits orai artecan casuric
eguin estutenac. Gauςa hori dela cau[s]a,
eta nahis evitatu cembait estranyerri policiara[t]
preso yoatia es yaquines cein naçionetacoac
diren. Poliςiaco chefac ordenatcen du egunetic
hasiric estranyer guciec bereen nacionaco
cocarda ibil deçaten, guisa hortan ecaguciaatic
no[r] diren heirco semiac eta nor es.
[Antuña]


Varios de los elementos del texto sugieren que se trata de una nota escrita por un hablante de Iparralde, por ejemplo la mención del “chefa” de policía, y la utilización de las formas “ainhits” o “estranyerri”. El adverbio “orai” se utiliza fundamentalmente en Iparralde mientras que en Bizkaia y Gipuzkoa se prefiere la forma “orain”, no obstante, “orai” se registra también entre los hablantes del noroeste de la alta Navarra. En general, la mayoría de los vascos del Uruguay del primer tercio del siglo XIX procedían de Iparralde si bien a partir de 1839 se incrementó notablemente el número de exilados o emigrantes procedentes de Hegoalde.

En una ciudad donde la mayoría de la población era inmigrante, tanto los representantes consulares como las autoridades gubernamentales estaban de acuerdo en que, de no conseguir que los extranjeros se armaran, no se podría organizar la defensa de la plaza. Poco después del este aviso, se les retiró a los canarios su condición de extranjeros y también fueron enrolados. Se crearon las legiones italiana y francesa, pero a pesar de los esfuerzos de Jean Thiebaut por atraerlos, la mayoría de los vascos se mostraron reacios a alistarse por lo que, dedicando especial atención a los vascos, se publicó en Le Patriote Française un llamado a filas redactado en lengua vasca en 1843. Con igual propósito se publicó, también en euskara y en reiteradas ediciones, el proyecto de ley por el que se disponía el otorgamiento de tierras y animales a los extranjeros que lucharan en la defensa de la ciudad.

Los vascos lucharían en unidades vascas bajo mando vasco. Sólo entonces se enrolaron voluntariamente.

El gobierno designó a Juan Bautista Brie de Laustan, natural de Donibane Garazi, coronel del recién formado Batallón de Cazadores Vascos o, Chasseurs Basques. Este batallón, integrado en su creación por 659 tropas, mantuvo durante toda la contienda un promedio de 600 efectivos.

Las tropas de Oribe contaron asimismo con una unidad formada por soldados vascos, el batallón de Voluntarios de Oribe cuyo coronel era Ramón Bernardo Artagabeitia Urioste, natural del lugar de El Mello en Santurtzi. Su número ascendió, con ligeras variaciones, a 689 hombres y a su campamento se le dio el nombre de “Oribe Erri”. Algunos de ellos eran carlistas, provenientes de Hegoalde en este caso, que habían luchado durante siete años (1833-1839) en las peores condiciones y que habían conseguido contener a las tropas del gobierno que finalmente firmó un acuerdo de paz en Bergara. Su fama les precedía y ante la necesidad de hombres de armas, se les reconoció su origen vasco, el derecho a servir únicamente en batallones vascos bajo mando vasco e incluso se les reconoció el rango que habían detentado durante la Primera Guerra Carlista o Guerra de los Siete Años.

De este modo, a partir de 1842 aquellos que habían luchado en Euskadi se volvieron a ver envueltos en un conflicto bélico que los enfrentaba en dos bandos encontrados. El sitio de la ciudad, que fue cercada en febrero de 1843, duró más de ocho años, hasta el 8 de octubre de 1851.

Hasta ahora se había defendido que el primer texto en euskara publicado en un medio periodístico americano era el artículo publicado en mayo de 1843 en Le Patriote Français de Montevideo al que hemos hecho referencia más arriba, pero obviamente éste es anterior. Sin duda se trata de uno de los primeros textos escritos íntegramente en euskara en un rotativo americano. Se considera que la historia del periodismo moderno en Sudamérica se inicia con la aparición en Perú del Diario Erudito, Económico y Comercial de Lima en 1790. En 1807 se publicó el primer número de la Estrella de Sur, que marcó en inicio del periodismo en la Banda Oriental y en 1810 surgió La Gaceta de Montevideo. Aún hay que seguir buscando en las hemerotecas de todo un continente pero hasta el momento, éste es el escrito más antiguo escrito en euskara en un rotativo americano que hemos hallado.

Como curiosidad, en el número del 13 de septiembre Le Messager Français se publicó el anuncio de una persona, de moral intachable, que buscaba trabajo como cochero o en la construcción y sabía hablar francés, castellano y euskara. En el número del primero de octubre se insertó otro anuncio en el que un joven hablante de francés, castellano y euskara, que escribía correctamente en las tres lenguas, se ofrecía para trabajar en una casa de comercio “ocupándose de la correspondencia en los tres idiomas”, lo cual indica que el euskara se utilizaba como lengua para las transacciones comerciales en la ciudad.

 

 

 

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