El internacionalismo vasco está presente en Lesbos, una de las locaciones en las que la realidad se materializa de la forma más cruel y brutal para los miles de migrantes condenados a una insufrible espera a las puertas de la fortaleza europea.
De ello nos habla este reportaje publicado por Nius:
Vascos en acción en Lesbos: “Esto es inhumano, Europa tiene que actuar”
La ONG vasca se queja de la respuesta de la UE “ha sido la misma píldora, con la misma medida, con otro campo de contención”
Enrique Tena y Diego ArévaloEn las últimas semanas, tras el incendio del campo de Moria, las ONG se han convertido en el paliativo más humano ante la mayor crisis humanitaria en territorio europeo. Desde 2019, la ONG vasca ‘Zaporeak’ prepara en estas instalaciones un plato de comida caliente para los refugiados más vulnerables. Ahora, con la creación del nuevo campo de refugiados frente al mar, estas organizaciones denuncian de nuevo las instalaciones y piden medidas urgentes a la Unión Europea.
Hablamos con Irati Azkue, miembro de Zaporeak, responsable de comunicación y quien controla cada movimiento desde España. “Nacimos en 2016, en Donosti cuando vimos la necesidad vital de ayudar a aquellas personas que cruzaban el Mediterráneo huyendo de la guerra”, según Irati.
Desde Euskadi, una cuadrilla decidió actuar ante el horror e las imágenes
Todo arrancó con una cuadrilla de siete amigos del barrio Intxaurrondo de Donosti. Esta cuadrilla se planteó: “¿Qué sabemos y qué podemos hacer? Cocinar, pues vamos a acudir allí y ofrecer una comida digna”. Esta idea se convirtió en una realidad. A solo 6 km del antiguo campo de Moria está la cocina de la ONG que ofrece comida a miles de refugiados. “Kaixo, Salam”. Así nos dan la bienvenida a su centro en Lesbos. Con un ‘hola’ en euskera y farsi.
Sus voluntarios hacen posible esta labor social y humanitaria. Un ejemplo es Aurora San Vicente con cinco años de voluntariado en Grecia nos cuenta su experiencia. “No tenían nada y ahora tienen menos aún. Los niños están con una mirada tan triste. Esto es inhumano”, comenta mientras emplata raciones de comida para repartir por la carretera.
Aurora, es una de las 20 voluntarias del centro. En uno de los merecidos descansos intenta hacer una radiografía tras el incendio de Moria. Sus palabras muestran la crudeza de esta realidad: “Es que va a peor. No ha mejorado nada. No tienen un rayo de luz, ninguna esperanza. No hay más que barreras… Esto es terrible”.
¿Cómo es un día a día de la ONG?
A las 8 de la mañana empieza el trabajo en Lesbos. Malen Garmendia, coordinadora de este centro, analiza cuáles serán las necesidades de ese día y hace un pedido de productos frescos. En solo un día pueden comprar 10 sacos de arroz de 25 kg y 5 sacos de lentejas. Cocinan en cinco grandes fogones, y desde las 13:00 horas hasta las 18:00 emplatan las más de 2.000 raciones que luego intentan repartir entre los refugiados.
Zaporeak colabora desde febrero de 2019 con la ONG británica “Kitrinos Healthcare”. Ofrecen comida a personas con enfermedades crónicas: hipertensión, mujeres con problemas mentales, diabetes, etc. “La comida que ofrece el gobierno griego no siempre es suficiente ni saludable para estas personas. Nosotros ofrecemos una alternativa que no existe”, comenta Malen.
Tras la semana más trágica, Zaporeak continúa su labor y reparte un plato de comida entre los refugiados que están en el recinto de Team Humanity, entre los MENAS que están en el campo de Pikpa, y también entre las personas que malviven en Mitilini.
Actuar en el nuevo campo de refugiados supone mayores problemas que antes. Kará Tepé ha supuesto una reorganización de los migrantes y de cada acuerdo que había anteriormente. “El gobierno griego solo autoriza de momento la entrada del catering militar que ofrece la Unión Europea, pero este servicio no es suficiente, ni adecuado para todos ellos”, dice Malen días después de enseñarnos el centro a este diario.
Urge asistencia sanitaria
La ONG Médicos Sin Fronteras también ha tenido y tiene un papel esencial en esta crisis. Su clínica delante del extinguido campo de Moria ha ayudado desde 2017 a miles de refugiados. Tras el incendio, la ONG instaló una clínica provisional en el nuevo campo, donde atendieron más de 500 consultas. Estos refugiados presentaban heridas, enfermedades de la piel, entre otros problemas.
“Muchos de nuestros pacientes eran niños y recién nacidos con enfermedades de la piel, que thabían inhalado el humo del fuego y los gases lacrimógenos de la policía” nos comenta Faris Al-Jawad, miembro de MSF en Lesbos.
Niños de solo diez días, vomitando durante la nocheAdemás, Faris afirma que: “Nuestros equipos han sido testigos del constante deterioro de la salud y la salud mental de las personas durante más de cinco años, el acuerdo UE-Turquía sigue manteniendo a las personas atrapadas en ciclos de sufrimiento.” En la semana más trágica, nos comenta este médico que las condiciones han sido demasiado extremas. “Hemos atendido a niños de solo 10 días vomitando durante la noche y mujeres embarazadas con graves problemas. Es inaceptable esta situación”.
Para ambas ONGs hay una única solución. La evacuación de todas las personas de Lesbos a un alojamiento seguro en los estados de la UE, donde puedan tener la oportunidad de comenzar una nueva vida.
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