Una vez más estamos frente al cinismo de ese tipejo de ética malforme que responde al nombre de Fernando Grande Marlaska.
Ha salido, una vez más, a negar la política propia del Apartheid sudafricano que Madrid aplica en contra de los presos políticos vascos, auténtica herramienta de guerra utilizada para triturar las vidas no solo de quienes están tras las rejas por militar en el independentismo vasco, sino también las de sus familiares y allegados, como lo ha hecho patente la muerte de Igor González Sola quien debiera estar libre de haberle aplicado la legislación vigente española.
Aquí lo que nos informa Gara:
Grande-Marlaska niega la aplicación colectiva de la política carcelariaIgual que hizo la víspera en el Senado, EH Bildu llevó ayer la muerte en prisión de Igor González Sola al Congreso de los Diputados, donde Mertxe Aizpurua preguntó al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, «qué hará el Gobierno para que muertes evitables como la de Igor González no vuelvan a ocurrir». Igual que Sánchez la víspera, Grande-Marlaska defendió la actual política carcelaria, que negó que sea aplicada de forma colectiva a los presos vascos.El ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska, se limitó ayer a repetir en el Congreso de los Diputados lo manifestado la víspera por el presidente de su Gobierno, Pedro Sánchez, al defender que la actual legislación penitenciaria se aplica de forma individualizada y no colectivamente a los presos políticos vascos. Respondió así a la interpelación de EH Bildu en relación a la muerte el pasado viernes en la cárcel de Martutene del bilbaino Igor González Sola, una iniciativa que la coalición abertzale llevará a todas las instituciones.
En la sesión de control al Ejecutivo español en el Congreso, tal y como hizo la víspera el senador Gorka Elejabarrieta con motivo de la comparecencia en la Cámara Alta del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, la diputada Mertxe Aizpurua recordó las circunstancias del preso vasco fallecido, con las tres cuartas partes de su condena cumplidas, enfermo y con varios intentos de suicidio en su historial, y preguntó a Grande-Marlaska: «¿Qué hará el Gobierno para que muertes evitables como la de Igor González no vuelvan a ocurrir?».
El ministro no entró en el caso particular de González Sola y se limitó a defender la legislación penitenciaria, con un protocolo de prevención de suicidios en revisión continua que arroja unos datos, inferiores a la medio de los países miembros del Consejo de Europa, de los que se jactaron tanto Grande-Marlaska como Sánchez.
«Este suceso –dijo– será analizado y evaluado para mejorar en el tratamiento de los suicidios en prisión y garantizar, como nos exige la ley penitenciaria, la vida, integridad física y salud del conjunto de internos».
Aizpurua insistió en que el problema es la legislación penitenciaria vigente hacia los presos y presas vascas, por lo que reclamó su modificación, el fin del alejamiento y la libertad inmediata de los presos enfermos y de aquellos de más edad. Y le instó a acabar con esa política «de excepción» y poner en vías de solución la cuestión de los prisioneros para acompañar a la sociedad vasca en su «esfuerzo por construir la paz, la convivencia y un futuro en el que los derechos de todas las personas sean reconocidos». «La venganza sea cosa del pasado», sostuvo.
A este respecto, Grande-Marlaska reprochó a la diputada soberanista estar «intentando mezclar el fallecimiento de un interno con una supuesta política de tratamiento penitenciario hacia un colectivo», y negó este último punto al asegurar que «la legislación española es modélica y se guía en criterios individualizados técnico-jurídicos».
Incidió, como también hizo Sánchez ante el Senado, en que en los últimos dos años «90 presos de la organización terrorista ETA han sido trasladados y progresados de grado, y siempre con control judicial».
«De las palabras a los hechos»
La portavoz de EH Bildu en el Parlamento de Gasteiz, Maddalen Iriarte, valoró las palabras pronunciadas el martes por Pedro Sánchez en el Senado, cuando dijo «lamentar profundamente» la muerte de González Sola, pero pidió pasar «de las palabras a los hechos» en materia de política carcelaria.
Iriarte recordó que «son nueve años desde que ETA decretó su alto el fuego, dos desde que desapareció y diez desde que se firmó el Acuerdo de Aiete, en el que también estuvo el Partido Socialista, y ya es hora de dar pasos en política penitenciaria».
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