Desde su perfil de Facebook traemos a ustedes este texto de nuestro amigo Iñaki Egaña en el que nos regala una semblanza de Iparretarrak:
Iparretarrak, 25 años de su última acción armada
Iñaki EgañaEl 26 de octubre de este año se han cumplido 25 años de la última acción de Iparretarrak (IK) y su posterior desaparición como organización armada. Después silencio. No hubo una declaración formal que pusiera fin a su trayectoria, aunque en 2015 se reunieron y entregaron un dossier sobre su recorrido político-militar al Grupo Internacional de Contacto surgido para favorecer un proceso de resolución en Euskal Herria.
Iparraterrak ejecutó su última acción armada en Aiziritzi, en el eskualde de Amikuze (Nafarroa Beherea), contra la cooperativa Lur Berri, un 26 de octubre de 2000. La bomba estaba compuesta por cloratita y una bombona de gas, que fue desactivada por la Gendarmería tras aviso a una emisora de radio. La cooperativa había sido denunciada por vender maíz transgénico procedente de Canadá. Con una política expansionista, Lur Berri se propagó al Estado francés y en 2000 su director era Jean-Jacques Lasserre, alcalde de Bidaxune y consejero regional de Aquitania, entre otros cargos. Al año siguiente, Lasserre sería presidente del Consejo General de Pirineos Atlánticos, representando a la UDF (Union pour la démocratie française), el partido creado por Giscard d'Estaing que con el tiempo radicalizó su posición derechista.
Iparretarrak había roto su tregua ofertada con motivo del Acuerdo de Lizarra-Garazi, el 16 de abril de 2000, con un explosivo en la antigua sede de la Gendarmería en Lekunberri y otro en Arrangoitze contra el centro Pierre et Vacances. El 30 de julio del mismo año, volvieron a atentar, esta vez al tratar de incendiar el coche de un policía en Biarritz. Y en octubre contra la agencia inmobiliaria Orpi, en Kanbo, y el citado Lur Berri. En sus 27 años de accionar armado reivindicaron un total de 238 acciones, todas ellas inmersas en lo que calificaron de “propaganda armada”, sin intención de causar víctimas, bajo un lema habitual: “Herriak bizi behar du”. Aun así, Gabi Mouesca, militante histórico de IK, señaló en una entrevista que sentían la muerte de dos gendarmes involucrados en operativos propios. Sin especificar los nombres, es de suponer que se trataran de Yves Giummara, en el tiroteo en el camping Lou Puntao de la localidad landesa de Léon, en el que desapreció Popo Larre y el segundo en accidente tras la detención de la militante Maddi Hegi. El coche policial quedó atascado en un paso a nivel y un tren arrolló al mismo, falleciendo Maddi y el policía Roger Latasa.
La judicatura francesa acusó y condenó a militantes de Iparretarrak por la muerte de dos CRS en Baigorri, pero la organización siempre negó la autoría, que atribuyó a grupos parapoliciales españoles para alentar la escalada de tensión, en 1982. El tema fue recurrente durante años, e IK negó rotundamente la autoría, señalando que el juicio fue una farsa y un montaje destinado a criminalizar a los refugiados de Hego Euskal Herria y a la militancia organizada de Ipar Euskal Herria. Con motivo de aquel atentado mortal hubo una razia policial contra ambos sectores. El atentado, que fue reivindicado por el BVE, fue el predecesor de los GAL, un año después, y de las deportaciones masivas de refugiados a América y África.
Por su parte, IK conoció la muerte de seis de sus militantes. Txomin Olhagarai (Itsasu) y Ramuntxo Arruiz (Baigorri) fallecieron en marzo de 1980 al estallarles el explosivo que pretendían colocar bajo el coche del subprefecto de Baiona. Didier Lafitte (Donibane Lohizune) murió de un disparo policial en 1984, cuando viajaba en su vehículo con Gabi Mouesca. Maddi Hegi (Heleta) en Biarritz en 1987 y Christophe Istèque a consecuencia de la explosión de la bomba que transportaba en su propio automóvil, mientras que su acompañante Patrick Lembeye quedaba gravemente herido. Popo Larre (Heleta), desaparecido en 1983, fue dado por muerto oficialmente por la justicia francesa en 2008. Totte Etxebeste, detenido tras un tiroteo con la Policía francesa en Bokale en 1988, quedó parapléjico de por vida.
Según sus antiguos militantes, Iparretarrak tuvo en su recorrido entre 50 a 60 militantes activos, además de una extensa red de colaboradores. De ellos, 47 sufrieron prisión, alguno como Xan Koxkarat, hasta en tres ocasiones diferentes. Gabi Mouesca y Filipe Bidart fueron los que más años de cárcel cumplieron, casi 17 y 19 años respectivamente. El resto, por debajo de los seis años. La muerte de seis de sus voluntarios elevó al 10-12% de muertos de su militancia total. Una cifra extraordinaria. Con una sencilla extrapolación -nada científica por otro lado pero útil para ofrecer una idea del compromiso- hubiera sido como si ETA hubiera tenido entre sus filas más de mil muertos.
Iparretarrak surgió en 1972, bajo el significado de “los de ETA del norte”, aunque con el tiempo algunos de sus cronistas lo mezclaron con “los del norte”. Antiguos mugalaris y colaboradores con ETA dieron cuerpo a esta organización armada con una acción simbólica en Banka. Durante años, convivieron con otras organizaciones armadas como Hordago (15 acciones armadas), Euskal Zuzentasuna (11 acciones) o Indar 7 (cinco acciones). IK y EZ realizaron dos acciones conjuntas en las cercanías de Burdeos. La mayoría de militantes de EZ se integró en ETA. Irrintzi, que colocó su primer explosivo en 2006, ejecutó 20 acciones, Su naturaleza fue desconocida por las fuerzas policiales que durante años dieron palos de ciego, hasta que, en diciembre de 2009, fue detenido en las cercanías de París un joven que, en compañía de su primo y un amigo, habían cometido los atentados, siempre en época estival cuando se hospedaban en la costa lapurtana en sus vacaciones. Iparretarrak tuvo su propio órgano de comunicación, Ildo, que vio su primer número en octubre de 1974 y el último, el número 13, en octubre de 2000.
Entre diciembre de 1973 y noviembre de 1976, Iparretarrak permaneció en silencio hasta que incendió el vehículo de un industrial en Maule. En los años siguientes, IK ejecutaría 13 sabotajes hasta que en junio de 1979 utilizó explosivos, por primera vez, para atacar la subprefectura de Baiona. El 28 de diciembre de 1979, IK intentó destruir, también con explosivos, un cuartel de la CRS en construcción en Angelu. Entre octubre de 1981 y marzo de 1983, IK volvió a permanecer en impasse. Durante 1983 y 1984, IK ejecutó numerosos atentados contra empresas y organismos relacionados con el turismo y asimismo contra propiedades o cuarteles de las fuerzas policiales francesas. Entre marzo de 1983 y diciembre de 1986, IK realizó una actividad sostenida de sabotajes que se saldó con la ejecución de 34 acciones. Entre ellas algunas espectaculares, con explosivos o ametrallando cuarteles. El 3 de marzo de 1986 IK ejecutó cinco acciones reivindicadas contra la impunidad de los GAL.
La actividad de IK volvió a dejarse notar a finales de 1986, cuando un comando liberó de la cárcel de Pau a sus militantes Maddi Hegi y Gabi Mouesca. El operativo se llevó a cabo con el secuestro del director del centro penitenciario por miembros de IK, que acudieron a la cárcel disfrazados de gendarmes. Probablemente la acción más espectacular en época contemporánea de una fuga carcelaria en relación con Euskal Herria. El comando exterior la preparó concienzudamente durante un año.
La Policía francesa dedicó una unidad especial al seguimiento de IK, dirigida por Charles Saenz y ubicada en Pau, que combinó investigaciones exhaustivas con presiones sobre lo que consideraba su medio natural. En 1988, el director del semanario Abil fue juzgado por apología del terrorismo después de publicar un comunicado de IK, la policía allanó Irulegi Irratia y poco después un centenar de policías entraba en el convento de los Benedictinos de Belloc. En 1991, IK realizaría la mayor ofensiva armada de toda su historia, efectuando 44 atentados con explosivos, no sólo en Ipar Euskal Herria, sino también fuera de sus límites como en Pau y en diversas localidades de las Landas.
A partir de 1993, Iparretarrak y ETA comenzaron una serie de contactos destinados a limar las diferencias e incluso a crear una única organización. Las relaciones se habían complicado con las detenciones de militantes de ETA en Ipar Euskal Herria en las redadas policiales que la Policía francesa llevó a cabo en el intento de detención de los que consideraba dirigentes de IK. La oferta de ETA durante el Acuerdo Lizarra-Garazi y el diseño de IK en la tregua chocaron frontalmente, lo que originó un desencuentro que rompió, durante unos años, los puentes trazados. Fue un debate agrio tras la propuesta inicial de ETA, que respondió en su órgano Zutabe al análisis de IK en el Ildo que alejaba las opciones de unión. ETA reconocía los encuentros previos y fue sorprendente que meses antes hubieran estado tan cerca de crear una sola organización. En el fondo de la cuestión subyacían dos proyectos diferentes: la creación de un único escenario político para Euskal Herria (propuesta que ETA también había trasladado al PNV y EA) y la de un Departamento vasco para Ipar Euskal Herria como paso previo a la reivindicación de un Estatuto de Autonomía. Un único ritmo para los siete herrialdes, o varios diferentes como planteaba IK. La autocritica de Batasuna y el cambio estratégico de rumbo propició la reunificación política definitiva en 2009 con EHBai.
Con respecto al silencio de IK desde 2000, hubo alguna excepción posterior, la del asalto a una tumba en las cercanías de Burdeos, en la creencia de que en ella se encontraban los restos de Popo Larre. De la tumba recuperaron un resto óseo que fue trasladado a un laboratorio, para su cotejo de ADN. Del primer análisis, no pudo ser recatado traza de ADN, pero años más tarde, con mejoras técnicas, el resultado fue negativo. El 24 de setiembre de 2015, varios ex militantes de Iparretarrak se reunieron con el GIC (Brian Currin, Raymond Kendall y Alberto Spektorowski), que había pautado el escenario creado para la declaración de Aiete y el final definitivo de la lucha armada de ETA, para mostrarles, en un documento, la actividad de IK en 27 años. Informaron, asimismo, a los tres mediadores de su recorrido político militar, constando que los delegados del GIC apenas conocían de su existencia. Con este acto simbólico, y a pesar de que la organización ya había sido desmantelada, aún sin anunciarlo públicamente, los antiguos militantes de IK dieron por concluida oficialmente su etapa activa.
El 26 de abril de 2025, la asociación Lagundu inauguró un mural en Baigorri en homenaje a los seis miembros de su organización fallecidos durante su recorrido armado. En el acto, uno de los oradores tomó la palabra para señalar que: "Zer gertatu zen aipatu behar da, gure historiaren parte baita. Iragana oroitaraztea ezinbestekoa da, iraganak oraina esplikatzen baitu".
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