Esperanza Aguirre aseguró, tras el mea culpa de Tony Blair, que el reino borbónico-franquista no había tenido nada que ver ni en Afganistán ni en Irak ni en ningún otro país de Asia o del Norte de África.
La señora saltó a la palestra en beneficio de alguien más oscuro y más siniestro.
Pero todos sabemos quien es y, por si no lo saben, acá está Fermín Muguruza para decirlo.
Esta entrevista ha sido publicada en Deia:
Un soldado, un músico y una ciudad, a quien da vida Fermin Muguruza, protagonizan ‘Guerra’, una reflexión sobre cómo se cuentan los conflictos
Andrés Portero
El trío asegura que es “un musical multimierda para toda la familia”, en el que confluyen sonido, teatro, proyecciones y efectos multimedia. Guerra se escenifica el viernes y sábado en el Teatro Campos de Bilbao. El 11 de diciembre, pasará por el Victoria Eugenia donostiarra.
¿Cómo surgió la idea de ‘Guerra’ y cómo le llegó la propuesta?
-Albert Pla me llamó para contarme la idea en la que llevaba trabajando unos años y me dijo que quería que yo formara parte del proyecto interpretando a la ciudad. No lo tuve claro hasta que me enviaron una maqueta preparada por el estudio Nueveojos, auténticos maestros de la comunicación audiovisual, en la que habían colocado un avatar con mi figura en el escenario. Una vez vista la propuesta audiovisual y tras leer el guion, no pude negarme.
Entonces, no es un proyecto coral, con tres patas creativas, sino cosa de Pla.
-Es una idea de Albert. Él provocó que yo escribiera los temas que interpreto en la obra y que Raúl construyera los paisajes sonoros adecuados a cada escena.
¿Qué le atrajo del espectáculo? A Pla ya le conocía, incluso había colaborado con él. ¿Y a Refree?
-Hace veinte años que Pla y yo hicimos juntos el disco Veintegenarios y después siempre hemos estado en contacto, pero hacer algo de este calibre me motivaba mucho, pues admiro su capacidad interpretativa, además de la creativa. Con Refree ya colaboré hace doce años cuando la revista Rock de Lux celebraba su aniversario y le encargaron dirigir una banda con la que íbamos a actuar distintos cantantes. Preparamos juntos un par de temas de Public Enemy cantados en euskera, y el resultado fue impactante. Juntarnos los tres en este proyecto es un auténtico lujo.
Aunque hay muchas canciones, decir que es un musical sería quedarse corto, ¿no cree?
-Sí, Guerra no es El rey león.
¿De qué forma se produce la colisión de música, teatro, proyecciones, efectos multimedia...?
-De manera violenta. Música, teatro, proyecciones cinematográficas y efectos multimedia chocan haciendo saltar rayos y truenos, cuestionando la posición de espectador en la que nos situamos normalmente.
Si ‘Guerra’ es una batalla, ¿contra qué o quién lucha y en defensa de qué o quién?
-Guerra es una batalla dialéctica entre “un ejército” interpretado por Albert Pla, “una ciudad” a la que yo doy vida, y un ente superior que lo controla todo, que es Raul Refree, una especie de Dios Mercado, un IBEX 35 para hacerlo más cercano.
Usted es la ciudad sitiada por unas fuerzas de paz, que acaban siendo enemigos de sus moradores, ¿no?
-Evitando el spoiler, diré que el terrorismo legal de los ejércitos en las llamadas, valga el oxímoron, guerras humanitarias, es lo que sufre la ciudad. Esto está más de actualidad que nunca con las declaraciones de Tony Blair pidiendo perdón por la intervención en Irak y asumiendo la responsabilidad de la situación actual en esta zona tras la intervención militar hace 12 años. Se reconoce criminal de guerra, como lo es Aznar, aunque este último sigue callando también sobre este tema.
El espectáculo no difiere tanto de la realidad. Usted estuvo en Ramallah y vivió el acoso a Arafat en una guerra que parece eternizarse. ¿Qué se siente en esa situación?
-El horror.
El espectáculo multidisciplinar casa muy bien con su personalidad, cada vez más abierta y no centrada únicamente en la música. ¿Se siente cómodo con esa evidente apertura creativa?
-Cada vez disfruto más el escenario en este formato, y además de lo importante que es tener al lado a Albert, del cual aprendo con cada gesto, tengo que resaltar la labor de dirección de Pepe Miravete, una auténtica bestia escénica que se dedica ahora a dirigir y me ha apoyado totalmente, enseñándome todo lo que sé ahora.
Música, cine, teatro, cómic... Hay previsión de disco nuevo tras bastante tiempo de silencio pero visto el éxito de ‘Black is beltza’ ¿seguirá ese camino?
-Además de todo el trabajo que tenemos con las presentaciones de Guerra, viajo con Black is beltza. En verano estuve en Japón, después en Argelia, y sigo buscando financiación para conseguir que se convierta en película de animación. Y entre todo este jaleo he conseguido filmar un documental sobre Nueva Orleans diez años después del Katrina, con una banda sonora compuesta por una decena de temas de mi carrera grabados por músicos de esta ciudad y dándole su toque característico. Editaré todo este material en formato CD y DVD el 3 de diciembre.
No descansa…
-Y para diciembre estoy organizando con la Filmoteca Vasca un ciclo en el que además de presentar Nola?, el documental mencionado anteriormente, mostraremos otros que se rodaron sobre la ciudad de Nueva Orleans y el impacto de una catástrofe que hoy ya se reconoce que no fue natural.
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