Les compartimos este texto de Anasagasti donde hace una exhaustiva comparación entre las condenas servidas por los sicarios al servicio del estado español en su estrategia de terrorismo de estado utilizada en Euskal Herria y las de los presos políticos vascos.
El mismo ha sido publicado en Diario Crítico, aquí lo tienen:
Justicia para españoles, justicia para vascos
Iñaki Anasagasti
El pasado uno de diciembre falleció en Madrid el ex general Alfonso Armada, antiguo combatiente con la División Azul en Leningrado, profesor del entonces príncipe Juan Carlos, secretario general de la Casa del Rey y enemigo declarado del presidente Suárez. En 1977 envió cartas con el sello de la Casa Real pidiendo el voto para Alianza Popular por lo que fue relevado. Cuando el rey creó el ambiente golpista previo al 23-F e hizo todo lo posible para que Suárez dimitiera logró en el minuto uno, tras la dimisión del presidente, que el ministro de defensa Rodríguez Sahagún nombrara a Armada segundo jefe del Estado Mayor del Ejército desde donde maniobró para hacerse con el poder presidiendo un gobierno de concentración, aquel mes de febrero de 1981. La charlotada de Tejero le estropeó el plan, y el rey, con quien había conspirado, se llamó andanas y el 22 de abril de 1983 el Tribunal Supremo le impuso una condena de 30 años de cárcel. El 24 de diciembre de 1988 el gobierno de Felipe González le indultó. Desde su salida de prisión vivió en su pazo en A Coruña cultivando camelias. Estuvo solo cinco años de los treinta de la condena por algo tan grave en democracia como subvertir el sistema constitucional. Su muerte no ha suscitado grandes análisis no vaya a ser que el ciudadano se dé cuenta de la distinta vara de medir de la justicia española.
Cándido Conde Pumpido fue Fiscal General del Estado. En enero de 2010, invitado por el Foro Nueva Economía, habló en Bilbao de su trayectoria y de su visión de la justicia en uno de los desayunos organizados por esta plataforma de opinión. En 1981 había sido juez en San Sebastián. Su intervención fue clara. De ella tomé dos apuntes sobre el Estado de derecho. 1) "El Estado de derecho no puede hacer trampas sin dejar de ser Estado de derecho". 2.) "¿Qué es el estado de derecho? Un sistema incompatible con la arbitrariedad y la violencia".
Me imagino, a tenor de dicho, lo que opinaría el Fiscal General sobre el GAL. Pero en los años ochenta algunos consideraron que crear el GAL, era servir al Estado de derecho. Se cierra el pantano y se acaba con los mosquitos.
Enrique Rodríguez Galindo, ex general de la Guardia Civil: Fue condecorado con 13 cruces de oro y plata, medallas y encomiendas varias. Condenado a 71 años de prisión por el secuestro y asesinato de Lasa y Zabala. Cumplió tan sólo cuatro años y medio de prisión, siendo excarcelado por razones de salud. No le montaron ningún pollo como a Bolinaga.
José Barrionuevo, ex ministro del PSOE: Condenado a 10 años de prisión y 12 de inhabilitación por el secuestro de Segundo Marey y por malversación de fondos públicos. Recibió un indulto parcial (un tercio de la condena) y obtuvo un tercer grado especial. Pasó sólo tres meses en prisión. Felipe González y casi todo el PSOE fueron a acompañarle cuando entró en la prisión de Guadalajara.
Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad con el PSOE: Condenado a 17 años de prisión y 12 de inhabilitación por el secuestro de Segundo Marey, malversación de fondos públicos y corrupción. Indultado parcialmente por Aznar. Cumplió tan sólo dos años y dos meses de prisión, la mayor parte de ellos en régimen abierto, yendo solamente a dormir.
José Amedo, ex subcomisario de Policía: Condenado a 117 años de prisión por seis delitos de asesinato, secuestro, lesiones y asociación ilícita. Pasó doce años en prisión, la mitad de ellos en régimen abierto.
La lista de este club sigue con Julen Elgorriaga, ex gobernador civil de Gipuzkoa con el PSOE, condenado a 71 años de prisión por el secuestro y asesinato de Lasa y Zabala. Su estancia en la cárcel no duró dos años, quedando libre por motivos de salud; Julián Sancristóbal, ex gobernador civil de Bizkaia, condenado por secuestro y malversación a 101 años de prisión y 12 de inhabilitación, cumpliendo tan sólo 15 meses..., y hay más: Ricardo García Damborenea, Michel Domínguez, Miguel Planchuelo, Ángel Vaquero... Podría poner decenas de casos semejantes.
Según los tribunales que juzgaron todo lo anterior, los GAL y toda la trama de la guerra sucia no constituyeron banda terrorista alguna. Los secuestros, tortura y muerte de Lasa y Zabala fueron "un hecho puntual", sin relación alguna con los crímenes de Amedo y su banda. Se trató, más que nada, de "distintos prontos" que les fue dando en aquella época a unos cuantos celosos defensores de la ley y el orden, empujándolos a torturar, secuestrar, matar, robar, malversar... Nada que ver los unos con los otros ni con ningún plan diseñado desde gobierno, institución o lugar alguno. El hecho de estar implicados hasta las cachas subcomisarios y comisarios policiales, oficiales, mandos y jefes de la Guardia Civil, gobernadores, secretarios de seguridad y ministros "fue algo casual". Lo que pasa es que, como a veces ocurre con las setas, la cosecha delictual en aquella temporada fue abundante y por eso pudo dar la sensación de algo más organizado. Pero de eso, nada de nada. Ya, ya.
A los condenados no se les aplicó doctrina Parot alguna, sino todo lo contrario. De promedio no cumplieron ni el 10% de las penas impuestas, pero eso tampoco quiere decir nada. Quienes les indultaron, acordaron la prisión abierta y excarcelaron por motivos de salud "no aplicaron trato alguno de favor". Estas medidas no respondían a pacto previo alguno con el Gobierno ni a amenazas que hizo alguno de tirar de la manta. Y como no tubo banda armada ni ellos eran terroristas, las concentraciones socialistas ante las cárceles pidiendo "¡amnistía, libertad!" tampoco fueron disueltas a pelotazos. Todos los presuntos delincuentes y los delincuentes actuaron "lógicamente" en defensa del Estado de derecho. Fue un servicio de patriotas.
Nada que ver con Mandela
El pasado 6 de diciembre se cumplieron 35 años de la actual Constitución, un texto sacralizado que solo se ha modificado en una semana de agosto 2011, para ponerle techo al gasto público. De que se puede, se puede. Bueno, pues en esta Constitución se indica lo que tiene que ser la cárcel: "Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y la inserción social y no podrán consistir en trabajos forzados". Nada dice que la cárcel sea un instrumento de venganza y retaliación.
Sin embargo hemos visto el debate movido fundamentalmente por ciertas asociaciones de víctimas de ETA. Tras la derogación de la doctrina Parot, la Sra. Ángeles Pedraza, que no es víctima de ETA sino de los hechos del 11-M, dijo que no había que cumplir la resolución europea y lleva organizando, con el apoyo irrestricto del PP, varias manifestaciones y protestas. Está en su legítimo derecho y no seré yo quien defienda a ninguno de los presos de ETA que han salido dos, tres y hasta cuatro años antes de prisión en aplicación de la sentencia. Pero sí me llama la atención que estas asociaciones no digan jamás nada ante lo que he expuesto anteriormente. Galindo, cuatro años, Barrionuevo tres meses, Vera dos años, Amedo doce... Y veo la lista de los presos de ETA con 26 años Inés del Rio, 29 años y ocho meses Piris López, Mamarru con 28, Troitiño 26... Es decir. No hay punto de comparación entre un preso de ETA con otro del Gal siendo la violencia la misma. Y como no veo a ningún intelectual, a ningún medio madrileño, a ninguna asociación destacar esta notable diferencia, simplemente la expongo sin prejuzgar que ambos tipos de presos posiblemente lo justo sería que pasaran su vida en la cárcel. De la celda al patio y del patio a la celda.
El PP cometió un gravísimo error en poner el debate penal en manos de las asociaciones de víctimas del terrorismo. Ahora está atrapado y paralizado y viendo como, por ejemplo, Maite Pagazaurtundua, presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, encabezará las listas de UPyD para el Parlamento Europeo. El PP ha creado un Frankenstein y no sabe ahora como pararlo.
El día de la Constitución le preguntaron a Rajoy su opinión sobre Nelson Mandela, el líder africano fallecido que estuvo en las listas norteamericanas como terrorista hasta el año 2008, y dijo lo siguiente:
"El ejemplo de gigantes como Mandela, suponen una guía inigualable para asumir los desafíos que todos tenemos por delante". ¿De verdad Mariano?. Si Mandela fuera tu ejemplo no estarías haciendo lo que estás haciendo y dejando hacer. No le veo a Mandela predicando el odio como tus correligionarios están haciendo. Lo dijo el Magistrado del Supremo, Joaquín Jiménez: "Desearía que las víctimas se liberasen del posible odio que puedan tener; no se puede ser libre con odio. Una de las victorias de ETA es que el odio del verdugo se contagie a las víctimas". Pues eso.
Una corrección a Joaquín Jiménez y por ende a Anasagasti, esos no odian por que se hayan contagiado de nada, ese odio se mama en casa.
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