En este texto nuestro amigo Pedro Echeverría analiza las reacciones generadas en el ámbito internacional tras darse a conocer que Washington, en su obsesión por ser el Hermano Mayor, ha dedicado ingentes recursos para espiar tanto a tirios como a troyanos:
Condena al espionajeEl espionaje yanqui es condenado en la ONU por intervención de Merker y RouseffPedro Echeverría V.La consigna mundial debería ser no usar el teléfono (fijo o móvil), tampoco comunicarse por Internet o por Fax, derribar a los aviones y drones que espían y toman fotografías y al dar datos personales usar los falsos. No pensar que “el que no debe no teme” porque el espionaje es total e irrefrenable. Porque así como la burguesía y el imperio vigilan y persiguen a los izquierdistas radicales, apresándolos y/o asesinándolos, de la misma manera persiguen a los jóvenes (mujeres y hombres) que no quieran ser esclavos de los gobiernos, los millonarios y el poder.Se informa que la Asamblea General de la ONU aprobó ayer una resolución en contra del espionaje masivo a los ciudadanos y en favor de la privacidad en la era digital, justo cuando el gobierno de Estados Unidos adelantó la difusión de un reporte de una comisión independiente que demanda limitar la vigilancia de las comunicaciones telefónicas por parte de las agencias de inteligencia de EEUU. Este país ha basado su dominio económico y militar en el abierto y descarado espionaje sobre los gobiernos del mundo, así como acerca de los centros de producción.¿Pero qué carajos le importa al gobierno y a los grandes magnates de EEUU esas resoluciones morales si han demostrado capacidad para burlarse hasta de los resolutivos obligatorios? El expresidente Fox, para que EEUU no sea sancionado por ser espía mundial llegó a exclamar que “todos espían, no solo los EEUU”, que hasta en el vecindario se espía. Pero el espionaje para la dominación mundial, tal como lo han hecho todos los imperios –en particular los de gobiernos asesinos como el yanqui- no es comparable con nada. Fox entregó a Bush hasta los calzones.Fueron los gobiernos de Ángela Merker de Alemania y de Dilma Rousseff de Brasil, (México de hizo ojo de hormiga) los impulsores de la resolución de la Asamblea de la ONU que señaló: “Reafirmamos el derecho a la privacidad, según el cual nadie debe ser objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia”. Como es bien sabido, el texto es una respuesta a los programas de espionaje instrumentados por el gobierno de EU para interceptar las comunicaciones de numerosos líderes en el mundo.Pero a quienes debemos rendir agradecimiento mundial por su enorme valor es a Julian Asange y a Edward Snowden. Fueron ellos los que han enseñado al mundo cómo se puede hacer política de gran altura que dañe al enemigo de todos los países del mundo. Sin las denuncias publicadas por ellos el imperialismo ya hubiera llevado el espionaje al extremo y sin que nadie se de cuenta. Tampoco conoceríamos gobiernos como el mexicano que en vez de protestar con dignidad demuestran de manera amplia que sus lacayos que se arrastran ante su amo.La vigilancia ilegal es una amenaza “a la libertad de expresión y puede amenazar las bases de una sociedad democrática”. La resolución de la ONU, aunque no tiene carácter vinculante, es más que nada una condena de índole moral que los yanquis se pasan por el “arco del triunfo”. De todas maneras, este resolutivo puede servir para demostrar a los tontos e ilusos que aún creen en los yanquis que un día los van a sacar de sus casas por timoratos y cobardes, como aquel que dejó que se lleven a sus amigos. Ya sabemos de nuestras fichas en Gobernación, pero no colaboremos más.
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