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martes, 25 de junio de 2013

Héctor Vasconcelos y su Padre Nazi

Ha causado revuelo en México la publicación del periodista Rafael Barajas en la que expone las raíces fascistas del Partido Acción Nacional (conocido como PAN por sus siglas) pero más sorpresa causó aún que se dieran a conocer las querencias fascistas de un personaje gris que ha sido elevado al panteón de los hombres ilustres en México... y ahora ya se sabe por parte de quién.

Claro, dicha información ha tomado por sorpresa  quienes se conformaron con la educación que el mismo Vasconcelos diseñase después de haber llevado a cabo el cambio de nomenclatura de la Secretaría de Instrucción Pública al de Secretaría de Educación Pública -sí, nada más por eso lo hicieron famoso-, pero en sí la institución ya existía, a él no se le ocurrió nada nuevo mas que dedicarse a plagiar las ideas de Justo Sierra.

Como era de esperarse, su hijo el más conocido -de nombre Héctor- ha salido a la defensa mintiendo abierta y descaradamente e incurriendo en algo que está tipificado como apología del nazismo en Europa -tiene suerte de vivir en México, de decirlo allá estaría enfrentando cargos legales-. Y es que desenmascarar a Héctor Vasconcelos es de hecho tarea sencilla:

a) Los crímenes del nazismo no se reducen a la terrible etapa conocida por la historiográfia como "La Solución Final" (Endlösung der Judenfrage), no, las atrocidades nazis iniciaron mucho antes. También es mentira vil decir que por ser antiestadounidense Vasconcelos optó por no creer los reportes que hacia el final de la guerra llegaron de Europa y lo anterior por una sencilla razón: desde 1936 comenzaron a llegar a México refugiados que huían del alzamiento militar liderado por Emilio Mola y Francisco Franco en contra de la Segunda República Española, brutal sublevación que fue apoyada por Benito Mussolini y Adolph Hitler. Noticias acerca de lo sucedido en Gernika fueron conocidas desde 1937, no hasta 1945. No podemos obviar que muchos de esos españoles, vascos, galegos y catalanes que llegaron después de 1936 se integraron al ámbito académico en México, ámbito dominado ampliamente por... José Vasconcelos.

b) Vasconcelos fue, eso sí, un rábido enemigo de los ideales de izquierda y no hubo que esperar a los años 30 para ver su postura, ya en 1923 se lanzó en contra de Elvia Carrillo Puerto y el Partido Socialista del Sureste cuando, ante los logros en los campos de los derechos políticos, sociales y reproductivos de las mujeres Vasconcelos rápidamente se lanzó a una cruzada abiertamente misógina contribuyendo desde la SEP a la creación del 10 de mayo como Día de la Madre en México, imponiendo así la idea de que las mujeres solo se pueden construir a sí mismas desde la "sacrosanta" materninad.

c) Vasconcelos no era tan antiestadounidense como su hijito Héctor nos quiere hacer creer. Durante su mandato al frente de la SEP fungió como Rector de la UN(A)M el huertista Ezequiel A. Chávez, oscuro personaje en la historia de la educación en México. Resulta que el tal Chávez había sido ungido por los rectores de las universidades de los Estados Unidos para ser el primer rector del gran proyecto educativo de Justo Sierra, la Univarsidad Nacional de México. Dichos rectores estadounidenses esperaban que Chávez le diera a la institución el giro positivista característico de las universidades estadounidenses, esas mismas a las que han ido a estudiar los tecnócratas que han implementado todo tipo de medidas neoliberales a favor de Washington y que tanto han dañado a México. Resulta que Justo Sierra no podía diferir más y optó por la óptica universalista y humanista de su antiguo mentor, el Dr. Joaquín Eguía Lis, a quién terminó por nombrar como primer rector toda vez que Eguía Lis había ya en los hechos llevado a cabo la coordinación como un todo de las distintas escuelas de educación superior de nuestro país, dejando constancia de ello en su informe de los trabajos de la UNM fechado en 1912, informe en el que por cierto deja claro que la misión de la universidad será alcanzada solo si esta es autónoma con respecto a las instituciones del estado, por aquello de que se le ha querido otorgar la paternidad de la autonomía de la hoy UNAM a otros personajes. Pero Ezequiel A. Chávez, no conforme con haber urdido un proyecto educativo superior ajeno a los intereses de los mexicanos con sus contrapartes estadounidenses, procedió a traicionar a la patria en cuanto tuvo la oportunidad y sucedió de la siguiente manera: al acercarse el final de la rectoría del Dr. Joaquín Eguía Lis (discípulo de Sebastián Lerdo de Tejada, por cierto) se designó al Lic. Emilio Rabasa como su sucesor, cargo que este no aceptó al negarse a quedar a las órdenes del golpista Victoriano Huerta. Quien sí aceptó, gustoso, fue Ezequiel A. Chávez, quien no dudó en huir de la Ciudad de México tras la caída del dictador. Así que permitir el regreso de un filoestadounidense huertista como Chávez a la máxima casa de estudios no es muy antiestadounidense por parte de Vasconcelos. Tampoco muy maderista, por cierto.

Así que Héctor, la historia, implacable como es en contra de los revisionistas, no te da la razón y lo decimos claro, tu padre fue un miserable fascista desde los años 20 del siglo pasado y esa es la razón por la que en los años 30 se arrojó a los brazos de los nazis. La izquierda mundial y en específico, la izquierda mexicana, no debe olvidar nunca esto.

Por nuestra parte, establecido lo anterior, procedemos a compartir el artículo de La Jornada que nos ha impulsado a compartir con nuestros visitantes la verdad acerca del tal José Vasconcelos, el miserable nazi mexicano:


"Nada que ver con el nazismo", la influencia de José Vasconcelos sobre Gómez Morín

Admite que el político expresó su simpatía por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial

Alma E. Muñoz

"La influencia que mi padre, José Vasconcelos, tuvo en Manuel Gómez Morín no tiene nada que ver con el nazismo", porque la relación entre ambos surgió más de 15 años antes de que éste fundara el Partido Acción Nacional (PAN) y es muy anterior al papel que el nacional-socialismo jugó en México, afirma el embajador Héctor Vasconcelos.

A propósito del ensayo de Rafael Barajas El Fisgón sobre la raíz nazi del PAN (publicado en La Jornada Semanal del 9 de junio), el diplomático y también miembro del Consejo Consultivo del Movimiento de Regeneración Nacional da cuenta del gran aprecio que se tenían su padre y Gómez Morín, y las circunstancias que llevaron a su progenitor a sentir simpatía por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

Recuerda que ambos personajes convergían en el respeto al voto y al maderismo. "Incluso mi padre había sido colaborador de (Francisco I.) Madero; para ellos era el héroe", aunque tiempo después Vasconcelos y Gómez Morín discreparon en "cosas estratégicas e ideológicas".

Entre éstas, por qué Gómez Morín colaboraba con el gobierno que "impidió democratizar a México" en aquella época, y luego, al impulsar la creación del PAN, ante lo cual “mi padre le decía: ‘Usted lo único que va a lograr es ser comparsa del régimen; usted los va a legitimar’”.

Desde su oficina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde es asesor, Héctor Vasconcelos explica que uno de los "más grandes errores" de su progenitor, ex secretario de Educación, fue dirigir la efímera revista Timón, abiertamente simpatizante de la Alemania nazi.

“Mi padre muere cuando yo tenía 14 años, pero alcancé a preguntarle sobre ese periodo de su vida y me dio dos explicaciones: uno, que los peores crímenes del nazismo empezaron a mediados de la guerra, específicamente cuando en enero de 1942 se decide echar a andar el exterminio de los judíos con la llamada Solución final (la revista Timón es de 1940); y dos, que en aquella época, a diferencia de ahora, las noticias tardaban meses y a veces hasta años en llegar.

"Cuando en México se empezaron a oír las atrocidades nazis, ya hacia finales de la guerra, surgió otro problema: creyeron que era propaganda estadunidense-británica y mi padre era profundamente antiyanqui; tenía una desconfianza profunda de todo el mundo anglosajón. Decía que las evidencias (de esas atrocidades), fotografías y películas, empezaron a llegar al final de la guerra, en 1945".

El diplomático también explica el viraje que su padre dio hacia la derecha en los años 30, que se conjugó con su acción antiestadunidense.

“Creo que después de la campaña de 1929 (cuando fue candidato presidencial) entró en una profundísima crisis sicológica ante la forma en que fue combatido por el régimen del naciente Partido Nacional Revolucionario (PNR).

"Desarrolló una aversión en contra de todo lo que fueran movimientos revolucionarios e izquierdistas, entre comillas, y ahí empieza a virar hacia la derecha, lo cual a mí me parece la peor tragedia de su vida. Creo que esto fue una catástrofe personal, un increíblemente desafortunado desarrollo sicológico, porque él se podría haber mantenido en oposición al régimen, pero sin girar a la derecha. Además de cariño, siento una inmensa admiración por el Vasconcelos anterior a 1930, pero deploro intensamente su viraje conservador de los años 30".

Héctor Vasconcelos pone en perspectiva histórica este controvertido periodo en la vida política de su padre: en aquella época, en toda América Latina había una extendida germanofilia, producto de la recuperación y desarrollo alemán a partir de 1933, cuanto toma el poder Adolf Hitler, tras el estado de desastre y derrota que tuvo esa nación después de la Primera Guerra Mundial. Además de que se veía a ese país como un contrapeso global al poderío estadunidense.

"Lo que quiero decir es que la germanofilia era algo que existía no solamente en México, sino en toda América Latina. Aquí, claro que los grupos de ultraderecha, como los sinarquistas, la vieja derecha mexicana que venía del siglo XIX y que se había opuesto a las leyes de Reforma de (Benito) Juárez, a los liberales, a la Revolución Mexicana, a la Constitución del 17, empezaron a simpatizar también, esos sí, con la ideología nazi".

En este contexto, no cree que entre los fundadores del PAN “hayan sido tan nazis, en el sentido de haber adoptado una a una las premisas que Hitler expone en Mein Kampf (Mi Lucha), pero sí había vasos comunicantes. Creo que toda postura de derecha está emparentada con el nazismo, así sea indirectamente, y considero al nacional-socialismo como la mayor aberración en la historia de Occidente.

Coincide con Bernardo Bátiz en que había más vertientes que sólo los “filonazis, digámoslo así (La Jornada, 17 de junio). Había ciudadanos que creían en determinados valores, que por cierto no comparto: por ejemplo, el catolicismo. Había esa corriente católica, derechista, anticardenista, pero no necesariamente pronazi”.

A Gómez Morín, en particular, Vasconcelos lo recuerda como "un hombre muy singular, con enormes méritos", como haber fundado instituciones como el Banco de México, y con una clara lucha por los valores democráticos, "primero con mi papá en 1929, como tesorero de su campaña presidencial, y luego ya su propia lucha porque en México hubiera una diversidad de partidos".




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