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martes, 18 de junio de 2013

El Ejemplar Proceso Irlandés

Los irlandeses han acompañado desde siempre el proceso de autodeterminación de Euskal Herria. Ven en nuestra nación un espejo de su propia situación.

Mostraron su apoyo internacionalista durante los tiempos de la confrontación armada, lo hacen también hoy que la sociedad vasca a abierto un proceso de paz y reconciliación hasta la fecha unilateral.

Madrid pues, se ha negado a sentarse a la mesa del diálogo, sabedora de que cuenta con criminales complicidades en la esfera internacional.

Pues bien, para agregarle tintes kafkianos al asunto, hasta Belfast se ha hecho llegar el gran aliado de los españoles en su postura beligerante para con el pueblo vasco... y en voz de su actual gerente ha procedido a lanzar todo tipo de elogios al proceso de paz irlandés, un proceso que por cierto vio el proceso de Desarme, Desmovilización y Reinserción del Ejército Republicano Irlandés (IRA por sus siglas en inglés), mismo que Madrid niega hoy en día a ETA.

Y para no dejar fuera el tema, nos resulta surrealista y aterrador que Washington vaya a Belfast a hablar de paz precisamente cuando más hace sonar sus tambores de guerra en contra de Damasco.

Pero bueno, basta de preámbulos, aquí lo publicado por Gara:


El proceso irlandés ha enseñado al mundo a «mirar más allá de las cicatrices de la violencia y la desconfianza» para dar los «valientes primeros pasos» hacia la paz, una paz «que es más dura que la guerra» porque hay que nutrirla cada día, destacó el presidente de EEUU, Barack Obama, en Belfast. Obama, que participa en la cumbre del G8 en la capital norirlandesa, indicó que el proceso de paz irlandés es un buen ejemplo a seguir en otros conflictos.

Soledad Galiana

Sobre el mismo escenario sobre el que su antecesor, Bill Clinton, demostró el apoyo de Estados Unidos al naciente proceso de paz Irlandés cuando aún no se había firmado el Acuerdo de Viernes Santo, el presidente estadounidense, Barak Obama, comenzó su primera visita al norte de Irlanda con un discurso sobre el proceso de paz irlandés.

Fue un discurso de futuro, con una audiencia compuesta de jóvenes norirlandeses en sus uniformes escolares -que establecen su pertenencia a escuelas de una u otra denominación religiosa, una de las claves de la segregación en el norte de Irlanda- a los que Obama les pidió que defiendan y sigan construyendo la paz, porque está en sus manos.

«Es tarea de los jóvenes seguir empujando, cambiando actitudes», apuntó Obama en un discurso improvisado. «Cuando vuestras comunidades encaran el futuro, si lo hacen juntas, es una decisión que debéis tomar vosotros. Tratar a la gente con dignidad y respeto, es vuestra decisión; el que vuestros hijos jueguen con los niños que van a otra escuela, es vuestra decisión. El demostrar a la gente que los ataques contra el proceso de paz no van a tener éxito está en vuestras manos».

El discurso del presidente estadounidense puede interpretarse como una llamada de atención a los políticos norirlandeses, y especialmente a los dos partidos en mayoría en el ejecutivo pluripartito de Belfast, Sinn Féin y DUP, que han reconocido en las últimas semanas que las relaciones entre ambas formaciones se hallan en su peor momento desde la formación del gobierno norirlandés. Precisamente, las relaciones se agravaron a raíz de las protestas por la limitación de la izada de la bandera británica en el norte de Irlanda, que fue auspiciada por las formaciones unionistas, y que culminó con semanas de violencia callejera protagonizada en su mayoría por jóvenes y orquestada por formaciones lealistas. «Si hay algo en lo que totalmente coinciden republicanos y demócratas en Estados Unidos es en su apoyo por una Irlanda del Norte prospera y en paz», apuntó Obama. «Pero como todos sabemos bien, a pesar de todos los pasos dados, aún queda mucho trabajo por hacer. Todavía hay personas que no han cosechado los beneficios de la paz, que no están convencidas de que el esfuerzo valga la pena».

«Hay heridas que no se han cerrado y comunidades en donde aún se respira la tensión y la desconfianza. Aún hay muros que se mantienen y millas por recorrer», advirtió Obama, que también apuntó a las ventajas de la paz, que beneficiaran no sólo a la isla de Irlanda, sino también «al Reino Unido y a Europa, y al resto del mundo».

«Presentadlo como ejemplo»

«Necesitamos que hagáis esto bien y lo presentéis como un ejemplo a aquellos que buscan la paz», apuntó Obama, que recordó que en otros países donde existen conflictos se miraba al norte de Irlanda para aprender de su proceso de resolución.

El proceso de paz irlandés es un buen diseño a seguir en otros procesos, considerando que, como señaló el presidente estadounidense, el conflicto norirlandés se consideraba irresoluble. En los quince años desde la firma del Acuerdo de Viernes Santo, el 10 de abril de 1998, «los habitantes de la isla votaron por mirar más allá de las cicatrices de la violencia y la desconfianza y decidieron declarar la paz... Y el mundo celebra vuestras victorias».

Precisamente, en su intervención Obama pidió a los jóvenes que construyeran sobre los cimientos ya establecidos, porque ellos poseen» algo que las generaciones anteriores no tuvieron: un ejemplo a seguir».

«Cuando se arriesgaron por la paz, no tenían un modelo a seguir. No sabían si funcionaría. Pero se arriesgaron. Y hasta ahora ha funcionado. Los primeros pasos son los más valientes. El resto, ahora, dependen de vosotros», describió Obama. «Si seguís avanzando, Estados Unidos estará a vuestro lado, seremos el viento en vuestras velas».

«'La Paz es por supuesto más dura que la guerra', escribió recientemente el autor irlandés Colum McCann. 'Y es esa fragilidad parte de su belleza. Una bala solo necesita acertar una vez, pero para que la paz funcione necesitamos recordar su existencia una vez y otra y otra'», citó el mandatario norteamericano, que pidió la demolición de los muros que siguen separando a las comunidades y de los que aún existen treinta en Belfast, uno de ellos a escasos de metros del Waterfront, el lugar elegido para el discurso.

Para el viceprimer ministro norirlandés, Martin McGuinness, el discurso de Obama, como para los líderes reunidos en el G8, es una muestra de que el proceso irlandés es un ejemplo para la resolución del conflicto.
Espionaje a la cumbre del G-20 de 2009 en Londres

Turquía convocó al encargado de negocios británico en Ankara y Sudáfrica exigió aclaraciones y castigo a los responsables del espionaje a la cumbre del G-20 en Londres.

Las delegaciones turca y sudafricana fueron objeto de especial seguimiento, a tenor de la filtración al diario «The Guardian» del ex agente de la CIA Edward Snowden, refugiado en Hong Kong tras confesar que filtró el espionaje masivo de comunicaciones telefónicas y de internet en EEUU.

El premier británico, David Cameron, se negó a responder a preguntas aduciendo que son «cuestiones de seguridad». El objetivo del espionaje fueron reuniones paralelas de ministros de Finanzas.
El presidente ruso sigue firme frente a las potencias occidentales sobre Siria

La cumbre del G-8 (siete países más industrializados más Rusia) arrancó ayer por la tarde en Lough Erne, norte de Irlanda, dominada por la crisis siria. En un entorno aislado y protegido por un fuerte despliegue policial, la agenda arrancó con una sesión plenaria sobre el estado de la economía global, según los líderes del mundo en mejor situación que hace un año, cuando se reunieron en la cumbre de Camp David (EEUU).

Optimismo que no alcanza a la situación en Siria. En sus primeras declaraciones tras un esperado encuentro bilateral, Obama y el presidente ruso, Vladimir Putin, no pasaron de reconocer que sus posiciones respecto al conflicto son divergentes, pero que comparten el interés de poner fin a la violencia. EEUU ha dado un paso evocando una mayor implicación a favor de los rebeldes armados. El inquilino del Kremlin, que se reunió a su vez con el presidente francés, François Hollande, mantenía oficialmente su posición frente a las potencias occidentales. Ya la víspera, y en una comparecencia junto con el anfitrión y premier británico, David Cameron, Putin dejó clara su tesis, en la que equipara a todos los rebeldes armados con el yihadismo más sectario. «No me negarán que no es necesario apoyar a gente que no solo mata a sus enemigos, sino que les abre en canal y se come sus intestinos delante de gente, delante de las cámaras. ¿Es a esta gente a la que queréis apoyar? ¿Es a ellos a los que queréis dar armas?», señaló en referencia a un vídeo en el que un rebelde destripa un cadáver y hace ademán de comerse sus órganos lanzando arengas sectarias.

El presidente sirio, Bashar al-Assad, alimentó el argumento al advertir a los europeos que «si les dan armas, la retaguardia de Europa se convertirá en terreno fértil para el terrorismo y Europa pagará el precio». Putin instó a Occidente a «respetar las normas internacionales», en referencia al refuerzo militar de EEUU en Jordania, y advirtió de que Rusia no aceptará una zona de exlusión aérea en el sur de Siria fronterizo con Jordania tras la experiencia en Libia. Desde Teherán, el presidente electo iraní, Hassan Rohani, rechazó toda intervención extranjera en Siria y defendió que al-Assad siga en el poder hasta las elecciones de 2014. Las posturas parecían irreconciliables y la guerra sigue. La aviación siria atacó reductos rebeldes alrededor de Damasco, escenario la víspera de un atentado con coche bomba que mató a 10 soldados.






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