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El último párrafo refleja nuestro sentir al respecto.
Lander Gallastegi «Aratz» | Arquitecto
¡No hay derecho!
Repito que no hay derecho, y lo digo en ambos sentidos de la palabra. ¿Dónde está ese Estado de Derecho que una y otra vez tratan de hacernos creer que existe? No puede existir donde se insiste en retener en la cárcel a 14 enfermos graves. Uno de ellos que hasta varias veces a la semana sufre crisis epilépticas graves que le suponen ingresar en el hospital para devolverle a la cárcel una y otra vez, al peor ambiente para su enfermedad. A la cárcel, donde es notorio no existen medios mínimos para hacer el seguimiento imprescindible para aminorar el problema. Un problema calificado como «terrorífico» por los expertos. ¿En nombre de qué derecho se le retiene preso a este enfermo que lleva ya 13 años encarcelado?
No hay derecho a que esos gobiernos estén vanagloriándose de valentía por defender la ética... ¿A qué ética se refieren, a la de torturar a detenidos indefensos salvajemente? O quizá sea a algo más valiente: a mantener sufriendo en cárceles durante años a estos presos enfermos graves e incurables.
¿Se va a pedir solemnemente en todas las instituciones la condena de esta salvajada? ¿Se encarcelará a los que no la condenan? Aquí, como con lo que está ocurriendo en Guantánamo, todos los entes judiciales y políticos están enterados de esa animalada. El letrado de Derechos Humanos inglés David Sands, analizando lo que está ocurriendo allí, considera a aquellos jueces y políticos como criminales que serían llevados ante tribunales si se les ocurriera venir de vacaciones a bastantes países europeos. Temo que los gobiernos hispano y vascongados los abrazarían como correligionarios.
¿Y esos médicos responsables que con su silencio avalan esta tortura, van a mantenerse paralíticos para firmar la exigencia de su liberación cuando lo habrían hecho sin titubeos de no ser presos políticos?
Los gobiernos están en el proceso de preparar un «Plan para la Paz y los Derechos Humanos», con el que «educar» a todo el país. En los cientos de veces que se mencionan «derechos humanos» no veo referencia alguna a derechos de los presos. ¿Será porque no son seres humanos? Pero quizá vayan a tratar el tema, y claro, me figuro que adoctrinarán a escolares y al resto de la población con que lo que están haciendo con esos presos es precisamente la encarnación del espíritu de «derechos humanos». ¿Como ejemplo, en su currículo pondrán lo que están haciendo con Anjel Figueroa?
Pensábamos o, mejor dicho, queríamos pensar, que esa cobardía de no liberar a los presos enfermos era fruto del miedo a perder votos; votos de los herederos de esa España feliz de haber bombardeado Gernika y fusilado en las cunetas. Pero pasaron las elecciones, y todo sigue igual, o peor. Y estos están más felices que aquéllos, fanfarroneando de ser aún más severos.
Pero sea miedo o salvajismo, estáis sembrando un odio que, como todo acto antinatura, reventará, y cuando reviente no pongáis el grito en el cielo. Pasaréis a la historia como una banda de malditos hipócritas cobardes.
El último párrafo refleja nuestro sentir al respecto.
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