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sábado, 30 de mayo de 2015

Vascófobos de la Semana | Coca Cola

A continuación les presentamos un texto dado a concoer en Naiz en el cual se nos presentan los argumentos por los cuales no debiera de haber Coca Cola - y para ese caso ningúna bebida gasificada y edulcorada - en las celebraciones reivindicativas vascas del euskera:


Los elogiables y todavía necesarios anuales domingos en pro de apoyo social y ayuda económica a las ikastolas y al euskera, Ibiladia, Kilometroak, Araba Euskaraz, Nafarroa Oinez y Herri Urrats, exigen entre otras cosas un gran trabajo de logística y por sus características de asistencia, duración, esfuerzo, climatología, etc. también de avituallamiento.

Iñaki Uriarte | Arquitecto

Consecuentemente debe existir un suministro de bebidas, lo ideal sería el agua del suministro público como patrimonio de la sociedad y ejemplo colectivo, el único verdadero refresco pero no aporta ingresos a la causa.

Asimismo, es tradicional que aparezcan puntos de venta colaboradora de diversos objetos alusivos a la celebración. Pero ya desde hace algunos, demasiados, años a muchas personas nos ha extrañado y dolido la preponderancia de Coca Cola con sus anuncios, kioskos y demás como la suministradora de bebidas no alcohólicas para los miles de asistentes. La borrrachera juvenil es otro contaminante denigrante aspecto que ya urgía eliminar hace tiempo.

Dejando por esta vez el análisis de lo que representa esta empresa, cuyos productos no consumo desde 1979, por su nefasto e impune poder, represión y crímenes en países sudamericanos, la corrupta decisión de los juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, etc., vemos su reacia actitud en Euskal Herria.

Coca Cola jamás en sus continuas campañas publicitarias por todos los medios de difusión, patrocinios, ofertas, vallas, televisión, anuncios en prensa, con histórica censura a “Gara” y “Berria”, ha utilizado el euskara, le repele, y esta represión debe entenderse como rechazo, grosería u ofensa. Incluso este desprecio se apreciaba hasta hace muy poco en sus vehículos dependientes de la fábrica de Galdakao, que rotulaba “Galdacano, Vizcaya”, cuando hace decenas de años que esos topónimos han quedado, especialmente en su expresión escrita, para uso de los reaccionarios o de gente inculta.

Afortunadamente, hace unos cuantos años Bilboko Konpartsak en Aste Nagusia, con acertado criterio, decidió mayoritariamente prescindir de esta bebida y se suministra el otro refresco alternativo que es parecido en nombre e idéntico en sabor.

Resulta evidentemente insultante para la el sentido común, la identidad y la cultura de EuskalHerria que esta empresa y otras similares aparezcan en el ámbito de Ibilaldia, como ya se ha comprobado estos días previos con la instalación de casetas de venta específicas, y rechazable por supuesto también de las demás celebraciones aludidas que pronto acontecerán.

En el año 2013, especialmente en Catalunya, el gran país de referencia para nuestras aspiraciones de todo tipo, desde el entorno de la Generalitat, ampara en el Codi de consum de Catalunya de 2010, y lógicamente también desde los sectores culturales y sociales, se produjo una advertencia a la compañía sobre el uso del catalán. Especialmente por la rotulación, únicamente en español de las latas del refresco. La respuesta de la multinacional fue sociológicamente decepcionante y rotundamente reaccionaria: “España es un mercado único y el idioma oficial es el castellano”. La campaña defensiva también afectaba a más compañías, estatales y europeas con sede en Barcelona, como Danone, Nestlé, Leche Pascual y otras conocidas.

Existe un dicho popular que dice “al enemigo, ni agua”; pues bien, tiene una fácil adaptación: del enemigo, ni Coca Cola. Esto también es consumo consciente, responsable.

En Euskal Herria, si la capacidad de raciocinio humana colectiva fuera mínimamente consciente y crítica, con esto bastaría ya para sentir rechazo cada vez que vemos la etiqueta de este refresco. Como es muy probable que la empresa por su ideología demostrada reiteradamente y en diversos lugares persista en las próximas celebraciones en pro del euskera, convendría advertir al pueblo vasco, especialmente a los motivados y asistentes, que adopten criterios de autoestima contundentes y, por tanto, actitudes de radical boicot. Es ya imprescindible despertar de este largo, profundo y dañino letargo identitario.






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